Just want to date you '☆

Reloj contratiempo

Liyue estaba tan hermosa como siempre. Los comerciantes trataban de llamar la atención con sus puestos, algunos barcos salían del puerto y los niños corrían y jugaban por las calles

Una chica pelirosa corría por la ciudad, pasando por una hermosa terraza con lirios de cristal 

Adoraba esas flores, y hubiera amado detenerse a verlas un momento, pero ahora tenía un compromiso

Su reloj de bolsillo se estampo contra el suelo cuando tropezó con las escaleras que llevan  la entrada de la farmacia Bubu. Avergonzandose cuando varias personas la volvieron a ver, lo recogió rápidamente y entro al lugar.

Un hombre con lentes la recibió una vez entro en la farmacia, al verla se fue detrás  del mostrador y saco una caja 

—aquí tienes los inciensos, de alta calidad, tal y como los pidieron

—muchas gracias Baizhu—la chica saco una cartera con el dinero que su jefa le había entregado para cancelar el monto de los inciensos—lamento lo de las escaleras

—el hombre solo río levemente, sin ser notado por la chica que se encontraba contando el dinero— ¿que sucedió en las escaleras? —claramente sabía, vió con sus propios ojos como la chica tropezaba y recogía su reloj del suelo, estando a nada de tropezar de nuevo al levantarse

—la chica terminó de contar el dinero y se lo entregó, suspirando al pensar en tener que explicarle al doctor como vergonzosamente tiro su reloj en la entrada— no es nada importante, de hecho te agradecería si pudieras olvidar lo que dije

—si así lo deseas, así sera Aoi. Aunque es una lástima que me dejes sin saber a que te referías

—estas siendo innecesariamente cruel con la pobre chica—la serpiente en el cuello del hombre le reclamo al ver como la chica empezaba a dar leves toques en la caja con inciensos ante la incomodidad de su caída. Que el doctor si había visto y solo le hacia recordar para molestarla

—si me disculpan me retiro, debo llevarle estos inciensos a la directora

—ve con cuidado, no vayas a tirar tu reloj de nuevo 

Se despidió de la chica, quien solo le respondió con un asentimiento de cabeza antes de empezar a correr

Siempre era tan ansiosa y estricta con los tiempos, que siempre estaba corriendo de aquí para allá. A pesar de tener horas para hacer las cosas en tres minutos ya empezaba a correr para evitar llegar tarde a todo

Tanto era el desespero de la chica que se fue corriendo a entregar los inciensos cuando ahora mismo, faltaban diez minutos para la hora a la que habían acordado verse en la farmacia 

No fue hasta que llego a su destino, entrego y ayudo a revisar que los inciensos estuvieran completos, e incluso ayudo a organizarlos, que noto las palabras del peliverde.

"No vayas a tirar tu reloj de nuevo". El no había visto la caída, ¿como sabía que había tirado su reloj?