-Una llamada-

184 6 3
                                    


A lo lejos en una ventana de aquella instalación, se podía notar la presencia de alguien, al parecer eran un ser angelical traído desde el mismo infierno, un "arcángel", el arcángel Gabriel o más bien un alterno del verdadero, este solo los observaba sin que los otros dos lo notaran, sinceramente este solo pensaba en cómo hacerlos sufrir, simplemente quería comenzar el juego.

-Es hora-

-dijo con una voz calmada mientras dirigía su mirada a un alterno-

-Está seguro, mi señor-

Claro, es tiempo de empezar el juego. -Decía mientras de este salía una sonrisa de lado a lado, este realmente los quería ver sufrir.

Ya había pasado dos horas desde que Sarah y Adam habían llegado a su refugio, actualmente Sarah se encontraba ya descansando en su habitación, mientras que Adam andaba revisando la grabación en su habitación, tenía ganas de saber más sobre los alternos y en eso se acordó de Jonah, el moreno tenía un equipo de grabación que estaba situado en su habitación, casi no lo usaba por miedo a que se dañara, pero usualmente siempre tenía una cámara consigo mismo, no quería ir por el hecho de que le recordaba malo momentos pero era quedarse ahí o ir por las grabaciones, lo pensó y se dirigió a lo que sería la habitación de Jonah para checar algunas de la cámaras, la mitad de ellas estaban vacías o tenían grabaciones de ellos juntos, mientras la otra mitad tenía las grabaciones de antiguas investigaciones que hicieron, incluso la grabación de cuando Jonah fue atormentado por las voces.

NOCK, NOCK...

Un toque en la puerta principal hiso que el rubio se alertara, capaz y era Sarah, tenia a hacer bromas de vez en cuando, al fin y acabo era la mejor amiga de Jonah, era obvio que ambos hicieran lo mismo, ambos se llevaban realmente bien, pues bien, cuando el moreno recién llego a BPS, la pelicastaño fue la primera en hablarle.

En ese mismo instante dejo de sonar, para volver a tocar una vez más fuerte y así fue durante tres minutos, como si se tratara de un intruso, no fue cuando Adam se molestó y decidido ir a checar, saliendo de la habitación creyendo que posiblemente era Sarah la que estaba bromeando, pero esta se encontraba descansando en su habitación, por lo cual fue a abrir la puerta principal a checar si había alguien, pero no había nada.

Crack

Una maceta cayo y rompió mientras una sombra salía despavorida en la oscuridad, este aprovechando el hecho de tener una cámara, salió tras aquella sombra, así iniciando una nueva grabación, todo fue en vano resultando en un callejón sin salida, visualizando el entorno en el que se encontraba no hayo nada, simplemente la sombre desapareció, volvió a casa, al llegar noto la puerta abierto, cierto, se le olvido cerrar la puerta, entro y cerro, subió las escaleras, llegando a su habitación notando como la ventana de su habitación yacía abierta, la cerro con tranquilidad notando una hoja peculiar en su escritorio, una hoja simple con un letra poco legible.

----- estuvo aquí.

¿Quien?, no se sabía, miro a su reloj de escritorio notando que ya eran las 12:00 de la medianoche, se dirigió a su cama notando como una de las cámaras ya no estaba, eso le importo muy poco, estaba algo abrumado por el hecho de no poder conseguir mas evidencia de alternos, ya estaba agotado.

El sol salía alumbrando todo, mientras el rubio se despertaba de un sueño profundo, percibiendo un olor agradable a su paladar, escuchando la voz de su compañera diciendo su nombre.

-ahí voy-

decía bostezando mientras se levantaba de la cama para ir al piso de abajo.

Como si se tratara de un robot, Adam se levanto y se dirigió a la cocina, viendo un desayuno apetecible para él, café latte junto a pedazo de pan y un plato de mango con frutos secos.

Mientras el rubio disfrutaba de su desayuno, la pelicastaño recibió una llamada, al parecer era de una amiga cercana a Sarah, por las expresiones de la pelicastaño se notaba que era algo importante, la llamada termino con un simple acierto por parte de la pelicastaño.

¿Quién era? -pregunto el rubio.

Cierto, se le había olvidado que Adam Murray e Evelin Miller no se llevaban bien, no desde que su relación termino de una manera no muy buena, se limitó a solo escuchar y no responder. El rubio la miro sabia que algo no estaba bien, pero decidió quedarse callado.

Pasaron las horas y ya eran las 6:00 P.M cuando alguien toco, la menor salió a checar para notar como su compañera apenas había llegado, la recibió con tanta emoción y la invito a pasar.

Siento que haiga sido repentina mi llamada, pero, ¿todavía siguen haciendo sus investigaciones?

Si, ¿Por qué? -dijo con una voz calmada.

Bueno, he oído sobre una residencial abandonada pero no llevan mucho tiempo así, apenas va a cumplir nueves meses desde que ya nadie vive ahí, pero no sé cómo decírtelo – decía la pelinegro mientras movía su mano de forma nerviosa- se que dije que ya no me quería involucrar en esto, pero se dice que en aquella residencial hay alterno y no sé, quería saber si te interesaba a ti o a Adam.

¿Adam?, no creí que te importara el- dijo Sarah con un asombro, creyó que la pelinegro se incomodaría con el hecho que Adam estuviera.

No, no es que me importe, mas bien es por un trabajo, se que el le fascinan este tipo de cosas, al igual de que si le dices de esto va aceptar, el hecho es que necesito saber si puedes hacer el trabajo o no? - replico la pelinegra dudando de le respuesta de su amiga.

Al parecer todo marchaba bien, no fue cuando Adam apareció en el pasillo mirando como ambas hablaban, su expresión no fue algo buena, se notaba que la miraba con algo de disgusto, pero a la vez de incomodidad, no le agradaba en hecho de que su ex estuviera ahí, todo se había vuelto tan incomodo para ambos desde que terminaron, Evelin por su parte trataba de evitar el contacto visual con el rubio, para ella era una perdida de tiempo arreglar las cosas que ya habían pasado.

Ninguno de los dos hablo, simplemente el rubio se retiró sin decir nada.

-Lo siento si fue algo incomodo, no sabia como decirle, ya sabes cómo es el-

Dijo la pelicastaño con voz algo preocupada.

-No pasa nada, ya veía este momento venir, no lo culpo, la culpa fue de ambos-

Decía la pelinegro recordando el pasado, algo que le dolía a ella.

Paso media hora, desde que Evelin y Sarah terminaron su platica, cuando el rubio apenas bajo con poco ánimo, no quería admitirlo, pero el aun extrañaba a Evelin, por lo menos le gustaría que empezaran de nuevo, talvez solo como compañeros.

Bueno, entonces, ¿Cuándo vamos a ir?, digo, si tu quisieras ir- decía algo desmotivado.

Bueno, sé que Evelin necesita que la ayudemos en esto, pero podríamos parar a pensar- decía con un tono dudoso- a lo que me refiero es que realmente tenemos el material suficiente, me comento que el lugar era algo grande y que solo contamos con pocos días para hacerlo.

- ¿Cuántos? –

Comento el rubio

Talvez unos tres días, no sé, pero no estoy segura, si quiero, pero no sé si tú quieras, pero en todo caso aceptare tu respuesta

Sabía que este daría una respuesta como no, pero mas vale intentarlo, de hecho, ni ella misma estaba segura de ir o no.

Bueno, en todo caso si voy- dijo con voz firme mientras miraba como la pelicastaño sacaba una leve sonrisa.

Entonces deja le digo que si y que nos avise cuando será- decía la menor con un tono feliz.

Que más da, solo toca esperar.

¿Por qué Adam?...//The Mandela CatalogueDonde viven las historias. Descúbrelo ahora