Nueve.

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A este punto, Jenna estaba a nada de tomar los papeles de divorcio y aventarse por la ventana, no sin antes dejarlos firmados en la mesa de su casa

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A este punto, Jenna estaba a nada de tomar los papeles de divorcio y aventarse por la ventana, no sin antes dejarlos firmados en la mesa de su casa.

Los últimos día había estado tratando de que Emma supiera de una buena forma el que un bebé está en camino, las ideas que escogió de internet se agotaron y si buscaba otras páginas, le ofrecían lo mismo.

Estaba sentada en su sillón favorito, comiendo un poco de helado que compró a un señor que pasó por su casa y tuvo que correr detrás de él porque no la escuchó a la primera.

Había desperdiciado más de un mes en su obsesión por ideas bonitas y construir un hermoso recuerdo de el momento en que Emma se entere que es madre, que se olvidó de muchas cosas que quería hacer.

Canceló una cita con el estilista para tintar su cabello en un color rubio que compró personalmente, suspiro posando una de sus manos sobre su vientre para moverla ligeramente en una caricia con cariño, imaginó por primera vez como sería su vida con la llegada de el bebé.

Sin duda amaría mimarla, darle de comer lo que más le guste, ayudarla en sus tareas y hacerlas cuando no entendiera, vestirla cada mañana que salga a la escuela, pelearse con las madres que se atrevan a hablar de ella de forma maliciosa (también se pelearía con los otros niños que pudieran hacerle algo), salir los domingo con los dos amores de su vida al parque que fue testigo de el día en que Emma se arrodilló para pedirle matrimonio, si tiene novia o novio le daría una platica exhaustiva de lo que está bien y lo que no...

Soltó una risa al verse sumergida en una historia en base a sus ilusiones para el futuro, siempre había sido muy soñadora.

Como la vez que durante un viaje escolar, soñó audicionando para ser una Idol y que su grupo sería el mejor del mundo, pero al despertar negó ante la idea.

Quizás no había reflexionado sobre sus locuras hasta ahora, debía admitir que desde el inició pudo evitar ser una terca con Johnna y decirle todo a Emma esa misma noche sin ningún problema.

La noche cayó, comenzó a preocuparse porque su esposa que normalmente llegaba a las seis de la tarde y el reloj de pared marcaba las nueve.

Tomó su celular dispuesta a llamarla, buscando el número en la lista de contactos, pero antes de que presionara el botón de "llamar", la puerta fue abierta.

Emma entró a casa con su maletín en un mano y el la otra cargaba una bolsa pequeña que seguro cabría en su bolsillo del pantalón, más decidió llevarla así hasta su hogar.

—Llegué —anunció al pisar la sala—. Te traje algo.

Extendió la bolsa hacia su esposa, quien la tomó, de su interior sacó una cajita pequeña la cual abrió, encontrando un precioso collar con un sol sonriente.

—Mi jefe me pagó el doble por mi desempeño en este mes, y vi esto en una joyería cerca de la oficina así que decidí comprarlo para ti —dijo, jugando con sus manos—. Esperó que te guste.

—Es hermoso, eres la mejor esposa del mundo —besó su mejilla con entusiasmo.

Se dió la vuelta para que pudiera abrocharlo a su cuello, lo cual la más alta hizo con una sonrisa satisfecha. La cadena se ajustaba perfectamente.

Jenna pensó que era un buen momento para ser sincera y dejarse de bobadas.

—Emma, debo decirte algo.

❛❛Cada vez falta menos para el final de esta historia, recuerdo cuando estaba en borradores

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❛❛Cada vez falta menos para el final de esta historia, recuerdo cuando estaba en borradores...


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620 palabras escritas.
07.06.23
03:45am
Ib: haedove

Atte:
Dovie 🦢

unnie! i'm pregnant ⋆ jemmaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora