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Fin de semana, un domingo para ser exactos, era perfecto para intentar nuevamente el darle la noticia del bebé a Emma.
Se levantó temprano, quitando con cuidado los brazos de la mayor que la sujetaban al dormir y se dio una ducha de agua fresca para comenzar el día.
Preparó el desayuno, ordenó algunos objetos tirados en la sala de estar, sacudió una vitrina de cristal, atendió a su esposa que recién ha despertado, limpió el cuarto de las mascotas, lavó algunos trastes sucios, barrió el comedor, hizo la comida y al acabar, supuso que sería el momento ideal para poner en marcha su segundo plan.
Ya que el primero resultó fatal, pero al menos Linnu lucía unos bellos zapatos de bebé que envidian los demás perros al verla. Pensó en llamar a Johnna para decirle como resultó, pero seguro se burlaría de lo tonta que su esposa era y había veces en que a Jenna le molestaba oír ese tipo de comentarios hacia Emma.
Subió las escaleras de su cuarto y tomó algunos hilitos de colores con pegamento, escribió frases como "Jala aquí", "Alza esto", "Ve a este lado" con marcador delgado. Las pegó a su cuerpo en las partes indicadas por el video del tutorial que colocó y con entusiasmo salió de la habitación para encontrarse con su mujer.
Respiró hondo conforme bajaba las escaleras, apretaba el barandal en su mano izquierda por los nervios. ¿Y si la que cometía una estupidez ahora era ella misma?
A decir verdad, se sentía ridícula con un montón de papeles en el cuerpo, pero si era a causa de que Emma supiera sobre su bebé, con gustó lo haría mil veces al día.
Como una pulga, entró al comedor saltando de forma llamativa, esperando a que su esposa deje el periódico que trae en manos para prestarle su máxima atención.
Se paseó por un lado, por el otro, detrás de Emma, por enfrente, se agachó un poco, brincó más alto, frunció los labios, comenzó a caminar tras cansarse, batió las pequeñas, pataleó un poco, dejó de caminar, se detuvo al lado de la más alta y cruzó los brazos.
Todo mientras Myers sólo remojadas su dedo índice con saliva para pasar a la siguiente página del periódico y bebía de su jugo a sumergida en su mundo.
Jenna tocó su hombro apretando los labios para no decir alguna grosería, y pronto su esposa la miró expectante.
—¿Por qué luces como una pared del supermercado? De esas donde ponen alguna queja. —fue lo primero que dijo. —Oh, ¿pasa algo?
La menor apretó el puño conteniendo el estamparla el el perfecto rostro de la ojiazul, y resignada, negó ante la pregunta.
—Todo bien, sólo quería saber si no te fuiste a otro mundo. —mintió, para besarle la frente. —Puedes seguir, te amo.
—Yo también te amo. —la atrajo para depositar un beso en los labios de la otra y continuó leyendo las noticias.
La castaña subió nuevamente las escaleras y se encerró en el cuarto, sacó la lengua en dirección de la puerta aunque Emma no pudiera verla, y se tiró en la cama para hacer un berrinche.
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Plan número dos: X
Y tomó su celular para buscar otra idea.
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❛❛Que asco de día, llevo solamente 8 días con el celular nuevo, viene y se me cae. Para colmo se me rompió toda la pantalla. ¿Qué más podría pasarme?
