Capítulo dos:

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Samira tenia la mirada perdida en el cementerio familiar, las palabras de su tía Zelda fuera claras y concisas, pero golpearon sin duda a las adolecentes

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Samira tenia la mirada perdida en el cementerio familiar, las palabras de su tía Zelda fuera claras y concisas, pero golpearon sin duda a las adolecentes. Ambrose espero un poco antes de acercarse a las hermanas. Tocando la madera dos veces recibiendo su atención, las gemelas se tiraron hacia el caso al mismo tiempo.

Aún le era curiosa la forma en la que sus movimientos estaban sincronizados por naturaleza. Una maravilla su vínculo de hermanas. 

— Déjenme preguntar— inicia su primo balanceando su taza—. El hechizo que lanzamos sobre el director ayer, ¿Lo disfrutaron? Veo en sus ojos que les encantó.

—Si, claro— respondió Sabrina.

—¿Se dan cuenta de que sus dones y esa euforia de van al olvidos si no son bautizadas?— pregunta.

Sabrina miro a Samira en silencio. Sabía cuánto ansiaba ser una bruja. Y no deseaba quitarle eso, por su lado Samira sabía que Brina no quería abandonar su lado humano y tampoco podía dejar que la perdiera.

—Lo sabemos— contesto Samira—. Solo necesitamos estar seguras.

Ambrose desvío la mirada, checando los alrededores.

—En ese caso necesitas una Malum Malus— recomendó.

—¿Y que es eso? ¿Una película? Me suena a una.

Sabrina apoyo la respuesta de su hermana, Ambrose pronto los lleno con su sabiduría.

—Bueno, depende de quien lo traduzca, si es un hombre— inhaló—. Es la manzana de mal— la rubia mayor frunció el entrecejo—. Si es una mujer es la fruta del conocimiento.

—¿Si la muerdo no quedaré en coma como en el cuento de la chica con los enanos?— pregunta Samira.

—Hablas de blanca nieves, Sam—instruyó su primo divertido—. Al contrario te susurrara sus secretos—eso logro captar su atención con totalidad—. Te concede conocimiento a veces puede mostrar un poco del futuro— explico—. Deberían caminar por las tinieblas o por la luz—
Señalo sus opciones—. El Malum Malus podría iluminar un camino sobre el otro, ¿Les interesa?

—¿Y tú qué crees?

Ambrose sonrió.

—Vayan a un huerto encuentren el árbol más viejo, tendrá una— explicó—. Entre más viejo sea el árbol más listo, más sabio y más precisa será su lectura sobre el futuro.

—¡Muy bien!— salto la mayor de las mellizas tomando su mochila azul.

—¡Asegúrense que no tenga gusanos!

—¡Anotado!— dijo Sam besando su mejilla apurando su paso.

Una vez bajaron de los escalones, Salem y Sabeth se unieron a ellos maullando. Debían asistir a la escuela para su infortunio pero eso les daba más tiempo para saber dónde encontrar un árbol con las especificaciones de Ambrose.

𝐋𝐎𝐕𝐄 𝐌𝐄- 𝐍𝐢𝐜𝐤 𝐒𝐜𝐫𝐚𝐭𝐜𝐡Donde viven las historias. Descúbrelo ahora