°Tres°

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Luzu se encontraba en la biblioteca con su enorme libro de cálculo diferencial y al lado un cuaderno con 5 problemas de la materia. El omega era un asco para los números, era más que obvio que su inteligencia lógica matemática estaba muy poco desarrollada, no lograba entender nada de eso y estaba desesperandose mucho. El castaño estaba tan sumido en los límites y derivadas del libro que no notó cuando cierto alfa de nombre Quackity entró y lo observó de manera nada disimulada.

Quackity había estado buscando a Luzu después del almuerzo y de las clases, cuando creyó que el alto chico se había Ido a su hogar, lo encontró en la biblioteca lleno de desesperación, lo cuál podía oler por alguna extraña razón, pues el chico traía un inhibidor puesto o eso había escuchado de los amigos del menor.

Se tomó unos segundos para respirar y llenarse de valor para ir a hablarle a ese lindo chico que lo volvía loco desde hace muchos meses. Ni siquiera sabía que le diría, pero sus pies ya se encontraban caminando en dirección a la mesa del omega. Cuando vió lo que estaba leyendo Luzu, Quackity sintió mas confianza, eran números y al parecer el castaño no entendía nada del contenido de ese libro, por lo que fue una gran oportunidad para Quackity.

Cuando llegó a su mesa el omega por fin centró su atención en él. Esos lindos ojos azules lo miraron con una pizca de confusión y miedo.

— H-Hola— dijo Quackity tratando de sonar relajado.

— Hola— susurró casi audible, hace mucho que no convivía directamente con un alfa que no fuera su madre o las amigas y amigos de ella. Los nervios lo invadieron.

Quackity se quedó callado al escuchar la bella voz gruesa de aquel castaño.

— Ehm... Perdón por molestar, pero pude ver que estás viendo algo de cálculo y por tu cara se nota que no entiendes nada, ¿O me equivoco?— Luzu desvió un poco la mirada y negó con la cabeza—. Me preguntaba si quisieras algo de ayuda con eso, digo, soy un año mayor y ya ví eso, además soy muy bueno en los números.

Los ojos del menor se iluminaron con un rato de esperanza, pues ese atractivo alfa, el cuál era el mismo que lo había visto en el almuerzo y era amigo del crush de Rubius, no solo le estaba ofreciendo su ayuda, sino que también no se alejaba gracias a su aroma. Pero ese brillo duro poco, pues recordó que traía el inhibidor puesto; Luzu bajó la mirada sintiéndose mal.

Quackity pudo notar eso y como el aroma del chico cambiaba.

Quackity levantó la mirada, aún necesitaba ayuda en cálculo.

— Si no es mucha molestia, te lo agradecería mucho— habló suavemente el omega.

El alfa dentro de Quackity saltó de alegría ante esa respuesta.

— Por cierto, soy Quackity, ¿Tú como te llamas?— el alfa le sonrió.

JA, como si no supieras su nombre, edad, grado, grupo y hasta el día de su cumpleaños.

Habló una voz dentro de la cabeza del mayor.

— L-Luzu.

— Pero que bonito nombre— Luzu se sonrojó aún más ante el cumplido y sólo pudo susurrar un gracias.

El mayor soltó una enorme sonrisa antes de sentarse al lado del castaño. El omega de Luzu se emocionó al sentir el cuerpo del alfa muy cerca y se emocionó aún más cuando juntaron su cuerpo por accidente. El menor no se podía explicar está sensación y lo único que pudo hacer fue sonrojarse e intentar concentrarse en los límites y derivadas de su cuaderno.

En cuanto Quackity estuvo más cerca de Luzu, pudo percibir más de cerca el dulce aroma de este, eso lo tranquilizó demasiado dejando de lado su nerviosismo.

Mientras Quackity le explicaba a Luzu sobre los límites, se pegaba más a él de manera disimulada. Quería estar lo más cerca posible del cálido cuerpo del omega.

Fue muy difícil para ambos poder concentrarse en la "tutoría" express y repentina que tuvieron, pero después de una larga hora de repaso y explicaciones, Luzu pudo terminar su tarea con éxito.

— En serio gracias por esto— dijo Luzu un poco apenado al mayor—. No soy muy bueno con los números y le he pedido tanta ayuda a mí amigo Rubén que ya me apena preguntarle.

El corazón de Quackity dió un salto ante la ternura del más alto. Le soltó una radiante sonrisa al omega y se atrevió a acariciarle su castaño cabello.

— No hay de que Luzu, siempre me gusta ayudar, y en serio no dudes en preguntarme si tienes duda en algo de cálculo— Quackity pudo ver una perfecta oportunidad—. Es más, dame tu número y yo te daré el mío, así podrás comunicarte conmigo siempre que tengas problemas con la materia o con cualquier otra cosa no dudes en mandarme un mensaje o incluso llamarme.

Luzu asintió y le pasó su teléfono celular a Quackity y viceversa.

— Perfecto... ¿Ya te vas?— preguntó el mayor en busca de no quedarse callado y crear un momento incómodo con su crush

— Sí, hoy me vino a recoger mí mamá.

— Entonces te acompaño a la entrada, yo también ya me voy.

Los dos recogieron sus cosas y se dirigieron a la entrada de la escuela. Quackity pudo distinguir a una mujer dentro de un auto saludando hacia su dirección, era la madre de Luzu.

— Esa es mi mamá— Luzu señaló a su madre-. Gracias de nuevo Quackity.

— Ya te dije que no es nada Luzu, nos vemos- Quackity le dió una sonrisa al ver que el menor se había sonrojado otra vez.

— Adios— por primera vez Luzu lo miró a los ojos por más de un segundo y una bonita sonrisa apareció en sus labios. Caminó de manera graciosa hacia el auto de su madre, la cual no dejaba de mirarlos, en especial al alfa.

Quackity se quedó quieto al presenciar tal acto de ternura. Su pecho se llenó de una sensación cálida, era la sonrisa más bonita que había visto en su vida.

Cuando el automóvil abandonó el lugar, Quackity soltó un suspiro. Definitivamente estaba un poco enamorado de Luzu, no lo conocía para nada en muchos aspectos, pero esa sonrisa que fue exclusivamente fue su perdición y lo último que necesitó para caer por ese dulce y alto omega tímido.

Sacó su teléfono celular y llamó a Samuel.

— ¿Qué pasa Quackity?

— LO LOGRE PENDEJO, LO LOGRÉ. HABLE CON LUZU E INCLUSO TENGO SU NÚMERO Y ÉL EL MÍO— Quackity no pudo evitar gritar cuando el alfa pelinegro contestó.

— A ver... Número uno, no me vuelvas a gritar ni a decir pendejo sino quieres que ponga mucho picante en tu comida— Quackity odiaba la comida con mucho picante y condimento, le hacían daño-. Número dos, casi me dejas sordo, estúpido, y número tres... Felicidades niño, sabía que lo lograrías. Y perdoname por amenazarte así en el almuerzo, pero necesitabas un empujón. Fargan siempre me contaba lo harto que estaba de tí y de tu enamoramiento por Luzu, además de que le desesperaba que no le hablaras.

Quackity sólo pudo reír ante todo lo que dijo su amigo y después le agradeció por esa amenaza que lo armó de valor.

— Nos vemos mañana vegetta, y por favor no le pongas picante a mi comida, no te vuelvo a gritar, te lo juro— el mayor se rió para después decirle que no se preocupara.

Quackity colgó aliviado el teléfono. Le tenía cierto miedo y respeto a Samuel, porque apesar de que Quackity fuera un alfa puro y su amigo uno común, aún le tenía miedo a él y a su temperamento. Lo mejor era no ponerlo de malas.

Con una gran sonrisa y un ánimo por los cielos el alfa se fue caminando a la parada de autobuses para llegar a su hogar.

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⏰ Última actualización: Jun 12, 2023 ⏰

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Sweet Scent [Luckity]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora