Perdida

35 1 0
                                    

Sin importar cuanto quiera odiarlo no puedo. Sigo sin poder creer lo que me ha hecho. Rompió conmigo. Yo había sido su novia por 6 meses, y ahora me deja por otra chica. No puedo dejar de pensar en todo lo que pasó entre nosotros...
Justo cuando todo iba tan bien.
Annie toca mi brazo, había estado tan ensimismada que no me había dado cuenta que el profesor Lewis había dicho mi nombre.
-¿Elizabeth, puedes contestar la pregunta?
La mirada de todos mis compañeros se posa en mi. No tengo idea de cuál es la pregunta, mi libro de Lengua esta cerrado.
Annie toma su libro y lo deja en mi escritorio, leo la pregunta lo más rápido que puedo, pero no sé la respuesta. Siento el ardor en mis mejillas
-Lo lamento, no estaba prestando atención- se escuchan algunas risas, pero el profesor las hace callar al instante.
-Lo pude notar.- el profesor se pone de pie y camina hacia mí, pero justo antes de llegar junto a mí, gira hacia otro lado. -Quiero que les quede bien claro, que para aprobar esta asignatura, poner atención en clase es esencial. ¿Queda claro?- Me mira amenazante y regresa a su asiento.
Continua explicando algunos conceptos de vocabulario, pero no pongo mucha atención.
El tiempo pasa demasiado lento. Cuando se escucha el timbre siento que ha pasado una eternidad.
Sarah pasa a mi lado y tira mis cuadernos.
-Deberías poner atención
-Tú deberías de dejar de meterte donde no te llaman
Se ríe y sale del salón. Jamás supe porqué me odia tanto, pero también la odio, supongo que es el curso natural de las cosas.
-Liz, es hora de comer. -Hanna, está junto a la puerta esperándonos a Annie y a mi.
Conocí a Annie el primer año de bachillerato, en un principio no fuimos muy amigas, pero ahora es de mis mejores amigas. A Hanna la conocí en segundo, con ella tuve una conexión inmediata, por alguna razón nuestra amistad es especial. Las quiero tanto a las dos. Este último año no todas las clases estamos juntas pero nuestros descansos coinciden. A principio de año Annie estaba tan preocupada por eso, aún no puedo creer que haya hecho un drama enorme, pero si le preguntara ahora diría que no valió la pena sobre pensarlo.
-Liz ¿de qué hablaba Sarah?- antes de que pueda decir algo Annie comienza hablar
-Antes de terminar la clase, el profesor regaño a Liz, estaba tan distraída que no pudo disimularlo.
-Vamos, eso no es cierto. Yo estaba viendo al pizarrón. - sé que eso no es cierto, pero si siguen hablando de esto voy a explotar
-Sí claro, tú y yo sabemos que tu mirada estaba perdida en otro lado. -Annie comienza a reírse, creo que sabe que no quiero hablar de ello.
-Annie, deja que Liz se crea eso, como tú lo dijiste sabemos la verdad. Sólo esperaremos a que Liz nos la diga.

Al otro lado del pasillo están Alex, Chris y Oliver, les hago señas y se acercan a nosotras.
Los tres son muy amigos y me sorprende lo mucho que han cambiado desde que los conozco, ya no recuerdo como eran.
Ahora Alex es alto, delgado y de tez blanca, tiene cabello largo y castaño, sus ojos son de un café claro que resulta hermoso.
Chris tiene la piel de un color aceitunado, su cabello es negro y con algunos rizos, el tiene ojos obscuros que podrían ser negros, es igual de delgado y solo un poco más alto que Alex.
Oliver es muy parecido Chris, pero él es más bajo y un poco más robusto.
Pero cada uno es tan diferente. Oliver es un desastres, él jamás puede estar calmado, aunque es muy divertido. Alex es todo un conquistador, no conozco a ninguna chica que no se haya sentido atraída por el, y me incluyo, es muy buen amigo y también es muy divertido, aunque él es muy atrevido es muy respetuoso, hasta que se gana tu confianza.
Chris es muy diferente; él es más callado cuando estamos todos juntos, sé que con sus dos amigos es muy parecido a ellos, pero él también es caballeroso, tierno y muy respetuoso; creo que por eso es mi mejor amigo.
Alex se acerca y se pone entre Annie y yo, y nos rodea con su brazo.
-Chicas, muero de hambre. ¿Vamos a la cafetería?
-Claro, no he comido en toda la mañana. -Aveces me pregunto cuándo no pienso en comida.
Caminamos todos a la cafetería, mientras caminamos, me pregunto como nos ven los demás, o si nos notan o solo pasamos desapercibidos. Últimamente es muy común que me pierda en mis pensamientos.
-¡LIZ! ¡Tierra a Elizabeth! -Oliver agita sus manos frente a mi cara. -Oye chica no sé qué piensas, pero es hora de comer.
Nos ponemos en la fila para tomar la comida. Tomo la bandeja y pienso en que comer.
-¿Está todo bien? - Volteo a ver a Chris y puedo ver que realmente se preocupa por mi.
-Sí, todo esta bien. Es sólo que no puedo dejar de pensar en Bruce.
-Elizabeth -él es de las pocas personas que usa mi nombre completo, y por alguna razón me gusta -Bruce no vale la pena. Sé qué su relación apenas acaba, pero es momento de olvidarlo, pensar en el sólo te hará sentir peor.
-Lo sé, pero hay tantas cosas que aún no entiendo, Quiero respuestas pero no sé dónde hallarlas. -Annie se acerca a nosotros con su bandeja en la mano.
-Le dices a él que tienes antes de que me digas a mi, yo que soy tu mejor amiga.
-Vamos Annie no seas dramática. No tengo nada, todo está bien, sólo conversamos.
-Bueno, pero yo se que tú tienes algo. -se da la vuelta y se dirige a nuestra mesa de siempre, en el rincón de la cafetería.
La cocinera pone en mi plato lo que en otro momento me hubiera encantado; tacos.
-Gracias -no espero a Chris sólo me dirijo a nuestra mesa.
Me siento y todos están comiendo, pero a mí se me ha quitado el hambre, así que sólo tomo el jugo de arándano de la bandeja de Alex y tomo un poco.
-Hay que ir al cine. -Dice Alex
Hoy no tengo ánimos de salir, la verdad hoy ni nunca. Pero se que si digo que no, les daré más razones para creer que me ocurre algo.
-Okay -decimos todos al unísono
El jugo de arándano deja un sabor extraño en mi boca. Tomo mi bolso y saco un paquete de mentas. Junto a mis lápices esta un pedazo de papel, por alguna razón mi corazón comienza a latir muy rápido. Cierro mi bolso y lo pongo en el piso. Todos se ríen y por un momento creó que se ríen de mí, pero cuando levanto la vista Oliver esta de pie y sus jeans están empapados con jugo de arándano.
-¡Alex, no lo puedo creer! -con una servilleta intenta quitar la gran mancha roja de su pantalón. -¿Qué te pasa amigo?
Alex no puede parar de reír, esta rojo como un tomate y no puede respirar.
-Lo siento, créeme que no quería hacerlo. ¿Viste su cara?
Chris también se ríe e intenta calmar a Alex y a Annie. Comienzo a reírme, pero en realidad no sé de qué me estoy riendo.
Suena el timbre y tomo mi mochila y salgo de la cafetería. Alex me rodea con el brazo y toma mi bolso.
-Liz, no te veo muy convencida de la salida de hoy. ¿Si quieres ir?
Me veo tentada a decirle que no quiero salir, que no estoy de humor, pero por el sí iría, si me lo pidiera iría, pero sé que no lo hará.
-No te preocupes Alex, nos la pasaremos genial.
Quito su brazo de mi espalda, tomo mi bolso y me dirijo al baño. Cuando entro la luz es demasiado intensa. Cierro la puerta del baño con seguro y pongo mi bolso en una pequeña repisa al final de la habitación. Saco el pequeño trozo de papel de el fondo de mi bolsa. Lo desdoblo y veo que no es nada, creo que me estoy volviendo paranoica. Saco un cigarro y lo enciendo para pasar el rato.
Alguien toca la puerta, apago el cigarro y echo perfume por todo el baño y abro la puerta. La señorita Alice entra al baño, me observa y pasa sin decir palabra. Tomo mi bolso y me dirijo a clase.
Saco mi teléfono del bolso, tengo 3 mensajes.
Uno es de Annie: "¿Dónde rayos estas?"
Otro es de Alex: "Nos vemos al salir de clases."
El último es de mi madre, pero no quiero verlo, no tengo ganas de discutir con ella como siempre.
El salón de Matemáticas esta justo en frente, pero antes de llegar choco con alguien y caigo al suelo. Cuando levanto la mirada veo a Bruce parado frente a mi con mi teléfono en la mano y su otra mano extendida para ayudarme a ponerme de pie. Le doy la mano y el roce de su piel me trae tantos recuerdos que podría ponerme a llorar.
-Lo siento Liz. ¿Vas a clases?
-Si, llego tarde. Lo siento debo irme.
-Espera, Liz. -sujeta mi chaqueta y no me deja ir. -Por favor quiero hablar contigo, sólo un momento.
Realmente no creo que sea buena idea, pero espero que sea alguna respuesta a todas mis preguntas.
-Está bien, dime. -Sujeta mi mano y me hace mirarlo a los ojos.
-Sé que la forma en que terminamos no fue la mejor. Pero quiero que sepas que tú no tienes la culpa, eres hermosa y muy tierna, todo lo que un chico quiere pero yo no soy lo que mereces. -Sus palabras resuenan en mi cabeza, se repiten una y otra vez.
-Que lindo eres Bruce. Debo irme. -Suelto su mano y me doy la vuelta, cuando estoy a tan solo unos pasos Bruce camina y se pone a mi lado.
-Una cosa más, Greta no tiene nada que ver en esto.
Da media vuelta y me deja sola en el pasillo. Camino al salón de matemáticas, sin saber que hacer o que pensar.
La clase de matemáticas transcurre con tranquilidad. Cuando toca el timbre me dirijo al salón de Greta, espero que ella me dé respuestas.
-Hola Greta
-Hola Liz. Que gusto verte, ha pasado tiempo.
Greta y yo éramos muy buenas amigas, llegue a llamarla mi mejor amiga. Pero todo cambio; justo en el momento en que dijo que le gustaba y después me beso, nuestra amistad se fue deteriorando. Todo paso cuando salía con Bruce. Poco a poco me fue remplazando y ella decía que el hecho de que nos separáramos era mi culpa. Eso me aturdió durante meses, incluso llegó a molestarse porque era amiga de su ex novio. Comenzaron a salir justo cuando yo comencé a salir con Bruce, pero Greta fue muy atrevida y Sam ya no quizo salir con ella, fue todo un desastre.
Cuando termine con Bruce ella dejó de hablarme y se convirtió en su mejor amiga, me dejó sola, llorando y sufriendo por un chico. En ese momento supe que ya no éramos ni seriamos amigas.
-Greta, necesito hablar contigo. Es sobre Bruce. -Su rostro se vuelve extraño y tarda en contestar.
-Claro
-Quiero que me digas lo que paso. Sé que tú sabes cosas, puedo asegurar que tú sabes porque termino conmigo. Por lo que fue nuestra amistad, si alguna vez fuiste realmente mi amiga dime.
Me toma de la mano y comienza a caminar.
-Te lo contare. Vamos, te invito un café.

¿Dónde quedó el amor?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora