Capítulo 3

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La suciedad que se veía todos los días en los ríos, mares, océanos y lagos de todo el mundo no se debía únicamente a la inconsciencia ecológica o a los desechos industriales de las grandes empresas: la raíz del desastre que afectaba tanto a los humanos y seres acuáticos era una manifestación de la desdicha y mal augurio por el fallecimiento de la reina Jeon. La naturaleza hablaba y lloraba por todos los corazones que entristeció desde su partida. 

En las profundidades del mar todos avanzaron con sus vidas, no obstante siempre había un peso detrás de cada acción, sobre todo para aquellos que cometían algún error. Los sueños y esperanzas permanecían ocultos en sus corazones, pues ninguno podía expresar con total libertad lo que realmente deseaba. Las generaciones posteriores habían sido instruidas bajo un régimen más denso y las maravillas que se contaban sobre lo que habitaba fuera del mar no se pasaba de boca en boca como antes, el tema era evitado. No se les permitía tener codicia y mucho menos curiosidad sobre la superficie o los límites de esta. La represión se vivió en su máxima expresión y los momentos de tensión desaparecían cuando el rey Jeon abandonaba el plano oceánico. Cabía destacar que sus responsabilidades habían aumentado al encontrarse sin el apoyo de su otra mitad. Era el único tritón que podía salir de las profundidades para reunirse con sus hermanos en el Olimpo.

Los hijos del rey tomaron las riendas de lo que les perteneció desde el nacimiento. Siempre protegían a todos los seres que habitaban bajo su reinado y no había nada que los detuviera cuando tenían que ir en defensa de los suyos. Las cuatro hermosas sirenas maduraron lo suficiente y aunque su apariencia siguiera viéndose igual con el trascurso del tiempo, tenían control sobre el entorno por más inestable que fuera. Cada una poseía un don que les había permitido ser complementarias y poder llevar a cabo los mandatos de su padre cuando este estaba ausente: Lisa podía podía recorrer grandes distancias a una velocidad increíble, su fuerte era la fuerza física; Jisoo era la más creativa de todas y se especializaba en pociones de efectos curativos (en su mayoría) que había salvado la vida de muchos; Rose tenía la capacidad de llamar a cualquier ser marino con el poder de su canto y comunicarse con otros mediante el mismo sin importar la distancia y Jennie tenía el don de predecir el futuro, además era muy influyente cuando se ponía en marcha, provocando que todos la siguieran. Por otro lado, el único varón que había quedado bajo el sustento de sus hermanas y padre a una edad temprana se había desarrollado con gracia, la belleza de este no era una broma: sus rasgos se definieron y aunque no fuera el pequeño jovial de años atrás seguía siendo etéreo para cualquiera que lo contemplara. Aprendió de las habilidades que poseían sus hermanas, pues ellas se encargaron de su educación y construyeron a un príncipe que fuera noble, fuerte, responsable, inteligente y capaz de cuidar a todo su pueblo. El rey no dio miramientos y lo que este instruyó en el menor cuando tuvo oportunidad siempre fue de forma rígida: centrándose en la fuerza física, fuerza interna y evasión de puntos débiles. 

Jungkook fue despojado de la sutileza y cariño que le brindaron cuando todavía existía su madre y fue reemplazado por un ancla dura que aseguraba la grandeza y el poder. Desarrolló grandes habilidades, sin embargo no había un don propio que resaltara su personalidad. Lo único que podía diferenciar al tritón del resto era su entrega por todo lo que llegara a amar: poseía un corazón noble capaz de perdonar a cualquiera. Gracias a su personalidad todos amaban al ser que otorgaba luz en ese océano tan oscuro. Aunque el tritón de ojos brillantes se esmeraba en brindar protección y cumplir con sus obligaciones, este se había reducido a no pedir nada y otorgar más de sí mismo. Su vida le pertenecía a todos los habitantes que creían en él y su padre se encargó de repetírselo cada día de su existencia; al inicio fue difícil renunciar a tener voluntad propia, pero su educación temprana le permitió adaptarse. En su sangre llevaba el deseo irrefrenable de arriesgarse por acto de la curiosidad, no le gustaba permanecer en un solo sitio, pero por deseos de otros tuvo que reprimir aquel impulso de conocer más.

Secrets In The Sea (Taekook)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora