Sumida en sus pensamientos, mientras observa el diploma del Sr. Martins, se pregunta
qué es lo que le ha llevado a estar sentada en aquella sala de espera.
Odalis Millers tiene treinta años, y sus recuerdos vagan por su cabeza intentando
ordenarse. Ansía encontrar algún momento feliz, un halo de luz que le saque del
desastroso infierno en el que se ha convertido su vida y, aunque lo intenta, su
desesperación le lleva a compararse con las personas que se rodea habitualmente.
Camarera de una selecta cafetería, se cruza con los más variopintos personajes a diario:
aquellos que sonríen a todas horas, los que no dejan de llorar, aquellos que llevan el
buen humor por bandera y a la mayoría, que parece que les cuesta vivir, pero continúan,
porque les han metido en el juego sin su consentimiento.
Ella es una mezcla de todos, forzando su sonrisa la mayor parte del tiempo para
terminar llorando al cruzar el umbral de su casa. Quisiera estar de buen humor, pero el
sentimiento de odio que tiene hacia la vida, le hace pertenecer al grupo hastiado de
vivir.
Se alimenta de las historias que van dejando junto a las consumiciones que sirve desde
el otro lado de la barra. De aquellas historias que, poco a poco, han ido formando parte
de ella, al haber sucedido por capítulos dentro de esas cuatro paredes.
Y entre sus protagonistas se encuentra ella: una adolescente que no consiguió superar el
derrumbe de su vida.
Hoy, tras varios años perdida, ha sido capaz de aceptar que necesita ayuda, que sin ella
no va a lograr sanar las heridas del pasado. Sigue sumida en sus pensamientos cuando
se centra del todo en el diploma y en el nombre de quien, a partir de ese instante, va a
ser su confidente.
Esa persona que por dinero será capaz de escuchar las miserias más profundas de
alguien que no le importa. Pero así son las vocaciones piensa. «Yo le pago, él me
ayuda».
Se para a pensar por qué ha llegado a aceptar aquella situación, qué es lo que por fin
hizo clic y consiguió que cambiara de opinión: su hermano.
Oriol es el mayor de sus tres hermanos y el único que se ha preocupado de que Odalis
saliera adelante. Tiene ocho años más que ella y, desde pequeño, tuvo que aceptar el
papel de padre, con el inconveniente de que no lo era, y también tuvo que seguir siendo
un hermano y un amigo. Todo ello para ganarse la confianza de la pequeña y que
tuviera un ejemplo a seguir.
A pesar de los esfuerzos del hermano, Odalis no supo elegir el mejor camino y, aunque
él lo intentara todo, tuvieron que separarse un año atrás, cuando ella le invitó a salir de
su vida sin billete de vuelta.
—Odalis, tienes que ir a verlo —ordenó Oriol.
—No pienso ir, ya te he dicho que no quiero saber nada de ningún psicólogo —contestó
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Odalis
Mystery / ThrillerOdalis es una treintañera incapaz de seguir adelante por culpa de su pasado. No ha conseguido superar alguno de los traumas que le provocaron siendo una adolescente y está decidida a ahondar en ellos para conseguir sonreír de nuevo, pero... ¿Merece...