3 Madison

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Hay semanas agotadoras en el bar, sobre todo cuando alguno de los camareros cogía

vacaciones. Esa era una de ellas. A Odalis le toca doblar turno y entre las horas que pasa

allí, y las pocas ganas que tenía de ver a nadie no ha vuelto a llamar a Oriol.

Como si lo hubiese invocado con sus pensamientos aparece por la puerta del bar. Se

saludan con entusiasmo y una sonrisa diferente se dibuja en el rostro del hermano.

—Tu apartamento no tendrá dos dormitorios por casualidad, ¿verdad? —pregunta con

tono irónico.

—¿Qué ha pasado con Ella? —responde preocupada.

—Nos vamos a dar un tiempo. Parece que no estamos en la misma onda y ya no le van

los tipos tan guapos como yo —bromea.

—Mi casa es la tuya. No es gran cosa, pero será suficiente para los dos.

El apartamento de Odalis consta de dos habitaciones, salón, cocina y baño. No es muy

grande, pero ella nunca ha necesitado más.

—Esta noche tendrás que dormir en el sofá. —le informa—. Mañana me pediré el día

libre, y ya que la segunda habitación está totalmente vacía, podemos ir a comprar

muebles a tu gusto.

—Gracias, Odalis. No sé el tiempo que me va a llevar arreglar mis problemas

conyugales. Si es que los arreglo...

—Para lo que quieras. —Le da un juego de llaves—. Te veré después de la sesión con

Edward.

Odalis se siente emocionada por haber recuperado la relación con su hermano. Sabe que

le va a costar volver a tener su antigua unión, pero está convencida de que lo

conseguirá. Ahora tiene la oportunidad de devolverle un poquito del amor que él

siempre le ha demostrado. Protegiéndola y defendiéndola de todo y de todos.

De camino a la consulta se cruza con un hombre que la mira fijamente, como si la

conociera de algo.

—¿Odalis?

—Sí, soy yo. ¿Le conozco de algo? —le pregunta extrañada.

—¿No te acuerdas de mí?

—No, no le conozco de nada. Creo que se ha equivocado de persona —le contesta,

aunque sabe perfectamente de quién se trata.

—Perdona entonces, me habré equivocado —se disculpa al tiempo que se aleja sin dejar

de mirarla.

Para sorpresa de la joven, se acaba de cruzar con Ogro, ese hombre que al parecer acaba

de invocar en su primera sesión con el psicólogo. Es incapaz de controlar la tensión que

está invadiendo su cuerpo, y que deriva hacia una ira bastante reconocida por ella, se ve

obligada a escribir a Oriol para intentar tranquilizarse y lograr comprender por qué el

hombre que le destrozó la vida por primera vez ha vuelto.

ODALIS

He visto a Ogro al lado de mi trabajo.

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⏰ Última actualización: Jun 18, 2023 ⏰

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