Destino

Prologo

8 años antes.

Me encuentro en el suelo de mi habitación, con la mirada perdida en la ventana que se alza frente a mí. Las nubes exhiben un gris profundo que presagia una lluvia copiosa; curiosamente, este clima refleja mi estado de ánimo actual. Todo sucede a una velocidad vertiginosa, y mi mente lucha por encontrar coherencia en medio de este caos. Mis pensamientos giran en círculos, hasta que, por un breve instante, olvido que sostengo el celular en la mano.
- Isa, esto simplemente no está funcionando. Siento que avanzo diez pasos un día y retrocedo once al siguiente.
- Comprendo. Eso es lo único que puedo decir, aunque desearía poder expresar más. Mi miedo me paraliza, no sé cómo explicarlo.
- ¿De verdad no tienes más que decir?
- No encuentro las palabras. Aunque mi corazón me ruega que debe quedarse, mi mente insiste en que esto es lo mejor.
Las lágrimas que recorren mi rostro son un triste recordatorio de que este es el epílogo de mi cuento perfecto. No tengo idea de cuándo comenzaron a fluir, ya que han pasado años desde la última vez que lloré. Ahora, me siento abrumada, como si me estuviera ahogando. Anhelo desesperadamente correr hacia él y expresar lo que atormenta mi mente, pero eso solo confirmaría que soy un problema en su vida. Desearía que estuviera frente a mí, aunque sé que este encuentro marcaría el punto final, pues con él rompí cada regla que había establecido para proteger mi corazón, y ni siquiera puedo discernir cuándo ocurrió.
- Sabes que en el momento en que termine esta llamada, seguiré adelante con mi vida como si nunca te hubiera conocido.
- ...
- Isa!
- ¿Sí?
- Te amo de una manera que nunca imaginé posible.

La palabra "te amo" fue como un gatillo para mí. Siento cómo mi corazón se quiebra en un millón de pedazos, no porque no lo ame, sino porque no soy lo suficientemente buena para él. Me siento rota, y él merece a alguien completo, alguien que pueda amarlo sin miedo ni inseguridades. Mis lágrimas caen cada vez más, al punto de que no puedo distinguir si son mis lágrimas o la lluvia que ha comenzado a caer y golpear fuertemente mi ventana.

- ¿Isabella, estás llorando?
- No, estoy bien.
- No me mientas, ¿estás llorando?
- No lo estoy, en serio estoy bien.
- Isa, ¿qué hice mal para que no quieras luchar por esta relación?
- Sebas, no hiciste nada mal. Créeme, te quiero, pero sé que no he dado lo mejor de mí en esta relación y no quiero seguir lastimándote.
- Ese es uno de los problemas. Yo te amo, siempre te lo he dicho, pero a veces solo obtengo un "te quiero". ¿Sabes lo doloroso que es estar con alguien que no te ama de la misma manera?
Si tan solo supiera cómo expresar lo profundo de mi amor, pero nunca me acostumbré a mostrar mis sentimientos. El temor a abrirme a las personas siempre me ha invadido, porque eso implica el riesgo de que luego desaparezcan de mi vida, y no quiero sufrir más.

- Sabes que también te amo, cambiar "te amo" por "te quiero" no significa que no lo sienta.
- En mi opinión, son sentimientos distintos.
- Ay, Sebas, realmente nos faltó mucha comunicación y conocernos mejor.
- Aún no es tarde, Isa... háblame, dime qué sucede.
- Sabes que sí lo es, lo acordamos la última vez. No vamos a forzar lo que nos lastima.
- ¿Qué harás ahora?
- Seguir buscando trabajo, entrenar, ¿y tú?
- Honestamente, no lo sé. Tú eras parte de mis planes, de cada uno.
- Sebas...
- Isa...
- De verdad te deseo todo lo mejor del mundo, que logres cada sueño y meta. Que cada trabajo sea mejor y que encuentres a la persona que mereces.
- Isa... amor, te amo, y también espero que tengas todo lo que deseas.
- Adiós, Sebastian.
- Adiós, Isabella.

Nadie te prepara para el dolor de despedirte de la persona que ha sido parte de tu vida, a quien viste todos los días durante cinco años seguidos y luego fue una parte importante por tres años más, quien fue tu compañero de clase y poco a poco se convirtió en tu amigo, y de repente se convirtió en el amor de tu vida. Sin embargo, nadie te explica que tus miedos, inseguridades y tu pasado pueden afectar tu futuro.