Miguel había sufrido un accidente en su trabajó mutando en una bestia sangrienta y hambrienta de carne humana.
Peter solo fue un pobre desafortunado qué llamó la atención de Miguel al tener un olor muy raro de encontrar.
|| Habrá leve masoquismo ya...
Peter miraba aterrado la habitación en la que había despertado hace unos momentos, sus muñecas se encontraban atadas a la cabecera de la cama mientras que sus piernas fueron amarradas a los pies de está misma, miro a los alrededores buscando algo para poder escapar pero el lugar se encontraba demasiado oscuro siendo levemente iluminada por una pequeña ventana cubierta con unas grandes y negras cortinas, comenzó a forcejear desesperado tratando de liberarse inutilmente, deteniendose al escuchar un fuerte gruñido provenir de una de las esquinas de la habitación y como unos ojos carnesí lo miraban fijamente en la oscuridad.
Aterrado comenzó a suplicar qué lo dejara ir prometiendo no decir nada sin quitar su mirada de esos ojos que se acercaban lentamente a él, la cama en donde se encontraba atado se comenzó hundir a los lados de su cabeza y unas grandes manos sujetaron sus muñecas amarradas sacandole un pequeño gemido de dolor al sentir algo afilado atravesar su piel como agujas, sintió una respiración pesada en su rostro distinguiendo con dificultad a un hombre de facciones duras y casi animales, una de las grandes manos del hombre bajo para acariciar su mejilla y labios soltando un fuerte gruñido que le heló la sangre.
— Po-porfavor me haga nada, le dare todo lo que quiera pero no me lastime.
Los ojos de Peter comenzaron a llenarse de lágrimas al sentir como el extraño hombre lamia sus mejillas soltando pequeños quejidos de dolor ya que la lengua del extraño era demasiado dura y aspera.
El hombre comenzó a bajar hasta su cuello respirando el olor del más bajo para comenzar a besar todo el largo del cuello y seguidamente morderlo encajando sus largos colmillos en la suave piel de Peter sacándole un fuerte grito de dolor mientras soltando pequeñas lágrimas removiendose desesperado.
Cuando el hombre finalmente se separó comenzó a lamer la herida qué habia causado sintiendo al otro sollozar de dolor tratando inutilmente de alejarlo, molestó volvió a morderlo en su otro hombro arrancandole un pequeño pedazo de carne y devorarlo con ansias mientras que el hombre bajó él solo se aferraba a su espalda gritando de la agonía.
— Desde ahora eres mío —gruño para comenzar a lamer al otro en el rostro manchandolo de sangre— Y no dudare en matarte si tratas de escapar.
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Que bárbaro sacó una historia y despues otra, así jamás terminaré nada.
La idea me la dio emili2312 mientras hablábamos de la bella y la bestia y ya yo despues meti el masoquismo, Estocolmo y cadenas, en fin, espero que la disfruten.
