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Pov Narrador.

La ciudad de Queen's en New York era más que un lugar cómodo y nuevo para aquel apuesto y misterioso Alfa que desembarcaba en el aeropuerto de Queen's. Sin duda su querido México o Irlanda no era muy parecido a este lugar y con maleta en mano se fue a su nueva casa recién comprada con la ayuda de su asistente. Observaba de vez en cuándo el paisaje por la ranura de sus ojos evitando el contacto con el sol usando gafas oscuras y manejando su querido auto deportivo de un color muy cómodo para sus ojos, un bonito azul marino oscuro decoraba su auto y gustoso disfrutaba de su café que anteriormente había comprado en el aeropuerto.

- Lyla.- La voz masculina y rasposa del irlandés se hizo presente haciendo un llamado a su asistente que se encontraba a lado de él sentada en el asiento de copiloto con su mirada concentrada en su tableta de última generación.

La mencionada solo arqueó las cejas en señal de que prosiguiera y el mexicano solo carraspeó un poco antes de volver a hablar con total pesadez y concentración en su camino.

- ¿Ya no has tenido problemas con tu tableta?- La pregunta solo hizo que la mujer le mirará incrédula y protestó con algo de hipocresía.

- Mira tú, el responsable de que se haya roto y averiado está preocupado.- Murmuró acomodándose sus lentes de corazón de un color rosadito melocotón para responder tras un pesado suspiro.- Si, si e tenido algunos problemas pero todo excelente Miguel.

El alfa solo Asintió para señalar la parte trasera de su auto dejando a Lyla más que sastifecha al captar una nueva tableta puesta en el asiento trasero, negó con diversión y le sonrió como agradecimiento al mayor.

- Uhmm...No debí haber reaccionado de esa manera con tu tableta pero disfruta de la nueva, lyla.- Dijo sin demostrar una pizca de amabilidad y solo estacionó el auto deportivo frente a lo que sería su nuevo hogar.

Recorrió con la mirada la casa de un color blanco y gris colores perfectos para su vista y sonrió por la buena elección que escogió su asistente, un color llamativo lo hizo dar medio giro para mirar perplejo a la casa de a lado que se supone que sería de su vecino/a. La pared del jardín tenía un gran grafiti colorido y al rededor unas pequeñas manitas de un color rosa chillón.

Gruño bajo de molestia por los colores chillones y extravagantes que solo se limito a bajar sus maletas y las de Lyla mientras que la bonita beta abría la casa abriendo paso al alfa.

- ¡Vaya! Al parecer el vecino de a lado en un gran grafitero.- Lyla exclamó burlona queriendo molestar a su jefe y así fue.

Miguel solo la miro con odio y una vez adentro con las maletas quitó sus gafas de sol tallando suavemente sus ojos con algo de molestia, la mujer solo suspiro.

- Deberías dejar de hacer eso Miguel, tienes que comprender que tú vista está muy desarrollada así que no te compliques la vida.- El mencionado solo Asintió frustrado pues desde que tenía memoria siempre uso lentes de sol o lo mantenían dentro de casa por sus ojos.

No era secreto que el alfa tuviera una vista muy desarrollada y perfecta y por eso mismo tenía que cuidarla como se debía, dejando de lado el tema de la visión del alfa este solo se sento en el cómodo sofá-cama gustoso de estirar sus huesos y articulaciones.

El sonido de pequeñas risas y voces a lado de su patio lo hizo sentir una pizca de curiosidad y salió a paso lento colocando sus gafas de nuevo saliendo a la pequeña reja que rodeaba su patio observando embobado al Omega que tenía frente suyo.

El sonido de pequeñas risas y voces a lado de su patio lo hizo sentir una pizca de curiosidad y salió a paso lento colocando sus gafas de nuevo saliendo a la pequeña reja que rodeaba su patio observando embobado al Omega que tenía frente suyo

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Pov Peter.

- ¡Por el amor de Dios niños, cálmense!- Grité divirtiéndome con mis cachorros.

¡Hola! Soy Peter B Parker un Omega y tengo dos cachorros, Miles Morales era mi cachorro de 15 años y mi pequeña cachorrita Mayday de tan solo 2 años vivían junto a mi en nuestro pequeño hogar.
Hace unos momentos me había dado el lujo de comprarle más pintura en aerosol a mi cachorro Miles que disfrutaba de hacer grafiti y yo como buen padre jamás se lo negué.

Me encontraba persiguiendo a mi pequeña Mayday que perseguía a Miles quien se encontraba haciendo el boceto de su grafiti sin percatarme de la gran e intensa mirada que me comía por la espalda, sonreí un poco al ver cómo mi niña me abrazaba con una carita de preocupación mientras que mi instinto se activo cuando escuché a mi cachorro gruñir hacía la pequeña rejita de madera que dividía nuestro patio con el patio del nuevo vecino.

Con desconfianza giraba lentamente para observar a un alfa de gran tamaño, mi boca se abrió de la sorpresa y sostuve a Mayday entre mis brazos abrazándola contra mi pecho. Aquél grandulon me hacía sentir tantas cosas pero si aroma me hacía sentir asfixia por lo varonil e intensa que era.

- Miles, mi cachorro tranquilízate.- Murmuré yendo directamente hacia mi hijo adoptivo que no paraba de estar a la defensiva y gruñir hacía el alfa de a lado.

Sostuve sus manos para meterlo dentro de la casa junto a Mayday y antes de salir Miles me sostuvo.

- No papá, no salgas más hasta que ese alfa se largue adentro de su casa.- Le escuché protestar y Asentí nervioso viendo de reojo a aquel alfa de piel canela e intenso olor a café amargo y cacao. Un olor varonil y tan exquisito para mí Omega quien se retorcía gustoso por la vista de aquel alfa.

 Un olor varonil y tan exquisito para mí Omega quien se retorcía gustoso por la vista de aquel alfa

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Pov Miguel.

- ¿Miguel? ¿Qué haces viendo al patio del vecino Parker? Pareces un maldito acosador hombre.- Layla me protestó por mi actitud acosadora.

Y cómo no hacerlo? Tenía a un bonito Omega viviendo a lado mío, un Omega de edad adulta y un poco más mayor que yo pero que más da, el era precioso para mí... desgraciadamente tenía a dos cachorros, una pequeña y hermosa niña y un horrible y estorboso niño alfa llamado Miles al parecer.

Me daba igual si estaba marcado o con cachorros, yo quería a ese Omega para mí solo y no voy a dejar que por el capricho de ese mocoso no pueda continuar.

- Ah...Ya veo, un Omega a la vista. No sabía que te gustaban rucos Jefe.- La risa burlona de mi asistente me hizo salir de mi trance observandole molesto.

- Que te dé igual, quiero a ese Omega para mí así que ve ideando tus planes de conquista de una buena vez.- Ordené con un "por favor" casi sordo al final escuchando más fuerte la estruendosa risa de Layla y solo gruñi enseñando un poco mis colmillos largos antes de meterme al interior de nuestro hogar dando un portazo con la puerta corrediza.

- Cómo usted ordene Jefe.- Ignore esa oración y subí hacia mi habitación asignada con el deseo de ordenar mis cosas y seguir con mis investigaciones en mi laboratorio químico.

Aquel Omega bonito no se escapará de mis garras.

Aquel Omega bonito no se escapará de mis garras

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Omega A La Vista!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora