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Las risas en el interior del departamento del Omega resonaban por todas partes, los tres integrantes se encontraban jugando juegos de mesa por petición del delta y Peter llevaba la delantera (estaba haciendo trampa).

"¡Yyy...Gané!" Dijo mientras tiraba su última carta del juego llamado Uno y Miles grito enojado.

"¡Eso fue trampa papá!" Hobie solo reía a carcajadas mientras cargaba a Mayday y observaba a su querido novio discutir con su suegro sobre si fue trampa o no.

El sonido de su teléfono lo hizo distraerse y encendió la pantalla de su teléfono observando aquel mensaje.

- Ya está todo listo, cabeza de algodón.

Pavitr mando aquel mensaje haciéndolo reír y procedió a dejarlo en visto sin ganas de responder.
Observó cómo miles le observaba con un puchero y brazos cruzados, sabía que estaba haciendo un berrinche por la maravillosa jugada de su padre.

"Yaya cariño, tu papá es bueno en esto." Dijo riendo a carcajas cuando vio la cara de incredulidad y enojo de Miles mirarle.

"¡Por qué lo apoyas! Noo! Es un tramposo." Los dos mayores rieron mientras que una pequeña Mayday procedía a meterse las cartas en su boquita queriendo comerlas.

Hobie observó a May hacer esos actos de criminal y río mientras quitaba las cartas de la boca de la cachorra de su suegro y la bajaba al juego para que jugará con su conejito de color lila.

"Yaya mi vida, acepto que hice trampa." Peter beso la mejilla de su cachorro mientras que Miles reía por fin divertido.

"Uh...¿Escuchan eso?" Hobie dijo algo confundido por aquel ruido de afuera y salió hacia la ventana que daba hacia la calle y sonrió por fin.

Peter y Miles se levantaron, el delta fue hacia su novio y su rostro se desfiguró.

" Ay no..." Murmuró observando a su papá abrir la puerta y mirar cómo este se quedaba sorprendido por tal sorpresa.

Aquel alfa que había Sido primero su vecino se encontraba frente a su hogar vestido de un bonito traje de charro color negro y con detalles de color rojo vino acompañado de más charros con guitarras y trompetas.
El alfa se encontraba mirando enamoradamente al Omega que tenía frente a él, se veia tan lindo con aquel suéter rosado y sus pantuflas esponjadas de fresas.

Con nerviosismo dió la señal a los demás para que iniciarán a tocar aquella melodía tan suave y hermosa.

Con nerviosismo dió la señal a los demás para que iniciarán a tocar aquella melodía tan suave y hermosa

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"Sabés una cosa - Luis Miguel"

El sonido de las guitarras dió a inicio comenzando con aquella hermosa introducción, Miguel carraspeó un poco antes de tomar aire y quitarse el sombrero de charro colocándolo en su pecho.

        "Sabés una cosa."
El coro inicio y Miguel no tuvo más que seguir con aquella sorpresa que había estado preparando desde el día anterior con ayuda de los amigos de Miles y Layla.

"Tengo algo que decirte y no sé cómo empezar a explicar, lo que te quiero contar." El sonrojo del Omega era feroz al momento que reconoció la canción.

        "Sabés una cosa"
El sonido de las maracas se hicieron presentes acompañando la melodía y setenta del alfa mexicano.

"No encuentro las palabras ni verso, rima o prosa quizá, con una rosa te lo pueda decir..."

         "Sabés una cosa"

"No sé ni desde cuándo llegaste de repente, mi corazón....¡Se puso a cantar~!"

         "Sabés una cosa"
Miguel sonrió coqueto cuando observó cómo Layla llegaba con su coche deportivo y salía de este cargando a un ramo de aproximadamente 600 tulipanes rosados.

"Te quiero, niño hermoso y te entrego en esta rosa la vida que me pueda quedar; Doy gracias al cielo por haberte conocido, por haberte conocido doy gracias al cielo y le cuento a las estrellas lo bonito que sentí, lo bonito que sentí cuándo te conocí..."

El Omega sonrió enamorado obsevando con ternura al alfa.

"Sabés, sabes una cosa...~ ¡Que yo te quiero! Que, sin ti, me muero si estás lejos!"

El sonido de los instrumentos hacían que solo aquella pareja de enamorados existiera en ese momento tan especial para los dos. Miles Observo con orgullo al alfa mexicano, sabía que su padre estaba en buenas manos por fin...

         "Sabés una cosa"

"Tengo al que decirte y no sé cómo empezar a explicar, lo que te quiero contar..."

         "Sabés una cosa"

"Te quiero y te venero; Te adoro y te deseo cariño, ven y déjate amar~...Doy gracias al cielo por haberte conocido, por haberte conocido doy gracias al cielo y le cuento a las estrellas lo bonito que sentí, lo bonito que sentí cuándo te conocí!"

El alfa sonrió mientras que un sonrojo inundaba su rostro sacando de su pecho una pequeña cajita que oculto detrás de su sombrero aún sujentandolo contra él.

"Sabés, sabes una cosa...~ ¡Qué yo te quiero..! Que, sin ti, me muero si estás lejos, ¡Sabés una cosa, sabes una cosaa~..."

El sonido de gritos de felicidad por parte de los muchachos no se hicieron de esperar y comenzaron a hechar porras al alfa que se encontraba nervioso, se acercó aún más al Omega tímido y se arrodilló frente a él.
Tragó saliva antes de quitar su sombrero de charro y extendió la pequeña cajita de tela negra forrada con bordes rojos y rosados.

"Yo...Peter Parker en esta serenata expreso mi más puros sentimientos hacia usted, queriendo que me permita ser parte de su familia. Que me acepte como su alfa destinado para lo que nos resta de vida, en este momento yo le entrego mi alma a usted, quedesela puesto que yo solo te le pertenezco a usted." Miguel sonrió abriendo la cajita dejando mostrar dos anillos de oro con el nombre de cada uno.

Parker Sonrió mientras sentía como todo mejoraba desde ahora...ya no tenía que refugiarse, ya no tenía nada que temer porque por fin había encontrado a su Alfa que tanto había esperado y anhelado por varios años.

"Yo...Miguel O'Hara te acepto como mi alfa destinado..." Sonrió temblorosamente mientras se abalanzaba contra el cuerpo del mexicano y besaba sus labios.

Este sonrió colocando el anillo que tenía grabado el nombre de "Peter Parker" en su dedo y coloco el anillo que tenía su nombre al Omega.

"Te amo demasiado Peter...no sabes lo cual feliz que me haces tú y tus cachorros..."


Omega A La Vista!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora