Los días comenzaron a pasar con normalidad, pero entre sus horas extras y el trabajo de Seokjin, no hubo siquiera una oportunidad para encontrarse y hablar mejor de lo que había pasado esa noche, y con el asunto de su desastroso trabajo resuelto, la urgencia era mucho mayor a lo usual.
Esperaba encontrarlo por la noche, tras una visita sorpresa por la madrugada a la salida de su trabajo, pero tal y como aquella primera vez, el destino los unió y Seokjin volvió a ese bar, rodeado de varios empresarios y socios ansiosos por una noche descontrolada.
Al verlo, de inmediato quiso seguir a sus compañeros hacia su mesa, pensando en lo divertido que sería recrear su primer encuentro, molestándolo y coqueteando con él, pero su jefe lo detuvo recordandole que ya había sido solicitado por otros clientes y que al menos hasta que ellos se fueran, no podría ir con su 'amorcito'.
Fue terrible, no solo porque Jin estaba allí y no podía acercarse a él, sino también porque esa clientela en específico, siempre le dejaban impregnado el aroma que su pareja tanto aborrecía. Al final se rindió y se propuso a terminar con eso lo más rápido posible.
A lo largo de la noche, sus miradas inevitablemente buscaban al otro, era como si vigilarán cada acción con preocupación y temor, pero la diferencia radicaba en que Seokjin era solo un cliente y Yoongi un cotizado acompañante que no podía perder su fingido interés hacia las personas que lo rodeaban.
La situación era sumamente tensa para Jin, porque mientras bebía vino de esa cuidada copa de vino, se tragaba los toqueteos poco sutiles de esa omega hacia su alfa, mordía su lengua con el fin de evitar decirle hasta de lo que se iba a morir y apretaba sus puños sobre sus piernas, para no caminar hacia ella y arrancarle a tirones su terrible cabello mal cuidado.
Estaba fantasiando demás sobre las muchas formas que quisiera detener esa escenita casi vomitiva, pero su lobo estaba inquietó y hasta desesperado por interrumpirlos, y entre bebida y bebida, poco a poco perdía la razón.
Ya no era solo ese toque intrusivo a su pierna, ella tocaba sus manos, se apoyaba sobre su hombro, le sonreía feliz y llegó a jugar con su oscuro cabello, todo culminó cuando sintió su fétido aroma hasta su mesa, a varios metros de distancia y con la sola idea de que su alfa estaba siendo ahogando en el terrible perfume de una omega cualquiera que estaba a punto de entrar en celo, lo levantó de forma natural de su asiento.
Yoongi no logró ni siquiera percibir su llegada hasta que lo sostuvo del brazo, levantándolo de su lugar y liberándolo de la ajena presión de esos brazos. De inmediato lo abrazó sin esperar su reacción y guiando su furiosa mirada en dirección a la intrusa.
—Aleja tus malolientes feromonas de mi alfa...— Yoongi no pudo o no quiso detenerlo, estaba tan colmado de ese aroma ajeno, que sentir el dulzor tan repentino de su hermoso omega, lo destabilizó y cegó por completo.
—¿Tu alfa? Estoy pagando por esto ¡Yoongi es mi compañero!— Ella también se levantó de su lugar y para ese entonces, ya estaban montando una ridícula escena en el bar, donde Seokjin se negaba a soltarlo mientras mostraba sus crecientes colmillos y esa desconocida omega hacía exactamente lo mismo —¿Acaso quieres pelear?
«Era una mala pregunta», pensó Yoongi, porque podía escuchar el palpitar acelerado de su omega, la presión fuerte en sus manos y vio el deseó incontrolable de su mirada por saltar sobre esa ebria mujer, con el fin ejercer violencia. Volvió a la realidad segundos antes de que Jin atacara y solo porque en su audaz abrazo, logró ver como detrás de su omega ya había varios alfas sintiendo el cautivador aroma dulce que libera.
—Lo siento, clienta, pero la noche se acabó, debo llevarme a mi omega, la casa le devolverá su dinero, muchas gracias— Apenas se alejó de él para hablar, sosteniéndolo por la cintura, de lado y sonriendo con amabilidad hacia la molesta mujer que se encontraba tan perdida por él, que asintió sin ninguna otra preocupación —Seokjinnie... Buscaré mis cosas y volveremos a casa, por favor no permitas que nadie más sienta tu aroma...— Su tranquilo y ameno susurro, borró todo enojo, Seokjin asintió dócil y perdido en como lo llamó 'su omega', frente a esa escándalosa e irritante mujer.
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Dulces celos de omega - YoonJin
أدب الهواةEra normal que culpara a su lobo por su notable irritabilidad, pero muy en el fondo sabía que sus miradas sarcásticas, sus puños apretados y el calor asfixiante de su rostro eran solo el reflejo de su enojo, porque no aceptaba la idea de que su amad...