Estoy sudando mientras mis huellas se pierden en la espesa nieve, no reconozco a la persona que está detrás de mi, pero sus ojos los puedo sentir en mi espalda.
- Correr nunca fue lo tuyo, pequeña.
Sus palabras resuenan en mi mente mientras lo siento más cerca de mí. No encuentro una escapatoria y esconderme no servirá de nada ya que él sabe donde estaré, me conoce perfectamente bien. De tan agitada que me encuentro comienzo poco a poco a perder la noción del tiempo y seguido de esto veo como me alza entre sus brazos llevándome nuevamente a esa cabaña.
- No deberías tenerme miedo, no te haré nada y lo sabes perfectamente.
Dudo sobre si responder o no, pero al final me gana mi impulso.
- Sabes de sobra que no quiero estar más acá, al carajo lo de que estaré segura acá, solo quiero irme.
No puedo creer que por fin le dije eso, más sin embargo sus facciones no demuestran sentimiento alguno, solo me observa en silencio. Al voltear mi cara puedo ver esa sangre regandose poco a poco demostrando como la vida puede terminar en tan solo unos segundos y a mano de otra persona.
No puedo creer lo que veo, me quedo perpleja al ver mis manos. Creo que cometí un error.
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Dulce Pecado.
Romance¿Qué se siente ser hija de dos millonarios narcotraficantes? Esa pregunta es constante en mi día a día ¿Mi respuesta? Pues, de puta madre. ¿Creiste que me iba a quejar? ¡Para nada! Tengo lo que quiero, cuando y como yo quiera ¿Hay algo mejor que eso...
