Yoona jugaba con unos cachorros que parecían menos nerviosos que por la mañana, muchos de ellos estaban siendo entrenados para ser rastreadores; una tarea más simple, pero necesaria para casos como el que estaban viviendo. Ella disfrutaba de la presencia de todos en ese lugar, aunque le pudieran aterrar, le parecía asombroso y sobre todo por tratarse del origen de Yuri.
Sin embargo, sabía más cosas de las que le hubiera gustado conocer y no quería crearse falsas esperanzas con una loba que no podía amarla.
Suspiró con fuerza, intentando resignarse a la realidad y observó como los pequeños lobos corrían hacia una joven vampira que sonreía mientras acariciaba a cada uno.
La castaña sonrió, escuchando un resoplido a un par de metros de ella, era el mismo sonido de resignación que la doctora había soltado unos segundos atrás, así que pudo sentirse comprendida. Se acercó a la loba, que no quitaba su mirada de la escena.
-Tú debes ser Giselle.
La loba de pelaje negro hizo una reverencia, porque siempre le gustaba mantener el respeto con el resto, no importaba de quién se tratara. Ella ya estaba enterada de la presencia de Yoona y aunque había significado una pequeña esperanza, nada le parecía de esa forma.
-Escuché que debes casarte.
Giselle movió su cabeza hacia el lado contrario, mostrando la molestia sobre el hecho.
-Yo tampoco estaría contenta si no es con la persona que quiero.
La loba volvió su mirada hacia una Ning Yizhuo que reía y se podía escuchar perfectamente. Le dolía más de lo que creía soportar.
Yoona pudo darse cuenta que algo pasaba entre ambas, porque podía ver la ilusión en los ojos de la loba y podría jurar que se había visto a ella misma de esa forma.
Tal vez no tendría tampoco un destino que le hiciera feliz.
-¿Por qué no lo intentas un poco más? El miedo siempre es una opción, pero el valor debería ser requisito para todos.
La loba resopló con más fuerza y se alejó de la castaña. No era sencillo como los humanos y estaba harta, con pensamientos serios sobre huir de la manada.
En otro lado de la mansión, Tiffany observaba el jardín que lucía muy colorido porque tenía todo tipo de flores y le parecía muy bello, ya que le recordaban a su madre.
-Las he plantado por años.- Una anciana soltó con una sonrisa orgullosa.- ¿Quieres llevar algunas a tu habitación?- La mujer esperó una respuesta, pero había dejado a la doctora sin palabras, pues ésta parecía sorprendida por el alto parecido con Taeyeon. Solo sus cabellos eran blancos, su piel no era tan arrugada, pero se le notaba la edad. Una edad que Tiffany pensó rápidamente podrían ser cientos de años.- 1472 años para ser exactos.
La pelinegra se cubrió su boca, sintiendo sus mejillas sonrojarse.- Lo siento, yo...-.
-Descuida, cariño, son años muy trabajados.- La vampira soltó un guiño.- Eres tan hermosa tal cual lo dijo mi nieta.
Tiffany sonrió, sabiendo que se trataba de la abuela Kim, una de las vampiras más viejas de todos los clanes. Estaba sorprendida porque todos parecían vampiros jóvenes, en quienes no se notaba un rastro de arrugas. Pero en aquella vampira todo era diferente.- Taeyeon me habló de su visita.
-Oh, sí, tenía mucha ilusión de conocerte desde mucho tiempo atrás.
La doctora se extraño.- ¿Cómo..?
-¿Quieres una taza de té?- La abuela Kim apuntó hacia una mesa que se encontraba cerca, en la cual ya había todo un juego de té.
Tiffany asintió, caminado hasta tomar asiento.
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El Poder Perfecto
FanfictionTiffany es una hermosa y joven doctora que vive tranquilamente en un barrio de Seongbuk. Sin embargo, un día su rutina da un giro inesperado, colocándola entre vampiros, hombres lobo y brujas. Fanfic original.