ENTRE DEMONIOS

17 CONSECUENCIAS

Sentía como unas manos firmes y frías pero agradables al tacto inusualmente caliente de mi piel

Sentía la respiración de un fragante aroma a lado de mi cuello, aquellas manos recorrían mi cuerpo muy lentamente, tomaron cursos distintos la derecha subiendo lentamente hacia mi pecho, pellizcando y acariciando cada centímetro de mi piel. La izquierda dirigiéndose de forma lentamente, casi tortuosa asía mi entrepierna tan cerca pero sin llegar realmente a la zona de extrema sensibilidad reposando en mi pierna, sentí su mano apretando mi muslos y con un movimiento firme, rápido y casi brusco tirando de mi hacia atrás, me estremecí por el contacto se pene ya erecta y el rápido respirar que chocaba con mi nuca que el mordía y chupaba.

Ahora era solo un cumulo de suspiros y jadeos deseaba darme la vuelta y arremeter contra mi torturador o simplemente suplicar que fuera más rápido la sensación casi dolorosa de mi pene, acompañada del casi clímax y simplemente no poder terminar me estaban volviendo loco.

Mi corazón se acelera va a la par de mi respiración, mi corazón latía erráticamente y mi cuerpo temblaba con anticipación del simple hecho de llegar es abrumadora.

Ringing beep ringing beep y fui despertado abruptamente de mi sueño por la alarma anunciando otro día al que tenía que asistir a la escuela notando con gran molestia el pequeño problema que tenía entre las piernas que tendría que solucionar solo no tenía muy claro cuál me molestaba mas en este maldito momento.

A « Harry tienes un olor peculiar estos días se parece al que tiene Ciel cuando Sebastián esta lejas por mucho tiempo umm como era ummm cual era a si frustración sex... ha!

C « que estupidez estas diciendo; cállate ya. Dijo un furioso Ciel mientras tiraba a Alois con una patada.

Yo solo podía resoplar ante lo dicho porque negarlo sería estúpido al ser algo tan evidente porque aun recordaba la sensación electrizante que recorría todo mi cuerpo podía sentirlo tan malditamente claro que eso por si solo era frustrante.

En mi sueño reinabanuna oscuridad muy densa y por más que trataba no lograba alcanzar divisar loque estaba enfrente de mí pero lo podía sentir, lo presentía, lo sabía miconciencia lo sabía tan claramente que delante de mí estaba Carlisle aquel queestremeció mi cuerpo y alteró mi magia por un instante y había marcado uncambio bastante drástico del cómo iban a continuar nuestras vidasa partir de ahora, tanto mía como la del atractivo doctor, líderdel aquelarre de vampiros que me avía puesto como propósito evitar a toda costa, y una vez más las circunstancias me demuestran que el destino es una perra.