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Pov Hobie.

Mi respiración estaba agitada, en la habitación emanaba un calor insoportable pero lleno de placer. Mi cuerpo estaba sudando por el cansancio y la excitación del tener al más pequeño de estatura saltando sin parar encima mío. Tenía mis manos en su diminuta cintura agarrándola con fuerza, cuanto quiero dejar marcas ahí y en todo su precioso cuerpo.

– ¡H-hobie! ¡Ahhh!~ – las embestidas se volvían más certeras y cuando el ambiente estaba en su punto más alto sonó algo extraño.

Mi alarma, desperté.

Me caí de mi cama al tratar de callar esa horrible cosa que no paraba de sonar, estiré mi mano y desconecté el maldito cable del aparador, porque de todos los momentos tenía que ser este. Joder, acabo de tener un sueño húmedo y no con cualquier persona, miré hacia abajo y solté un gran suspiro. Tengo que arreglar un pequeño problema ocasionado por el chico hindú.

Cuando salí del baño solté un gran suspiro de liberación, aunque me haya gustado en mi mente recorría la incógnita del porque tuve esa clase de sueño con Pavitr. Estaba cansado, realmente ese niño está en mi mente, parece su maldita casa. Miré a todos lados y no estaba Destructor por ningún lado de mi habitación, salí y lo encontré en la sala, mordisqueando ¡¿Mis botas?!

– ¡Hey hey! ¡Tormenta, eso no es comida! – corrí hacia él y tomé una de mis botas entre mis manos, una suerte que no estaba mordisqueada. Tomé mi otra bota y empecé a jalarla con suavidad. – Vamos tormenta, suéltalo por favor. – el perro no respondía.

– ¡Terreneitor! – me voy a lavar la boca con jabón después de esto.

– ¡Doggy! – y el animalito soltó mi calzado, haciendo que me caiga para atrás en el suelo. Intenté levantarme pero el perro se lanzó sobre mí y me brindó algunas lamidas en mi rostro.

– Tormenta fiu, te compraré un cepillo de dientes. – lo cargué y lo dejé a un lado para levantarme, debía cambiarme para ir a la escuela y cuando ya estaba listo me surgió la duda, ¿Qué haré con Destructor? No puedo dejarlo por ahora solo en mi casa, debo asegurarla para que esté en condiciones para el. Fui rápido en busca de mi mochila (primera vez que la usaré).

– Vamos a estudiar pequeño. –

Llegué a la escuela, sentía unas miradas extrañas hacia mí y creo que específicamente en mi espalda. Vaya que era raro verme con una mochila. Cuando llegué a la cafetería busqué con la mirada al dueño de mis "sorpresas mañaneras" hasta que lo encontré en una mesa alejada, parece que estaba estudiando. Caminé a escondidas para quedar atrás suyo y poner mis manos en sus ojos.

– ¿Quién soy y por qué soy yo? –

– ¿Eres un guitarrista? Porque tus manos tienen callos. – auch eso dolió.

Quité mis manos de su hermosa carita morena y me senté a su lado. Dejando mi mochila en mis piernas. A lo que me miró muy extrañado.

– ¿Tú con mochila? ¿Acaso llevas latas de pintura? –

– Oh cuanto quisiera hacer un graffiti de O'Hara pero no, es algo muchísimo mejor. – abrí la mochila más de lo que estaba y la acerqué a Pav.

– ¿Pugketo? Diablos Hobie ¿Por qué lo trajiste? – en sus ojos se notaba la preocupación de tener a nuestro hijo en la escuela, el lugar menos indicado para tenerlo.

– Necesito limpiar mi casa a profundidad, no quiero que TORMENTA. – recalque esto último – le pase algo. –

– Pero si lo encuentra el señor O'Hara te va crucificar, sabes que odia a los perro. –

I feel you : ChaipunkDonde viven las historias. Descúbrelo ahora