Cuando fui al campo con mis amigos, note una extraña presencia, como si algo no estuviese bien. Nos encontrábamos en medio de la nada, rodeados de árboles y un silencio sepulcral que se hacía cada vez más inquietante.
De repente, notamos que algo se movía en la oscuridad. Unas sombras que se acercaban. Nos acurrucamos en nuestras tiendas de campaña, sintiendo como el miedo se apoderaba de nosotros. A pesar de que intentábamos no demostrarlo, sabíamos que algo andaba mal.
Lo que descubrimos esa noche horrorizó nuestras mentes. Escuchábamos gemidos y risas macabras, que se mezclaban con el ruido de hojas secas siendo pisoteadas. Y mientras intentábamos comprender lo que sucedía, comenzamos a percibir un aroma metálico, la presencia de la muerte era inminente.
Nos asomamos tímidamente por las ventanas de la tienda y lo que veíamos era una imagen dantesca. Una multitud de personas emprendía una marcha fúnebre siguiendo sus monstruosos líderes, risas sangrientas salían de sus bocas. Era como si la misma oscuridad estuviera acabando con ellos poco a poco.
Cuando logramos escapar, nos encontramos en colinas sin fin, la noche era densa y el camino era interminable. Y a cada paso que dábamos, sentíamos que algo nos seguía. Algo que quería hacernos daño.
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365 Cuentos para Un Año
Short StoryA) Nunca confíes en extraños y menos si te piden ketchup B) Las calabazas realistas dan miedo C) XX83