III La trampa del inmaduro

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Es mi baile de grado, todo esta listo, el lugar es como de un cuento de hadas, lleno de luces y flores, ventanas grandes, mesas y sillas vestidas, todas las mujeres llegan con hermosos vestidos y los hombres lucen tan galanes. Gracias a una carta que nos dejó mi hermoso ángel de sonrisa preciosa se que ella estará acompañándonos y bailando junto a nosotros, imagino que tiene un hermoso vestido blanco, su cabello agarrado y su hermosa sonrisa al bailar con cada uno de nosotros. Yo estoy con mi nueva pareja, un chico cuyo amor era divertido y paciente, no había día en el que no peleáramos, pero tampoco había día en el que pasara por el edificio del frente y desaprovechara la oportunidad para saludarme y mandarme un beso volado mientras recibia mis clases. 

Era un chico decente, me había presentado a su familia, los fines de semana hacíamos cosas juntos o con nuestras familias, los dias entre semana aprovechabamos para  acostarnos abajo de los arboles en la orilla del río y pensar, hablar y reírnos o probar cosas diferentes en nuestras papilas gustativas, aquel lugar se convirtió en nuestro escondite, el mundo dejaba de transcurrir simplemente el viento y el agua eran capaces de rodearnos sin que nos inquiete y es que "las mismas aguas no pasan dos veces por el mismo río" dijo Parménides un filosofo antiguo del que habló mi profesor de filosofía y que me hizo pensar en que algun día seré vieja como mi madre o quiza como mi abuela; como adolescentes teníamos responsabilidades, que evitamos que pudieran amargar nuestros días, a veces no estábamos solos, llevábamos amigos a nuestra guarida, escuchábamos musica, hablábamos de muchas cosas y reíamos como si no existiera un mañana.

Esos eran nuestros días cotidianos, una relación que se basaba en hacer cosas cotidianas, recuerdo que llegó el día de mi paseo de fin de año, por alguna razón mi pareja se encontraba muy intranquilo, me llamaba todo el tiempo, quizá pensaba que le iba a engañar o que el alcohol iba a afectar mis sentidos y me iban a hacer que haga cosas llevadas por mis impulsos, pero nada de eso pasó, en vez de disfrutar mi paseo pasé dentro del hotel hablando por teléfono con mi pareja y viendo la televisión mientras lo escuchaba, dejando pasar toda la diversión, me sentía vigilada, me sentía oprimida, aburrida e inquieta, todos mis compañeros estaban disfrutando menos yo y enseguida me puse a pensar en que estaba pasando! Por que razón mi pareja me esta prohibiendo de divertirme sanamente y por qué yo le estaba haciendo caso, pase minutos sumergida bajo el agua aguantando la respiración intentando pensar en lo que estaba pasando y en lo que estaba permitiendo, porque era claro que aquel ser estaba controlando mi vida, mis decisiones, mi gira.

Ahora era el turno de mi pareja, se fue de viaje así mismo por su paseo de fin de año, anonadada por mis inquietudes hice exactamente lo que mi pareja me había hecho cuando fue mi paseo de fin de año y le llamé, para mi sorpresa no me contestó, tenia el teléfono apagado, pasaron 3 días sin saber de el, cuando finalmente me contestó me dijo que se había mojado su teléfono y que no le quería prender hasta que se seque completamente para no dañarlo. Ingenua creí en sus palabras, sin embargo había sembrado desconfianza en mi, porque definitivamente el que quiere puede, y si esta persona se hubiese querido contactar conmigo lo hubiese hecho, quizá hubiese pedido un celular prestado a su amigo Alberto o hay  tantas soluciones y tan malas escusas para esconder su verdadero ser.

En fin, cuando uno se encuentra cegado por la ilusión y el falso amor no existe un buen raciocinio por nuestra parte y entonces nuestros sentidos se engañan y nuestro cebrero finge demencia para intentar erradicar el dolor y sufrimiento en nuestros corazones. Creyendo en las escusas de mi enemigo continué con la relación hasta que un día se fue con su familia de vacaciones, al haber experimentado la falsedad de su primera excusa mi cerebro empezó a generar situaciones en donde el tramposo caería en su propia trampa, entonces hábilmente tome su teléfono sin que se diera cuenta en el momento oportuno, revise y efectivamente me había engañado no una sino varias veces, en su paseo de fin de año y en el paseo con su familia, la manera en como se ingeniaba para mentirme y quedar como si me amara me daba risa, a la vez sentía como mi corazon se enfurecía y se rompía poco a poco. Fingí que no había hecho nada y planifique mi venganza, pero nunca debes hacer lo que no te gastaría que te hagan a ti, a me negué rotundamente a devolverle el engaño así que, le puse una sutil trampa, sabía que una compañera mía le atraía, así que le pedí su teléfono y empecé a entablar una conversación con mi pareja haciéndome pasar por ella.

El juego tuvo un éxito tan bueno que en el segundo día había convencido a mi pareja en ir a la casa de mi compañera, el detalle es que para asegurarme de sus intenciones le propuse sutilmente llevar preservativos a lo cual respondió excitado. No puedo describir la energía tan negativa que sentía encima de mi aura, no podía evitar pensar con que clase de persona me había metido o que había dejado entrar a mi corazon, ese mismo día le envié las capturas de pantalla del chat no a su mamá aunque hubiese sido buena idea, le envié a el, a ese ser repugnante y su respuesta fue "sabia que fuiste tu", ya no estaba dispuesta a creer nada que viniera de su boca, así que corté toda comunicación con él, me sentí destrozada pero gracias a algunos viajes que pude realizar, pude alimentar mi alma y pude sentir como me iba sanando otra vez, el contacto del agua en una cascada, las olas del mar chocando contra mi piel, bailando con el viendo y los arboles en un bosque, aguantando mi respiración en una piscina, conociendo nuevas personas, conectando con el mundo otra vez me sentía mía, y empecé a empoderarme. 

musa del sexto sentidoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora