El Amor De Nirvana

Comencemos

Llevaba planeando mi partida de esta miserable vida desde hace ya dos días. Había sido traicionada de la peor forma posible, haciendo que no me quedara nada en esta vida.

La tina de agua ya se estaba empezando a enfriar, llevaba toda la noche aquí, mirando a la nada, esperando que las pastillas me hicieran efecto.

Un forcejeo interrumpió mi momento de calma, para sentir como unos pasos se acercaban a donde me encontraba, no podían ser mis padres, ellos no iban a estar toda esta semana. De la nada vi como una figura masculinas de más o menos mi edad se encontraba asomando se a mi baño.

-AHH, que susto.

-Llévate lo que quieras, solo no molestes- antes de que pudiera decir otra palabras , volví a hundir mi cuerpo en la tina del baño, esperando a que las pastillas que me había tomado la noche anterior me hicieran efecto.

Sabía que el sujeto no se había ido, sabía que se encontraba ahí, observando me como una loca. Sus pasos empezaron a acercarse a mi.

-¿Vitaminas?

Escuche su voz y todo cobra sentido en ese momento. Me levante rápidamente de la tina, para arrancarle el frasco naranja de la mano.

-Vitaminas- repite tras él.

No pude contener la risa, era muy gracioso. Tenía sentido llevaba aquí toda la noche y nada había pasado aún, me sentí como una tonta.

Salí de la tina dirigiendome al espejo del baño, sintiendo la mirada del ladrón siguiendome. Empecé a rebuscar para encontrar la verdaderas pastillas que necesitaba, no entiendo como fui capaz e confundir los frascos, bueno eran bastante parecidos.

Ni para quitarme la vida servía.

Me senté en lavabo y observe como el sujeto masculino aun se encontraba ahí, parado en el marco de la puerta, viendome con una sonrisa en la cara, como si esto fuera lo más gracioso.

-Te recomiendo que te vayas. No queras que te inculquen por asesinato , ¿o sí?

-¿Qué cojones?

Que pereza dan los hombres, parece que su minúsculo cerebro solo sirve para minúsculas cosas.

Me reí, pero no de él sino de mi propio chiste.

-Cuando quise entrar a robar no estaba en mis planes encontrarme con una chica suicida.

-La vida da tantos giros, además, ¿por qué ibas a entrar a robar en plena luz del día?- respire hondo.- Sabes qué, no me lo digas, prefiero morir con la duda.

Me dispuse a abrir el frasco con las pastillas, para tomarmelas todas de un solo trago, pero antes de que ni siquiera haber abierto el frasco, sentí como la arrancaban de mi mano y como todas las pastillas habían acabado en el retrete.

-¿PERO QUÉ TE PASA?- le empuje sacandole fuera del baño- No puedes venir a robar a mi casa y luego querer hacerte el héroe.

-Ei,ei, ei... Necesita ayuda profesional.

-¿Tú eres psicólogo?

-No

-Entonces te callas, además la ayuda de los psicólogos son una mierda.

-¿Por qué?

-La primera cita que tenían disponible era el 2 de noviembre, mira el calendario.

El sujeto saco su teléfono del bolsillo para observar el día de hoy y si , estábamos a 2 de julio.

De verdad la gente cree que los que tratamos de suicidarnos no pedimos ayuda. Si lo hacemos, pero solo encontramos a gente que nos trata de exagerados o que dicen que nos entienden, pero no , no nos entienden, no puedes entender a alguien que ve la muerte como la última opción, a menos que tú también hayas llegada a ese punto.

-Perdón.

-¿Por qué pides perdón?

No espere a que me contestara, decide dirigirme a la cocina, en donde, abrí la nevera y cogí una botellas de refresco, para después dirigirme al sofá y encender la tele.

-Me aguaste los planeas de mi muerte...

-Adam.

-Si eso mismo, Adam

Dirigí mi vista la tele con las esperanza de que el sujeto se largara de mi casa, pero todo lo contrario, se sentó a mi lado, los ladrones de hoy en día se cogen unas confianzas...

-Que confianzas Adam , ¿no te genera miedo el hecho de que vaya a llamar a la poli?

-No lo vas a hacer, si no lo hiciste ahora no lo vas hacer después.

-Mhmm.

La verdad, hubiera preferido que si al menos iban a entrar a robar a mi casa, el ladrón tuviese una pistola y no hubiera duda en meterme una bala entre ceja y ceja.

-¿Te gustaría hacer un trato?

-No estamos en una historia de wattpad, querido.

-¿Wattpad?

-Si, wattpad. Plataforma de lectura que esta llena de historias clichés - di una pausa, antes de seguir hablando. - Solo estoy esperando a que te largues, para ir a pillarme la cuchilla mas afilada y rajarme las venas.

-Que sádica.

-No soy sádica soy realista. Solo haces que mi tiempo de muerte se atrás, pero tarde o temprano llegara.

-¿Qué te hizo tanto daño como para llegar a hacer eso?

-Gente como tú, metiche, que su vida es tan aburrida que se tienen que meter en vidas ajenas.

Gire mi cabeza para encontrarmelo ahí, apunto de reírse.

-¿Qué te hace tan gracia?

-Nada , nada... Venga, has dicho que tarde o temprano te vas a matar, regalale a un desconocido una semana de tu vida.

-¿Una semana?

-Sí, una semana, en donde te hare pensar que la vida no es tan asquerosa, la que la hace asquerosa son las personas que habitan en ella.

-Ouh, no sabía que mi ladrón iba a ser filosófico.

-¿Tú nombre?

-Nirvana.

-Dime, Nirvana, ¿ cuál es tu hobbie ?

-Leer, cantar y escuchar a estúpidos como tú, que creen que pueden cambiar la vida de los demás como si fueran ángeles.

-Ya sabemos que eres alguien con carácter Nirvana.

-Carácter mis huevos.

-Por favor Nirvana, no digas esas cosas.

-Callate por favor y vete antes de que me hagas llorar.

-¿Cuantos años tienes Nirvana?

-17 años. 

-UOH- salto del sofá alejandose de mi- me van a meter a a cárcel no por robarte, sino por estar cerca de una menor.

-¿Cuantos años tienes tu, personaje con complejos de padre?

-18 años.

No pude evitar reírme, una risa que le contagio a él en muy poco tiempo.

-Vamos, te hice reír. Ahora estas obligada a aceptar mi trato.

-Una semana.

-Solo una semana.

Estrechamos nuestras manos como signo de trato.

Estaba preparada para pasar una semana de mi vida con un desconocido.

Un desconocido que dentro de poco se convertiría en mi última persona, en la persona que me recordó que era yo el problema en esta vida.

Capaz si esa tarde hubiera rechazado su oferta, ninguno de los dos se hubiera daño por el camino, capaz la duda jamás se hubiera cruzado por mi camino, capaz la venganza jamás hubiera estado presente en su vida.

Al fin y al cabo volvemos al inició de partida, quedando solo un capaz o quizás...