#03

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— ¿Puede Adam salir a jugar?

Logré escuchar, mis oídos en ese entonces no eran tan sensibles como ahora pero esa voz podría identificarla aún si estuviera a kilómetros de distancia.
Deje mi plato de desayuno y fui corriendo hacia la entrada, dónde mi mamá estaba hablando con el.

— Adam está comiendo, quizá el–

— Ya acabe de comer. — La interrumpí, mi mamá volteo a verme un tanto sorprendida, sin embargo me sonrió al instante.

— Está bien, solo no regreses muy tarde, ¿Si?

— Si mamá. — Dije eso Justo antes de ser arrastrado fuera de mi propia casa. Azzaro siempre fue un chico de carácter hiperactivo e impaciente, simplemente no podia hacerlo esperar ni un minuto, claro, no nos vayamos a extremos como "segundos" los cuales por supuesto podía aguantar con un poco de dificultad.

Siempre ibamos a su casa, el tenía una consola en su cuarto y siempre aprovechamos el poco tiempo que teníamos para usarla cuando su hermano mayor Sam se iba a sus entrenamientos de basquetbol.
Ciertamente su consola era un poco vieja, pero claro que corría a la perfección los juegos que estaban "de moda" en ese tiempo. (Con "de moda" me refiero a "de moda hace ocho o nueve años")

Ambos nos sentamos en el suelo y cada quien tomo un control, así que pasamos la tarde como lo solíamos hacer todos los días.

Como solía ser, ambos recorríamos el pequeño "pueblo" hasta llegar a una tienda cercana y compramos dulces, para después regresar casi corriendo ya sea por qué vimos a los chicos delincuentes de la zona sur o porqué un perro rabioso nos vio con ojos amenazantes.

Entonces la tarde acababa cuando su hermano llegaba y le reclamaba a Azzaro por estar usando su consola.

Sin embargo, esa tarde fue diferente.

Azzaro y yo estábamos en la última partida de aquel juego de carros parecido a Mario kart, solo que en versión más pixelada, trabada y con diseños pésimos. Azzaro estaba apunto de estallar de el estrés mientras decía maldiciones en volumen bajo, procurando que su madre no lo escuchará, mientras que yo cantaba victoria cuando me acercaba de poco a poco a la línea de meta.

Entonces ambos escuchamos la puerta de entrada abrirse, lo que significaba que su hermano había llegado de sus entrenamientos de básquet, a lo que nosotros respondimos mirándonos mutuamente con esa mirada de decepción.

Decidimos seguir con la partida, después dejamos todo acomodado y la consola apagada, pese a todo esto, su hermano aún no subía.

Azzaro volteo a verme, frunciendo el ceño levemente antes de susurrar. — Están callados...

— Ajá, no es cierto Azzaro, yo claramente los escucho gritando. — Susurro irónicamente en respuesta, rodando los ojos antes de encaminarme a las escaleras, comenzando a bajar de escalón a escalón hasta poder tener una vista mínima a la cocina, dónde Sam y su madre estaban hablando en voz baja.

Realmente no logré escuchar mucho, solo un "Como pudiste" y un "lo siento".
Me sentí curioso, baje un par de escalones más hasta que ví como la Madre de Azzaro alzó la mano y golpeó a Sam en el rostro de la manera más grotesca que pude haber presenciado a mis díez años y medio. (Cabe aclarar que, claro que había visto bofetadas así de fuertes, pero en series y no con gente que conozco de años.)

Azzaro logro escuchar desde el segundo piso y bajo rápidamente, dejándome atrás antes de que yo pudiera siquiera seguirlo con la mirada.

Su mamá estaba llorando, se había sentado en uno de los sofás y estaba cubriendo su frente con las palmas de su mano, haciendo un soporte para su cabeza mientras apoyaba sus codos en sus rodillas, agachando la cabeza. Sam estaba a un lado de ella,arrodillado y sollozando.

Be The StarboyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora