Capítulo 6.

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Ambar: 


C A P Í T U L O  6 

Días después.

Desde que llegué al palacio, todo ha sido una rutina de la cual me tiene muy aburrida, aunque a pesar de todo, ya se leer y escribir, estaba sorprendida de mi misma al tener un gran avance, ya se escribir palabras largas y cortas, puede que sea lo mas simple del mundo, pero me gustaba y me sentía feliz de mi misma por lograr todo eso. Ya aprendí a diferenciar los colores y las cosas, todo es gracias a Felicia, ella es la única que ha sido buena conmigo desde que llegué. 

Los reyes casino están en el castillo debido a que tienen que recorrer tierras y buscar suministros para el castillo y el pueblo, cosa que me gusta ya que en el pueblo hay personas que fuero buenas conmigo y no quisiera que pasaran necesidades. 

Felicia me ha contado que todos los que están dentro del castillo son inmortales, excepto los guerreros que llegan nuevos por reclutamiento de los Reyes, aunque no lo parezca, los Reyes tienen un ejercito enorme, se podría decir que el mas grande que he visto, ya que siempre están siendo cazados por otras naciones debido a lo que les pasó hace siglos, todos creen que hicieron una especie de pacto para mantenerse jóvenes y así poder invadir las demás naciones. Hasta donde me dijo Felicia ellos no desean eso, solo quieren liberarse de esa maldición por que mientras los días, meses, semanas y años pasen, ellos terminaran siendo bestias y ahí seria el fin porque podrían perder su humanidad, sentimientos, pensamientos y recuerdos, serian bestias fácil de controlar y si llegasen a ser cazados los usarían para masacrar naciones enteras, por eso el desespero de buscar a la mujer indicada y por lo que veo, lo harán hasta encontrarla. 

Había terminado mis clases de pintura con Felicia ya que dentro del palacio no había maestros porque ellas eran señoritas que estaban bien educadas y tenían los dotes para sorprender a cualquier hombre. 

¿Yo? Yo soy pésima para ese tipo de cosas, siento que eso no es lo mío, siento que estoy hecha para cosas más grandes que pintar, bordar y beber el te, que por cierto es horrible. Después de mis fallidas clases de pintura, me escabullía hasta los establos, a estas horas de la tarde siempre estaba vacío así que entraba y me escondía de todos al menos un buen rato. 

—Llega tarde —cerré los ojos al escuchar al general  Alexander.

—Lo siento, las flores me llevaron mucho tiempo —voltee y el negaba. 

Desde hace varios días decidí recibir clases de su parte, quise aprender a usar una espada, pero el jamás me ha dejado tocar una de verdad, ya que siempre practicamos con una de madera. Estuve muchos días rogándole para que me enseñara hasta que accedió, por supuesto a escondidas de los Reyes. 

—Entiendo, ensilla el caballo, iremos al bosque —asentí emocionada. 

El general me enseño a ensillar un caballo, era lo mas sencillo que he hecho, lo difícil fue montarlo debido a que le tengo miedo, ya poco a poco le voy perdiendo el miedo al caballo, debo perder el miedo porque en una situación de huida, podría morir. 

Me quite el vestido incomodo que llevaba y me puse unos pantaloncillos largos que eran del General, por suerte si se cocer y lo ajuste a mi medida, usaba unas botas que el mismo me consiguió junto con una camiseta que era de el, que obviamente la ajuste a mi medida. 

Ensille el caballo, era color café oscuro y hermoso, se llama Bestia. Después de ponerle la silla subí a el y salí del establo, el General me esperaba ya en su caballo. 

La Favorita de los Reyes. -Finalizada- ✔️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora