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Ninguno de los alfas vio a Jimin en los últimos días, pero tampoco quisieron buscarlo o pedirle que estén juntos.

La temporada de lluvia estaba a la vuelta de la esquina y solo podían esperarla con miedo.

El tiempo que transcurría se hacia cada vez más lento, pesado y tedioso. Cada uno tenían sus propias preocupaciónes; pero ante todo esto, el joven Jimin aún se encargaba de hacerles saber que eran queridos, les dejaba pequeños detalles cada cierto tiempo.

Ahora se encuentra Yoongi en la biblioteca, que es una de las habitaciones más alejadas a las ventanas; no le gusta ver a través de ellas. Pasea sus dedos por los lomos de los libros, dónde deja salir un suspiro pesado cuando solo logra identificar algunas palabras.

Sigue paseándose, su caminar es lento y con calma, la habitación huele a bosque, supone que Jimin había estado ahí anteriormente. Sabe que él y sus hermanos no sufren de los conocidos celos de temporada, dónde sienten las características ganas de reproducirse; nunca los había sentido, no hasta ahora.

Había tenido síntomas desde hace tiempo pero los ignoró, solo debe ser un leve malestar. Él y sus hermanos no tienen celos, porque no tienen un lobo; su lobo está fragmentado en cada uno de ellos.

Piensa que talvez eso explica el porque en la venta de alfas eran los más buscados, y en algunas ocasiones les tenían miedo. Ellos son fuertes y no los han podido doblegar ante ningún beta u omega. Y lo que más genera recursos, nadie les ha ganado en una pelea, saliendo victoriosos en cada una.

Son la definición de alfa. Pero no se siente así, ni siquiera tiene un lobo, entonces ¿cómo puede ser un alfa?

Es una situación triste y melancólica, entonces se pregunta el ¿porqué su mano está sobre su miembro apretándolo con sus fuertes manos?

Ante ese reconocimiento no hace nada al respecto, solo cierra sus ojos y trata de inahalar un poco más de ese embriagante aroma. Jimin.

En la mañana le dejo una carta impregnada con su olor, y se supone que estaba buscando un diccionario. Aún mantiene la carta en su saco negro, dirige su mano restante a la carta y la acerca a su nariz, la profunda bocanada que toma del olor lo deja mareado.

Hace tiempo que no lo ha hecho, pero el calor que crece en cada instante dentro de sus pantalones no lo deja pensar con claridad.

Por lo que sin pensarlo va a recostarse en uno de los sofás que se encuentran ahí, dónde deja caer su peso con cansancio y deja salir un fuerte suspiro.

Aún, con la mano sobre sus pantalones se pregunta qué es lo que quiere decir Jimin con su carta; pero el simple hecho de pensar en él omega hace que su miembro dentro de los pantalones se mueva incómodo. Pasea su mano sobre su entrepierna, moviéndola lentamente de arriba a abajo, también cierra los ojos con disfrute.

No aleja su mano ni cuando acerca la carta con olor a Jimin en sus fosas nasales, respirando el bosque que hay en él. Pronto comienza a entrar en calor, la habitación se vuelve caliente.

Desabrocha la hebilla de su pantalón y acaricia ahora dentro de él, pero no es suficiente, el necesita de más contacto, pero aún así le gusta la sensación de sentir la suave tela de la ropa interior que se pasea en su pene ya erecto.

Sus manos no alcanzan a cubrirlo por completo, le importa menos ese hecho. Está más concentrado el como una parte de él pide a gritos a Jimin. Desea estar con él, justo ahora; tendrá que confirmarse en masturbarse.

La fricción que se genera en cada movimiento lo deja sin aliento, sigue inhalando el aroma a bosque y deja caer su cabeza al respaldo del sillón donde abre la boca para sacar leves jadeos entrecortados.

𝙁𝙞𝙫𝙚 𝙈𝙞𝙣𝙨Donde viven las historias. Descúbrelo ahora