Lizet y Rachel salieron en el auto Mazda 3 para ver si encontraban a Sam, claro que Rachel conducía por que en estado de nervios en el que estaba Lizet podrían tener un accidente, la búsqueda no dio resultados aunque la ciudad era pequeña, Sam no estaba por ningún lado, ya estaba oscureciendo, y Lizet estaba más preocupada, aunque sino había noticias era porque estaba bien... la malas noticias son las primeras en saberse...
Ya muy tarde regresaron a casa, la Sra. Ana al ver la cara de su hija la abrazo fuerte, para consolarla y darle ánimos
Ana: tranquila cariño, pronto sabremos de ella
Lizet: no lo sé tengo un mal presentimiento
Ana: mejor descansa mañana será otro día,
Lizet: y si le paso algo, si ella esta... el llanto era inconsolable...
Ana: no pienses eso, ella es fuerte y lo superara... sube a tu habitación mientras acompaño a Rachel a la suya... Lizet subió y ni siquiera se despidió de Rachel, en todo el tiempo que estuvieron en el auto buscando a Sam, no le hablo, por que por culpa de ellos todo lo que su amor estaba sufriendo.
Ana: puedes usar esta habitación durante el tiempo que desees, lo importante ahora es Sam
Rachel: señora Ana, yo quería pedirle disculpas, por todo esto... yo no soy mala, nosotros no lo somos pero las cosas se dieron de una forma que lo parece
Ana: no tiene que darme explicaciones, solo espero que Sam no haga una locura, la quiero mucho al igual que mi pequeña hija... ahora descansa también mañana la buscaremos
Rachel: hasta mañana Sra.
En una playa desierta, con un frio que traspasaba los huesos se encontraba una morena, sentada en las piedras, observando cómo las olas chocaban contra las rocas y unas gotas caían cerca de donde ella se encontraba, con lagrimas en sus bellos ojos azules y abrazada a sus piernas, no podía asimilar de la verdad que había sido revelada ante ella el día anterior, todo sus logros y dinero no servían en ese momento para aliviar ese dolor, esa pena, ese resentimiento por el engaño de tantas personas en las cuales deposito toda su confianza, se preguntaba ¿para qué tanto luchar si al final no tengo nada?, ¿donde está la felicidad que alguna vez soñé tener?... o acaso la felicidad es solo un sueño... ¿cuál es la realidad y donde queda la fantasía?, con un grito de impotencia mirando hacia el cielo dijo: ¿Por qué a mí?, ¿Por qué? Esperando tal vez que alguien respondiera, y dándose por vencida al no obtener respuestas volvió la mirada al mar
Sus pensamientos iban y venían del pasado como una ráfaga que martillaba su corazón, un corazón que ya no era capaz de soportar más dolor, de cómo la vida le había dado un duro golpe sin previo aviso, tantas emociones, lo que intento hacer unas horas antes... acaso ella era una cobarde por no poder afrontar una desilusión, y continuar con su vida... no, una desilusión no, eran 3 desilusiones, pero la más importante, la que mas dolía, era precisamente esa, la que había querido borrar de su mente y que su corazón se lo negaba siempre.
Qué difícil es la realidad, los seres humanos que pequeños somos ante el dolor, y más cuando el corazón está herido... mirando al mar rio irónicamente y dijo... yo la mujer de hielo y ahora mírame como estoy, si las cosas solo pudieran arreglarse con desearlo, ¿de verdad yo deseo eso? Se pregunto... por supuesto que lo deseas se respondió...
A lo lejos vio un faro encendido... si tan solo tuviera una luz para poder salir de esta oscuridad, pero de verdad quería salir de ella, porque todos sus pensamientos solo conducían a un destino, un destino no trazado por Dios, sino por ella misma, el final de sus días, más bien el final de ese día, entonces se pregunto ¿Por qué las personas se suicidan? ¿Valentía o debilidad?
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ENCONTRANDOSE CON SU DESTINO
Teen FictionSamantha Sotomayor y sus intentos por huir de su destino.