Resumen: Luego de su muerte, Adamas no desaparecio. Su alma divina simplemente nació de una roca para convertirse en el rebelde más peligroso de los cielos.
Etiquetas: Adamas es Sun Wukong, OP Adamas, Adamas de lado de la humanidad, dioses enojados
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—¡Para la Sexta Ronda del Ragnarok, el siguiente luchador de los Dioses es, para una total ironía, un dios que ayudó a esos tontos inútiles con sus deseos materiales y les enseño el camino en la oscuridad! ¡Aquí está ese hombre! ¡Ese hombre que abandonó la realeza, su familia, los deseos mundanos y sus emociones! ¡Camino solo, y en seis años, alcanzó la iluminación! ¡Nacio solo, vivio solo, y luchara solo! ¡Entrando a este mundo como un príncipe y saliendo de este como El Iluminado! ¡Como respeto a este prolificado hombre, los humanos lo llaman el BUDA!
La arena del Ragnarok se había iluminado, con una gran puerta dorada y un camino de hermosos flores loto iluminando un camino, a la espera del dios. Mas sin embargo, nadie salió.
—¿Acaso no saldrá?
—¿Donde esta?
Los murmullos no se hicieron esperar ante la ausencia del iluminado. Mas un sonido los saco a todos de su ensueño y dirigieron su mirada a la puerta dorada donde se supone que Buda saldría.
Frente a todos estaba un hombre de exquisita belleza. Con largos cabellos blancos y unos brillantes ojos dorados. Con una armadura negra, un casco de plumas de Fenix cual corona en su cabeza acompañado con un anillo dorado, su faja armilar roja detrás de el flotando con vida propia. Y en sus manos, una de las armas divinas mas famosas y poderosas, el Ruyi Jingu Bang. El hombre venía sobre un largisimo dragón chino de unas hermosas escamas verdes.
—¿Acaso será...?
—No puede ser el.
—¿Como es que esta aqui?
—¿Como se atreve a desafiarnos una vez más?
Todos comenzaron hablar, los dioses mas furiosos que nada, pero tambien temerosos. No habia muchas personas que pudieran igualarle, mucho menos derrotarle. Que el tomara el lado de la humanidad era una gran baja para los dioses.
—¿Acaso no me vas a presentar, Heimdall? —pregunto burlon.— Buda no saldrá, ni siquiera esta en la arena.
Heimdall trago saliva, temeroso ante la fuerza de aquel dios.
—¡Para la Sexta Ronda del Ragnarok, el siguiente luchador de los Dioses es un ser que cruzo una cascada para convertirse en Rey! ¡Un ser que bajo a los infiernos para borrar su nombre y volver a la vida! ¡Un hombre que derrotó todos los ejércitos que los cielos enviaron a el para derrotarlo! ¡Ni siquiera ser impresionado por siglos detuvo a este hombre en su camino a la total inmortalidad! ¡Con siete inmortalidades, este hombre desafió a los cielos una y otra vez! ¡Declarándose como el Gran Sabio, Igual al Cielo, El Gran Rebelde de los Cielos, SUN WUKONG!
Entre felicitaciones bastantes dudosas por parte de los dioses, Sun Wukong se encamino hacia Heimdall y tomo el micrófono.
—Creo que están equivocados en algo. —se rio.— Yo no voy a luchar al lado de los dioses.
—¡¿Que?! —Se escucho por todo el estadio.
—Obviamente mis puños serán para los odiosos dioses. Yo, el Rey Mono del Oeste, Sun Wukong, derrotare a cualquier dios que se ponga en mi camino.
Y con una sonrisa que causó temor en los dioses, el silencio reino, y el Emperador Jade sintio que finalmente, esta vez, el Gran Traidor de los Cielos traeria el Ragnarok.
