Capítulo 19

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Su mano se ondea por encima del hombro, diciéndome adiós con los labios y siento a mi corazón dividirse, no tan solo por la separación con Tiago después de tres días pegados como imanes. Al mismo tiempo sentía a mi corazón fraccionarse ante dos personas.

Estar junto a Tiago en Mónaco, era un constante recordatorio de que todo iba a estar bien, que tenía a alguien a mi lado dispuesto a quererme tal y como yo tanto lo había esperado, pero hubo alguien dispuesto a eliminar esa posibilidad.

El beso que Sainz y yo nos dimos hoy por la madrugada había causado en mi estragos que no creí que perdurarían.

Estaba cometiendo los mismos errores por los cuales yo terminé mi relación, errores que me causaron noches llenas de preguntas sin contestaciones, episodios de ansiedad, inseguridades y la poca confianza en el amor verdadero. Todo eso lo estoy repitiendo con Tiago y aunque aún no seamos novios, sé que desde el momento en el que no quise decirle con quién hablaba y a dónde iba, era un indicio de que lo que estaba haciendo no era lo correcto.

Incluso, no fui capaz de confesarle acerca del beso entre Carlos y yo, porque, ¿cómo le dices a las persona que viajó casi 10,000km solo para verte, que te besaste justo con la persona con la cual le aseguraste que no tenías nada?

Y peor aún...

¿Cómo le explico a la persona que me ha demostrado más en tres días de lo que Carlos pudo demostrarme en tres meses, que no puedo dejar de pensar en ese beso?

Simplemente no puedo, no puedo hacernos esto, porque en él estaría perdiendo a una persona sumamente valiosa para mi vida y estaría perdiendo la posibilidad de volver a creer en el amor tal y como lo imaginaba de niña, un amor de ensueño en donde los príncipes caen perdidamente enamorados ante la chica de la que menos se esperan.

¡Dios mio Lea, no puedes estar jugando con los dos!

Voy en camino al hotel de Sara esperando que esté despierta y esperando con ansías que me diga que si me puedo quedar con ella en Londres.

No quiero regresar a casa después de este fin de semana, eso significaría estar sola con mi mente sobre pensando las cosas una y otra vez, sin encontrar solución alguna. Lo mejor que puedo hacer por ahora es ocupar mi mente y nadie mejor para eso que Sara.

–Buenos días, solicito permiso para subir a la habitación 15–digo ante el hombre que está en recepción.

–Me permite su identificación por favor.

–Claro–busco dentro de mi bolso la identificación y encuentro un papel que no recuerdo haber metido, tomo entre mis manos ambas cosas.–Aquí tiene.

–Gracias–observo como busca algo en la computadora y aprovecho para ver que es lo que hay en el papel.

Es algo grueso lo que me indica que es una hoja doblada en varias partes, la desdoblo con cuidado tratando de no dañarla.

Al extenderla por completo, me encuentro con la copia de un boleto de avión hacia Arzebaijan, pero no recuerdo haber impreso ese boleto. Lo observo con cuidado, la fecha de salida es para el día 8 de junio, cuatro días antes de la carrera y el vuelo inicial sale en México...

Le doy vuelta y hay un mensaje en letras pequeñas de una letra que no reconozco pero comienzo a leer:

"Lea Murphy

Han sido los mejores tres días que hubiera podido imaginar, estar junto a ti en cada momento fue magnífico y muero por repetir la experiencia.

Solo regreso a México por temas de trabajo, pero Baku nos espera.

Estoy ansioso por compartir más aventuras juntos.

Entre Cámaras | Carlos SainzDonde viven las historias. Descúbrelo ahora