JAIME: Tengo guardia, pero lo bueno es que hay televisión en la sala de terapia intensiva. Luego nos vemos.
MARINA (asomándose por la ventana): Ya es tarde y no llegan los Ascencio todavía.
(Todos salen a ver el programa. Nacho le da un fuerte beso en la mejilla a Sofía y va a encender la tele pero ella lo intercepta.)
SOFÍA: ¿Qué haces?
NACHO: El programa...
SOFÍA: Ignacio, espera un momento, tenemos que hablar.
NACHO (Nacho enciende la TV): ¿Ahorita?
SOFÍA (al público): Aquí se me pusieron las cosas color de hormiga, pero puse a prueba mi poder de convencimiento, ya no se trataba únicamente de las vacaciones o la remodelación urgente del edificio, quería ver quién tenía más poder sobre mi marido, si el fútbol o yo. Claro, el reto- en términos deportivos- tenía "grado de dificultad diez". Imagínense persuadir a un marido de renunciar a ir, con gastos pagados, al campeonato mundial de fútbol. Probé todo. Primero toda la fuerza matriarcal reprimida por generaciones: (a su marido. Autoritaria) Ignacio, ni te ilusiones porque tú no vas a ir a Japón...
NACHO ( en tono burlón ): ¡Ja, ja!
SOFÍA (al público): ¿No funcionó el autoritarismo? Bueno, probemos el uso de la razón y el sentido común (a su marido): Nacho, mira, vamos siendo realistas: por fin tenemos en nuestras manos dinero suficiente para contratar a un buen abogado. Finge que vas al mundial, pero en realidad te quedas aquí, y con el dinero demandamos a esos bandidos de la constructora. No es deshonesto, porque vamos a usar el dinero para el bien común. El torneo futbolero se acaba en unos días, en cambio el patrimonio de nuestras viviendas durará para siempre.
NACHO (toma el teléfono): ¿Reservaciones 24 horas? Sí, buenas noches, sí, quiero hacer una reservación a Osaka Japón... ¿Abrieron dos nuevos charters? Excelente. Sí espero...
SOFÍA (al público): ¿Qué tal entonces un poco de chantaje emocional? (A su marido) En todo caso soy yo la que ganó el viaje, puesto que fui la que adivinó el número de cacahuates del botanero. Así que yo decido no ir, y emplear el dinero en otra cosa... por ejemplo, demandar a la constructora.
NACHO (al teléfono): ¿El paquete incluye entradas a cuatro partidos de nuestra Selección? (Grito de entusiasmo) ¡Eeeeeeeeh!
SOFÍA (al público):No quería llegar a estos extremos, pero ahora toca el turno al fatalismo amarillista, algo que le llegue duro y directo (a su marido, en tono melodramático): Imagínate el peligro que corren nuestras hijas, nuestras gemelitas, rozagantes y cachetoncitas. Si el edificio se incendiara, por las fallas eléctricas, moriríamos achicharrados, y si sobreviviéramos tendríamos que volver a vivir a casa de mi mamá.
NACHO (cuelga el teléfono): ¡Con tu mamá otra vez no! ¿De qué diablos estás hablando? ¡Pero si aún no tenemos hijos!
SOFÍA (al público): Ahora el tiro directo (Sofía se sienta sobre él, cara a cara, con una pierna en cada costado, dejando ver sus piernas de manera provocativa): Eso quiere decir, que tenemos mucho trabajo por hacer tú y yo en nuestro campo de juego. Tienes derecho a un tiro libre en mi portería, ¿Qué tal si me metes un gol? ¿mmmmmmm?
NACHO: Eres una diabla, una perversa... (Sofía se desabrocha la blusa) ¡Ay mamá! Un momento: ¿Y a dónde se supone que iré todos estos días?
SOFÍA: Te quedarás en tu despacho. Total, solamente serán unos cuantos días, porque de acuerdo a las estadísticas de los pasados veinte campeonatos, nuestra Selección estará de vuelta en casa al finalizar la primera ronda.