𝙾𝚖𝚎𝚐𝚊𝚟𝚎𝚛𝚜𝚎 / 𝙶𝚎𝚛𝚍𝚎𝚛𝚋𝚊𝚗𝚍𝚎𝚛

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Baker Street 221B, el famoso apartamento del detective más importante de Londres, ahora quién vivían con el, era su querido amado William James Moriarty, casados ya desde hace 5 años y hasta apenas hace casi 8 meses se habían enterado de que estaban esperando un bebé, William estaba embarazado y aún que lo habían planeado desde hace tiempo estaban algo nerviosos con su primer bebé, habían decidido que su llegada fuera sorpresa, para ellos no importaba si era niño o niña, lo amarían sin importar lo que fuera.

Para William, quien era el encargado de llevarlo en su vientre, era bastante complicado esos últimos meses, además de que su vientre había crecido demasiado eso ocasionaba que no pudiera moverse, el prefería dar algunas caminatas que quedar encerrado en un apartamento pero debido a que ese departamento se encontraba en un segundo piso y para el subir y bajar no era buena idea pero no tenia otra opción.

Además de ese inconveniente había otro y ese eran los síntomas, los mareo y náuseas había bajado demasiado, los únicos momentos donde ocurrían era en las mañanas, las famosas náuseas mañaneras, lo que seguía desde el primer mes eran las hormonas y aún que al inicio que se notaron mucho en ese último mes si que eran sus cambios de humor, de un momento está completamente feliz y entusiasmado donde mostraba una hermosa sonrisa a su querido amado pero de un momento a otro estaba furioso y quería estar en la cama llorando, Sherlock sabía que todo eso era normal y natural pero a veces se sentía un poco frustrado en no saber que hacer o cómo ayudar a William.

A pocas semanas de la suposición del nacimiento, William comenzó a sentir algunas contracciones lo cual fue motivo para asistir al hospital, John, quien había sido el encargado del procesos de su embarazo, sería quien recibiría a su bebé, al llegar le hicieron un ultrasonido y algunos estudios, aún que las contracciones había comenzado el tamaño de dilatación aún no era la adecuada para que el bebé naciera, después de varias horas se dolor y un poco de estrés, el pequeño bebé nació, con la novedad de que el cordón umbilical estaba enredado en su cuello pero no hubo riesgo mayor ya que el cordón era bastante largo y no estaba tan enredado.

Cuando por fin llego el momento de ver a su bebé se alegraron en saber que ese pequeño que estuvo en el interior de William había sido niña, una bella niña cuyos pocos cabellos eran de color azul, idénticos a los de Sherlock, ambos estaban bastante felices de que su bebé había nacido sana.

Al día siguiente le dieron la alta a William, ambos estaban realmente felices de que al fin había llegado el día en que podrían vivir con su bebé pero nunca se imaginaron todas las circunstancias con las que se enfrentaría, como los lloriqueos en medio de la noche, el cambio de pañal constante al igual que la alimentación y la suprema higiene para que su bebé no llegara a enfermarse y mucho menos a esa edad.

-Por fin se durmió-Exclamó William acariciando su poco cabello ya crecido en la parte de la frente-.

La pequeña dormía en la cuna que había sido construida por Sherlock, en una segunda habitación del departamento, estaba pintada de color azul cielo, con un cambiador de madera y un librero que había reutilizado para poner la ropa de la pequeña, la mayoría de ropa que tenía había sido comprada cuando William estaba embarazado por lo que eran ropa de diferentes colores, sus juguetes no eran muchos, pero había un perro de felpa de color café claro que era colocado en la parte superior de la cuna.

Ambos habías decido llamarla Annabelle y con ello, llevar ambos apellidos, aun que eso no era algo inusual en la sociedad pensaron que hacerlo era demostrar que aquella niña era parte de los dos.

-Es un poco complicado que se duerma ¿Verdad?-Pregunto Sherlock mientras se dirigía a un lado de William para también observar a su pequeña dormir-.

Twisted Hearts | уυυмσяιωєєк2023/ʏᴜᴜᴋᴏᴋᴜ ɴᴏ ᴍᴏʀɪᴀʀᴛʏDonde viven las historias. Descúbrelo ahora