El Paraíso Oculto

Cap.2 "Problemas"

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Una voz ahogada gritó a través de la ventana de una casucha, delante de la entrada del muro del edificio. En eso, era el turno de Márbul.

Márbul: bueno niño, es mi turno, no hagas nada estúpido.
Gahian: y tú cuando asumiste el cargo de jefe?
Mike: que nervios, ojalá me dejen entrar
Gahian: lo harán, te lo aseguro.
Mike: pero ya te lo dije, no tengo ninguna habilidad útil, solo aplanar tierra o ni siquiera eso!
Gahian: hay algo que se te dé bien?
Mike: bien? Mmm...creo que soy inteligente...
Gahian: perfecto!
Mike: ha! De echo soy muy bueno en todo lo matemático, también tengo destreza en la robótica y mecánica!
Gahian: eso es! Diles eso y vas a pasar, estoy seguro!
Guardia: siguiente!
Gahian: parece que es mi turno.
Mike: (suerte!)

Gahian entro en una especie de cámara dentro de la casucha, era un lugar pequeño y oscuro con una luz tenue en el techo. Habían dos guardias y un hombre en esmoquin, los tres abrieron los ojos como platos al ver a gahian, que los miró extrañado.

Gahian: buenos días señores.
Hombre de traje: n-nombre y apellido!
Gahian: Gahian Mélgaden
Hombre de traje: cualidades!
Gahian: bueno, tengo maestría en agricultura, además soy mecánico...
Hombre de traje: CONTRATADO!!! Pase por aquí señor Mélgaden, felicidades!
Gahian: espera, así de fácil?
Hombre de traje: bien, que pase el siguiente

El hombre de la cabina asintió y avisó por la ventana que pase el siguiente. Mike entró con dificultad y se sentó en la mesa frente al hombre de traje.
Poco después salió contento, se les iluminó la cara, finalmente entraron. Ambos salieron de la casucha y entraron por el gran portón de metal reforzado. Había un muro enorme rodeando el edificio entero.
A pocos metros divisaron a los aspirantes que pasaron, entre ellos el viejo, que de alguna forma lo admitieron. También estaba el millonario, pero no los notaron de inmediato.
Entre la pequeña multitud resaltaban dos personas, que de echo, vestían como Gahian y los demás. Una de las personas era una chica, vestía una musculosa roja y unos pantalones de camuflaje, con botas del ejército. Traía una mochila no muy grande y un machete. Era rubia, con una hermosa cola de caballo. También era fornida, con buena figura y ojos celestes claro. La otra persona, de echo, estaba con ella, parecía que la intentara de conquistar, pero ella simplemente lo ignoraba. El tipo también era rubio, un rubio oscuro, llevaba gafas para las tormentas de arena en su cabeza y vestía un sobre todo marrón claro. Lo extraño era que llevaba una cadena en el brazo derecho, envolviéndolo por completo y formando un guantelete. Los demás eran uniformes sofisticados, de millonarios.

Gahian: es increíble, casi que no hay pueblerinos aquí, solo millonarios de mala muerte!
Mike: suele pasar, los padres de estos millonarios reservan lugares para sus hijos, que de echo eso vale muchos millones.
Márbul: je, entraron por reserva, no tienen futuro aquí, a los que no tienen talento los usan de mano de obra para limpieza o papeleo del lugar, cada uno limpia un piso diferente, solo y entero.
Gahian: valla, los detestaba pero ahora me dan pena.
Imbécil: tiene que ser una broma
Gahian: Ah! Es don millonario! Lograste pasar, que sorpresa!
Imbécil: pero que vulgar! Soy Antoño maximilian 3o! (Aunque todos me dicen Will)
Gahian: genial! Mucho gusto Will, soy Gahian Mélgaden sin número, encantado. Dónde están tus guardaespaldas?
Will: tuvieron que hacer un mandado, no vendrán aquí.
Gahian: a si? Y que harás tú?
Will: obviamente buscarme otro guardaespaldas, ignorante! No puedo ir por ahí sin protección, muchos me quieren muerto por mis millones!
Millonario 1: si claro, tus millones? No tienes ni para guardaespaldas, y dices que tienes millones?
Millonario 2: de echo lo mejor es que estés muerto, un millonario plebeyo? Dónde se ha visto?
Millonario 3: no eres más que basura Antony, solo basura humana.
Will: no me llames Antony, mi nombre es-
Millonario 4: cállate Antony!

Will calló al suelo, empujado por los millonarios presentes.

Un tipo con uniforme elegante se acercó a Will, que en cuanto lo vió se congeló, incapaz de moverse por el miedo