Capitulo 2

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Pasaron algunos días después del accidente de la tienda. George ya estaba por llegar cuando miro el desastre que había, buscando a Jessica con desesperación, pero los oficiales no lo dejaban pasar para nada.

La miro poco después con unos pocos rasguños por los vidrios rotos, al igual que Mark. Stuart se había llevado la peor parte, el auto impacto por completo en su ojo derecho, volviéndolo negro y dejándolo en estafo vegetal.

Al tipo que causo el accidente solo le dieron horas de servicio comunitario, el cual era cuidar de Stuart.

Además, sus padres supieron que la chica estuvo en el accidente, así que, por una extraña razón, la invitaron a su casa, tal vez les pareció buena idea invitar a la ex novia de su hijo.

Ya en la casa, descubrió que una chica, Paula Cracker, era la nueva novia del de cabellos azules. A primera vista ambas se llevaron mal, pero nada del otro mundo, solo tenian desacuerdos la una con la otra. De hecho, ni les importaba la otra, decidían ignorarse mutuamente.

Y así, por causas externas a Jessica, termino ayudándole al tipo, Murdoc Niccals le dijo que se llamaba, que casi mata a Stuart a cuidarlo.

Murdoc trataba de impresionar a la chica, incluso llegando a coquetear con ella. Llegaba temprano muchas veces para "demostrarle que podria estar a sus estandares". Cosas que no funcionaban, así que más tarde que nunca, quedaron como amigos.

¿Porqué por alguna razón solo tengo amigos hombres? —se pregunto en pensamientos. Obviamente la escritora solo tuvo amigos hombres y quiere ponerle eso a sus personajes... no importa.

—Hola, Holmes —la voz de Paula la interrumpió de su retrospectiva. La miro y levanto su mano en saludo.

Se encontraba sentada en la silla de al lado de la cama de Stuart, acomodando los medicamentos y lo que necesitaba.

Detras de la mujer llego Murdoc, quien traía bastantes ganas, y bastante visibles, de ir a alguna fiesta.

Todo fue... bastante rapido, Paula le dio un vistazo a Stuart y se fue, mientras que Murdoc insistía en irse a pasear en su auto.

—NO. No podemos sacarlo a "pasear", debe de descanzar y así no lo hara. A parte, ¿qué le diremos a sus padres si se dan cuenta? —la preocupación de Jessie era evidente, aunque solo en su habla y acciones, más no en su rostro.

—¿Qué importa eso? Vamos, hay que divertirnos por un rato —insistio, pero esta vez, tomo al pobre chico peliazul y lo llevo hasta su auto, siendo seguido por la chica regalándole.

Ambos subieron al auto, ella en la parte de atrás, cuidando al chico, mientras el moreno conducía.

Llegaron a lo que parecía un estacionamiento, donde Murdoc miro a dos chicas y se acerco a ellas para impresionarlas dando derrames con el auto, aun con Stuart y Jessica dentro.

En uno de los giros bruscos, Stuart salio disparado por la ventana delantera, cayendo de cara contra el piso. Todos se quedaron completamente inmoviles.

[...]

—Oh, Stuart. No sabes lo preocupada que estaba por ti, vine todos los días sin falta para cuidar de ti y que ese... tipo no te hiciera nada malo —Paula abrazaba casi con desespero al chico de cabellos azules, contando tantas mentiras que enfermaban a Jessica, quien estaba acostumbrada a no mentir mucho, una que otra vez, pero era todo.

—Ugh, que asco de mujer —susurro Murdoc hacía Jessie, quien miraba a la pareja con desagrado. Tanto... afecto la ponían de mal humor.

—Ya se... —le devolvió el susurro.

Después del accidente en aquel estacionamiento, Stuart desperto, con la secuela de que su otro ojo tambien se volvió negro, así que ahora los tenia completamente oscuros.

Desde que recupero la conciencia, su novia, Paula, le contaba todas y cada una de las cosas que había hecho por el en ese tiempo, cosas obvias que no hizo en lo más minimo. Y, aunque Murdoc sea un hijo de... no dejo de ir, aunque sea por Jessica.

—Me alegra que hayas estado aquí —el chico se emociono, creía tan fielmente las mentiras de la mujer que era bastante increíble.

No lo culpo, esta enamorado... —penso Jessica con tristeza.

[...]

Estaba en casa mientras empacaba su ropa en diferentes mochilas y maletas, hasta que golpes bruscos en la puerta de entrada. Sorprendida, camino hacía la entrada mientras acomodaba su cabello y ropa.

Se sentia bastante cansada, no había dormido bien en la última semana a causa de pensamientos demaciado existenciales. Cosa de todos los días.

—¿Sí? —abrio de forma tranquila.

—Hola. ¿Puedo pasar? —un chico alto de piel morena estaba parado frente a Jessica, Michael, quien lo reconoció de la universidad. Un chico que, literalmente, le dijo "la ingeniería no es para mujeres". Ahora se arrepiente de haber sido su amiga.

—¿Para qué? —Jessica le contesto con desagrado. Llevaban tiempo viviendo en el mismo edificio, aunque casi no se topaban, pero, siempre que él se aparecia en su puerta, era por que queria algo de ella.

—Tu... por favor, solo dejame entrar, ¿si? No haré nada raro, solo quiero que no me vean por un rato —se miraba estresado. Bastante estresado.

—No toques nada —le advirtió con ojos bastante amenazadores.

El asintio y paso para sentarse directamente en el sillón frente a la TV.

El tono predeterminado del teléfono nokia del chico inundo la sala que se había mantenido en silencio unos cuantos minutos. El chico solo se tomaba su cabeza. Se miraba mal, mucho peor que la última vez.

—No quiero ser entrometida, pero... ¿estas bien? —la curiosidad de lo que pasaba con el chico aumento mucho.

—Mis padres... mis padres ya saben que deserte de la universidad. Me fui después que tú, no soporte la culpa de todo lo que te había dicho. Ahora quieren que regrese a casa para que trabaje con mi padre y yo solo quiero vivir solo, aquí ya hice mi vida —casi en lagrimas comenzo a explicar. Jessica no sabia lo que el chico sentía en aquellos momentos.

Sus padres aceptaban la mayoría de decisiones que tomaban todos sus hijos, incluso aguantaban las actitudes, a veces, insoportables de Sherlock.

—¿Y porqué no intentas decírselos? —la idea no parecía tan mala, pero como casi todo, es más fácil decirlo que hacerlo.

—Eso es lo que intento... —confeso Michael.

No queria entrometerse en asuntos ajenos, pero ya lo había hecho.

[...]

—Solo estoy aquí por que quiero apoyar tú idea de la banda —se encontraba en el auto de Murdoc llendo hacía los Kong Studios, los cuales Murdoc había comprado para que su "futura banda más exitosa" viviera en el lugar.

Era un edificio bastante grande, perro Jessica le vio el lado bueno, había un estudio y habitaciones suficientes para toda clase de cosas que quisieran hacer, además de las habitaciones personales, claro. Tambien había un estudio, así que podrian hacer música con un poco más de facilidad. No tendrían que pagar.

—Ya se, ya se, no me interesa esa mierda, solo te diré que ya tengo al tipo que canta y a la guitarra, me falta la batería —Murdoc no le dio importancia a las palabras de su acompañante y siguio conduciendo.

Después de minutos, ambos llegaron a aquel edificio en medio de un basurero; ambos salieron y sacaron las cosas de la chica, la verdadera sorpresa fue ver a Murdoc ayudándole sin protestar.

Entraron al lugar, Jessica se sorprendió por lo amplio que era el lugar. La sala, las habitaciones, todo era bastante amplio.

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⏰ Última actualización: Jun 16, 2023 ⏰

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Espera, yo todavía te amo, ¿y tu? |2-D × Fem! Lectora| RemakeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora