MI AMIGA LA MUÑECA

Ella...

Había desperdiciado toda mi vida en una tonta muñeca, que ni siquiera me dio las gracias por haberla amado tanto, ni siquiera sabía que la amaba, ni siquiera sabe lo que es el amor, ¡¡¡¡ES UNA MUÑECA!!!! Solo una muñeca. Y ahora que soy una sé lo que se siente estar realmente sola, sin una razón por la cual vivir, porque no estoy viva de verdad, soy de porcelana y nadie ve más que porcelana.

Mis ojos se han vuelto de cristal del cual no se puede derramar lágrimas, así que aquí me quedo, con el sentimiento guardado y ocultado.

Por alguna razón sigo esperando el regreso de mi muñeca, ¿por qué?, si ella ya no volverá, jamás. Creo que me siento enferma, confundida, ¡Ay! ni si quiera se lo que siento. Su recuerdo me mata poco a poco y de seguro no tardaré en morir, de depresión, soledad, locura. Ahora me encuentro en el aparador de una tienda, a lado de varias muñecas, parecidas a mí, solo que se ven que no tienen expresión, ni emoción, no tienen vida.

Antes de rendirme completamente sucedió algo inesperado, llego una joven, de pequeña estatura, pero no de edad, se le veía en el rostro que ya era una señorita. Estaba observando sobre el cristal a todas nosotras, incluyéndome, así que se animó a entrar y a preguntar cuanto era el precio de una muñeca, la verdad no estaba muy atenta, estaba deprimida, que hasta cerré los ojos y comencé a soñar. En ese momento sentí un jaloneo, como si estuviera temblando y ya que volví a la realidad. Me di cuenta que estaba sobre las manos de la joven, sentía una tranquilidad tremenda como si ya la conociera, todo se me hacía tan conocido y normal, que olvide que era una muñeca. Me llevo al cajero, y me quitaron una etiqueta que tenía cerca del oído que decía "Nuevo producto". Estaba totalmente perdida, que ni me di cuenta que el señor que estaba en el cajero me había arrancado un par de cabellos, no sentí dolor. Después ella me llevo a su coche, era gris y de un tamaño regular, era perfecto, me recordaba al carro de mis padre ya no era tan perfecto. Me sentó a lado de ella, en el asiento trasero, adelante estaban sus padres. Se parecían mucho a ella y se veía que eran felices. En ese momento ya estaba poniendo más atención a lo que estaba pasando y como ya estaba devuelta otra vez, pude verle el rostro a la joven. Tenía los ojos verdes rodeados de un brillo color gris cristal y el cabello de un negro profundo, era hermosa y su piel era tan suave, como algodón y tan blanca, deslumbraba. Me sentía también que no esperaba la hora de llegar, estaba feliz.

Cuando llegamos a la casa escuchaba un par de cantos, eran los pájaros que estaban decorando las esquinas de la casa y algunos en los cableados y había una gran fuente. El lugar era enorme, sorprendente, me sentía importante. Cuando entramos oí a su padres decirle que se fuera preparando para la cena que iban a venir visitas y que se pusiera guapa, yo suponía que iba a ser una fiesta. Su habitación estaba arriba en el segundo piso, para ello tuvimos que subir varias escaleras, y durante el recorrido pude observar que había un par de anuncios y noticias pegadas en la pared. Decían cosas que me confundían, "Niña desaparecida vuelve a casa, después de 2 años", "Padres recuperan a su hija, cerca de un parque", "Vuelven a hacer una vida normal". Eran extraños los títulos que llevaban, pero después ya no le di importancia. Llegamos a su habitación, era hermosa, todo estaba pintado de un azul agua habían varios muebles y una gran ventana, para poder ver el amanecer todos los días. Ella me dejo en su cama, y cerró la puerta con llave. Me quedé pensando porque, talvez quería privacidad, pero también cerro la ventana y las cortinas, ya me estaba poniendo nerviosa. Se acercó lentamente, con una cara de malicia, como si quisiera envolverme con su mirada con una sonrisa seductora ¿Qué es lo que estaba pasando?.

 –Hola- ella me dijo con un tono suave, pero con gran fuerza

 - ¿No me recuerdas? con palabras que trataban de provocarme, ¿provocarme a qué? No me estaba gustando nada lo que pasaba.

-jajaja, ¿Por qué se estaba riendo de esa forma –Soy yo, a ¿quién se refería?

-Tu muñeca...

Me quede estática! fría como una muerta, no podía ser, no debía ser, espera... Sus ojos, su cabello, su piel tan sedosa, el color que portaba todo su ser, azul, azul como el de mi muñeca, No! No! No!. Todo concordaba, era ella, Era ella mi muñeca.