Seducción

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Desperté, estaba acostada en la cama, esa cama de color azul, hermosa. Me sentí un poco más alta y al momento de pararme logré ver mis pies, mis manos, mi cuerpo, había regresado, ¡estaba viva!

Había un espejo enfrente de mí y me vi, era yo estaba linda, me sentía libre.

-Eres tan hermosa

Escuché un susurro junto a mi oído, me di la vuelta y era ella, Elizabeth.

-Eres tan hermosa, mucho más que como muñeca, me alegro que hayas tomado esta decisión.

Me cubrió toda la cintura con sus brazos. Me volví a sentir atrapada, que había hecho estaba en una prisión, una prisión que era de carne y hueso, que iba a pasar con mi vida.

- ¡Suéltame!

-no huyas de mi – dijo con una voz seductora -De todas formas, ya eres mía.

Ya sabía que iba a decir eso

-No podemos comprobarlo

-jajaja, no me hagas reír, acabas de sonar tan ridícula, me impresiona tu inteligencia.

Que forma tan sarcástica, de hacerme ver mi error.

- ¡Vamos! Deja de jugar que no soy un juguete para que te comportes así conmigo. Ven quiero enseñarte tu nuevo hogar.

Yo no quería ir con ella, de seguro tenía un montón de personas encerradas en una jaula que habían caído en la misma trampa que yo.

-Qué esperas! No voy a estarte esperando todo el tiempo.

No tenía otra opción más que seguirla, de todos modos, a donde podría ir.

-Antes que nada, hay algunas reglas que debes de respetar:

La primera, no metas animales a la a casa sin permiso, mi madre es alérgica a todo lo que tenga pelo por lo tanto tendrás que pedirle su autorización para por lo menos tener sus medicamentos a la mano.

Segundo, no se hace ruido, esta familia ha sido educada de forma estricta, así que con que se escuché un poco de ruido que haga molestar a cualquier persona será severamente castigado.

Tercero, se come con cubiertos no quiero cochinaderas en la mesa, sino tendré que tratarte como puerco, ¡oíste!

Ay, en primer lugar, yo no decidí estar en esta familia, no me puedes tener y luego tirar, sino porque no me mataste desde el inicio (susurré).

-A ver, la que decide las reglas soy yo, y si no te gusta pues la puerta está abierta ,a ver quién te da refugio maldita desgraciada!

De verdad me sentía atrapada, me daba miedo como cambiaba de humor cada vez que decía algo, con una sola palabra se alteraba, ya no tenía a donde huir.

-Lo lamento

¿Se estaba disculpando?

-Me altero con facilidad, la gente hace las cosas como se les da la gana, así que vete acostumbrando no voy a cambiar de actitud solamente porque eres tú.

Creo que ya me estaba arrepintiendo de haberme quedado con ella, si es así despierta como será dormida, apuesto que habla y golpea la cama con todas sus fuerzas y si yo me duermo con ella me golpeará a mí en vez que a su cama.

-Ultima y cuarta regla....

Ya no quiero oír nada

-No obedezcas ninguna de las anteriores.

¡¿Qué?! (grite)

-Como te dije antes esta familia es una basura, no se dan cuenta de que todavía existo, no me miran, no me oyen, no me demuestran afecto. Me he escapado de casa pensando que estarán preocupados y cuando regreso todo sigue igual, mucho mejor que antes, hacen grandes fiestas e invitan a muchísima gente y yo tratando de que aun recuerden que tienen una hija.

En cierto modo sentía lastima por ella

-Yo hice estas reglas, no quiero tratarte como mis padres me tratan, me preocupo por ti, me aterra perderte (susurra en mi oído).

Que estaba pasando, no entendía nada estaba tan confundida.

- (Me abraza fuertemente mientras se va arrodillando poco a poco)- Eres la única que se ha preocupado por mi (me dice llorando) nunca nadie antes me había tratado así, cada vez que estoy contigo sé que estoy con una persona que me ama de forma sincera, que no me oculta nada, que siempre estará a mi lado. Me he enamorado de ti.

Porque me estaba diciendo todo esto ¡¿Por qué?! Yo no quiero amarte me has hecho tanto daño, no quiero que me lastimes más. Yo también me enamore de ti, pero no quiero seguir avanzando con esto.

-Déjate querer (con una voz seductora lo decía) -Déjate querer (se acercaba cada vez más y más hasta casi tocar mis labios) -Yo sé que sientes lo mismo que yo, así que no esperemos más.

(Me da un beso profundo en los labios) Yo quise quitármela de encima pero no pude, sus labios me atraparon completamente y me dejé llevar por su dulce aliento que me envolvía lentamente.



MI AMIGA LA MUÑECADonde viven las historias. Descúbrelo ahora