¡¿En serio?!

El secuestro

Angewomon estaba contenta. Los dioses aún confiaban en ella, a pesar de ser la novia de un demonio. Y ella no planeaba fallarles. Le habían encargado la importante tarea de ir al mundo humano y encontrar a la nueva elegida, además de instruirla.

Sabía que la habían elegido a ella porque puede hacerse pasar por humana fácilmente, y de ese modo no causar un alboroto, así que se quito el casco, oculto sus alas lo mejor que pudo, y partió inmediatamente al mundo humano.

Aki volvía a casa sola después de un duro día de escuela. Su amiga Aoi tuvo que quedarse por no sé que cosa de la directora, estaba muy cansada para esperarla, así que se fue sin ella. Se sentó a esperarla en un banco del parque de siempre, así volverían juntas a casa. En eso se le acerca una mujer rubia, muy guapa.

- Hola! - dice mientras se acerca a mi. Mi reacción fue mirar alrededor a ver si había alguien más, pero parece ser que no.

- Me habla a mi, señora? - pregunto extrañada, ya que no la conozco de nada. Parece extranjera, igual se ha perdido. Esperaré a que hable primero, por si acaso, no tengo ni idea de idiomas.

- Eres Hirasawa Aki? - pregunta con una sonrisa. La verdad es que parece una modelo. Parece que me conoce, ¿que querrá?

- Depende, es usted poli? - tampoco creo haber hecho nada cuestionable, pero no está de más preguntar.

Se ve que la pregunta no se la esperaba, porque se quedó mirándome unos segundos con cara de, "¿pero que está diciendo esta niña?"

- ..... No, no soy esa tal poli, necesito hablar con Hirasawa Aki, ¿la conoces? - pregunta Angewomon, alias "Angie", pensando que tal vez le quedaba algo que aprender del mundo humano.

- ..... Soy yo, que necesita? - pregunto desconfiada, esto me da mala espina, a lo mejor quiere secuestrarme y vender mis órganos, quien sabe.

- Necesito que vengas conmigo. - ay, ya está, que hago ahora, Aoi no sale, y en esta zona del parque no hay nadie, creo que me he hecho caquita.

- ¡¿Para que quiere que vaya con usted?! ¡Estoy esperando a una amiga! - Suelto, empezando a sudar frío.

- Porque estás tan asustada? Solo será un momento... - dice, tratando de transmitir confianza.

"Vale, está bien, no creo que pueda secuestrarme sola, y tampoco veo a nadie por aquí, mientras no me aleje demasiado debería estar bien" - pienso, ya al borde del ataque al corazón.

- Bien, la seguiré, pero no muy lejos, mi amiga debe estar al llegar. - digo, levantándome del banco en el que estoy, las piernas algo rígidas.

- Bien, sígueme, por favor. - dice, comenzando a caminar. Yo la sigo a una distancia prudente. Si esta chica tan guapa me secuestra se me va a caer un mito, solo digo eso.

Nos adentramos en una zona cubierta por árboles, yo con el corazón en un puño.

Al final si que me secuestró, me desmayé al ver a una rata morada y roja y cuando desperté estaba en otra parte. Resultó que la rata morada era mi compañero, Elecmon, y que por lo visto tenía que salvar el mundo junto con otros niños. Que divertido todo.

Angewomon, por su parte, estaba feliz, no solo había completado con éxito su misión, también podía regresar a casa con su amada novia, Ladydevimon.

Hasta ahí, todo bien. Más tarde empezarían los problemas.