En otra realidad.

Balto con Nome.

A Balto, siempre le habia llamado mucho la atención, el que todo el pueblo se empeñara siempre, en menospreciarlo, o tenerlo siempre de un monstruo o que lo vieran como un ser tan repulsivo. Parecía que el pueblo así como todos y cada uno de sus habitantes, siempre lo verían con cara de asco o de terror. Algo que aun por más dolorosa que pudiera ser, fue algo con lo que él eventualmente aprendió a vivir. Aún sí todos los humanos del pueblo eran malos con él, aún Si todos los perros del pueblo se portaban siempre groseros y malos con él. El había de igual forma que no tendría otra opción a lidiar con eso.

Y eso fue justo lo que hizo, varios años fueron los que él duró viviendo de esa forma, y al final se acostumbro, incluso si eso se oia horrible, al final no importaba, al menos a todos los que vivían en ese pueblo no les importaba si estaban siendo muy crueles con alguien que jamás les hizo nada malo.

Es por eso mismo, que lo único que Balto nunca se imaginó haciendo, acudir en rescate de cierto equipo para ayudar a un pueblo que jamás lo quiso, pero bueno, pues eso fue justo lo que hizo. Y sin esperar nada a cambio, al final de cuentas, sabía también que no era como que si pudiera recibir algo parte de ellos. Y aun con todo él estaba más que decidido a regresar. No le importaba lo muy peligroso que pudiera ser o cuánto trabajo le pudiera costar. De alguna u otra forma pero lo haría. Lo único que esperaba al menos era que no lo recibieran, de mala manera, él mismo sabía a qué se refería con eso, y solamente esperaba que la gente no se portara grosera o mal educada con él. En otras palabras, esta ocasión solo por esta ocasión buscaba que la gente fuera mínimamente agradecida.

Pero luego, todo paso muy rápido. Nadie nunca llegó a darse cuenta de eso, nadie nunca se dio cuenta de en qué momento lo hizo pero se esfumó.

Aquella anoche, todo el pueblo se encontraba en un completo silencio, mismo que no era otro más que de tristeza, y si uno entraba en las calles de dicho pueblo, entonces veria una enorme atmósfera de desesperanza presente en todo momento.

El pueblo ya estaba listo para darse por vencido, para darse todos por vencidos, ya van por eso que el equipo no llegaría, y que el malamute Steele haya vuelto al pueblo sin él, solo terminó de confirmar tales sospechas, ahora el pueblo no tenía ninguna esperanza de que los niños pudieran salvarse.

Pero entonces pasó, en un momento de cumpleto silencio, donde ya nadie se animaba a decir nada, se escucho, aullido de lobo a la distancia. Boris, su padre lo escuchó, ese aullido tan familiar, el aullido de su hijo. Y entonces los vio aparecer, vio llegar a todo el equipo, justo cuando la esperanza ya parecía perdida. El milagro llegó. Y aquel sin nadie quería cerca, resulto ser, su rescatista, ya nadie más creia, que las cosas pudieran terminar bien, ahora todos estarían fuera de peligro, en fin, esa era al final una de las tantas vueltas que daba la vida. El que alguna vez, les pareció alguien a quien debían temer, ahora los había salvado y les daba una nueva oportunidad. Una una nueva oportunidad a los hijos del pueblo, y a la pequeña Rosie.

Balto no imaginaba que le esperaba una nueva vida después de esto.

Continuara.