𝕀𝕀𝕀

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─ ¡Espera! ¡Tae min!

Había corrido muy rápido para alcanzarlo, tanto que casi se cae de las escaleras, felizmente él no estaba corriendo, simplemente daba pasos largos. Ya estaban fuera del condominio de Jungkook, quien se había quedado en su departamento.

Ji min agarro de la muñeca a Tae min y este se soltó tan brusco que hizo que Ji min cayera al suelo, Tae min volteo y se quedó ahí parado mirando a su esposo.

─ ¿De verdad dijiste esa frase de mierda de "No es lo que parece"? Creo que la escena fue un poco obvia Ji min.

─Tu siempre lo supiste. ─se incorporó y se posiciono frente a Tae min agachando la cabeza y alzándola de vez encuentro para cruzar la mirada de odio que tenía Tae min─ Yo te dije que siempre estuve enamorado de Jung kook y que nunca podría amarte... ¡Esto es un matrimonio arreglado Tae min!

─Cállate ─musito Tae min.

─Tu y yo nos queremos, si, por todo lo que pasamos juntos, pero...

─Cállate...

─ ¡No nos amamos! ¡Date cuenta!

─ ¡Cállate! ─Ji min salto ante el grito ─ ¡Tú eres el que no se ha dado cuenta! ¿Acaso tu no sentiste nada en todo este año que hemos estado juntos? ¿Acaso pensaste que todas las cosas que te dediqué fueron porque estaba arreglado? ¿Por qué estaba escrito en un contrato?

Ji min ya estaba empapado con lágrimas en sus mejillas, no pensó que Tae min se pondría así, no pensó en todo el daño que le causaría y no se llegó a imaginar ni un solo momento en los sentimientos que tenía él.

─Lo siento... pensé que lo había dejado claro...

─Pues no fue así ─Tae min se secó bruscamente los ojos ni bien estos empezaron a aguarse─ Con tus muestras de afecto pensé que tú también me...

─Y te quiero Tae min, pero no te amo, tú... no eres él.

Y esa fue la gota que derramo el vaso para que a Tae min le rebalsara el enojo que traía por dentro, igual que aquella noche, aquella noche donde encontró las cartas que Ji min, su esposo, recibía de su amante Jung kook, ni siquiera habían cumplido medio año de casados y ya estaban le estaban poniendo los cuernos.

Golpeo fuertemente el armario de Ji min en donde estaban escondidos estos. Si, había revisado las cosas de Ji min mientras él estaba en la oficina y es que no pudo evitar la gran fascinación que tenía Ji min con el celular y con revisar los correos cada domingo por la mañana. Ji min era su esposo, se había casado con él, y aunque él ya le había dejado en claro que nunca lo amaría y que solo se darían un polvo de vez en cuando...

Ji min seguía siendo suyo.

Tae min levanto la mano y momentos después se escuchó un sonido en seco en toda la calle.

Ji min tenía la cara volteada, la mejilla roja y una expresión en la cara indescifrable mientras que las lágrimas se hacían presente. Ni si quiera le dio tiempo de pensar en lo que había pasado cuando Jung kook ya estaba sobrepasándolo y en un rápido movimiento le dio un golpe en la mandíbula a Tae min.

Tae min al inesperado y fuerte impacto cayó al suelo, Jung kook se acercó y lo agarro de la camisa que traía puesta para después acercarlo y sacudirlo.

─Tú le vuelves a poner una mano encima y desearas no haber nacido.

─Jung kook ya déjalo ─hablo Ji min agarrando el brazo de Jung kook separándolo─ por favor...

─Ji min... yo te perdonare y hare como si nada hubiera pasado, recuerda que sigues siendo mi esposo y tu padre nunca te permitirá casarte con otro hombre. ─se paró y extendió su mano─ Vámonos a casa

𝚂𝚎𝚡𝚢 𝙵𝚘𝚝ó𝚐𝚛𝚊𝚏𝚘 | 𝙺𝚘𝚘𝚔𝚖𝚒𝚗 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora