Capitulo 4

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Era lunes y tuve un tiempo libre antes de mi clase de microeconomía, el cual iba a ocupar para hacer la tarea que había dejado y yo olvidé hacerla, estaba en eso pero un cálculo no me salía como debería, más bien no sabía como se hacía, vaya elección la mía, demasiadas matemáticas en la carrera, entonces recordé que yo tenía su número así que desbloquee mi celular, me metí a mi lista de contactos , busqué el suyo, al cabo de unos segundos lo encontré, George Alcott y decidí mandarle un mensaje.
Inmediatamente recibí una respuesta de su parte sobre cómo tenía que resolver el ejercicio que dejó .
Llegó la hora de su primer clase y él hablaba, por lo tanto todos lo escuchábamos , entonces empecé a verlo, a fijarme en los detalles, tenía unos ojitos cafés con un brillo muy especial, hablaba con demasiada propiedad, su cara se iluminaba pues se notaba que disfrutaba lo que hacía e incluso, cada que soltaba un dato curioso se le salía una sonrisa bellísima.
Rayos , no sabía que me estaba pasando o porque no podía dejar de mirarlo de otra manera que no era propia de una alumna y espero no me malinterpreten, no era deseo , sino otro tipo de sentimiento que era difícil de descifrar... tal vez solo era admiración pero entonces ¿porque quería saber con tanta urgencia si tenía una novia?
Definitivamente si tenía yo estaba muy celosa de ella y si no tenía honestamente era peor porque ¿Quién no querría tener a alguien así como pareja?
Pensaba en las posibles respuestas a mis preguntas y tal vez no fui disimulada al mirarlo porque cuando me di cuenta , me regaló una sonrisa.

La segunda hora llegaba y con ella entregar nuestra tarea pero alguien debía pasar a resolverla en el pizarron, yo me había sentado en la parte de atrás para evitar tal situación, e incluso mire hacia abajo , luego a los lados esperando a quien elegiría, cuando volteé sin querer cruce mirada con él y eso bastó para que me eligiera , el destino jugaba en mi contra , pues días atrás probablemente me hubiera dado igual pero en este momento mis manos temblaban , con cada paso que daba sentía que podía chocar con alguna banca y pasar una vergüenza gigante.
Así que con el corazón a mil por hora y las mejillas sonrojadas empecé a resolver el ejercicio, hasta que no pude continuar pues sentí su cercanía a mi lado izquierdo , me ponía demasiado nerviosa ese hombre y ni siquiera sabía porque; Su perfume era exquisito, una fragancia bastante masculina , creo que el destino estaba divirtiéndose bastante conmigo... o tal vez todo era producto de mi imaginación.

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