Kyo y usted eran mejores amigos, sabían todo el uno del otro, y si algo nunca podría olvidar Kyo era el como te encantaban las fresas, en especial el pastel de fresas, solían prepararlo juntos algunas veces, aunque otras veces solían comprarlo; cualquier cosa era buena para él, ya que verte sonreír y estar feliz lo hacía ser feliz.
—Kyo, tienes que seguir la receta o si no saldrá mal todo—La chica dijo mientras intentaba que Kyo leyera el libro de recetas.
—No necesito leer ese tonto libro de recetas, se lo que hago—Kyo le decía a la chica que estaba en frente suyo. Kyo le echaba harina de más a el pastel que estaba haciendo.
—No sabes lo que estás haciendo, así que mejor sigue la receta o vas hacer que nos enfermemos—La chica regaño a Kyo y le quitó la harina de las manos de manera suave.
—Hey! Regresa la harina, aún falta mucha más harina! Y se cocinar muy bien, que lo sepas—Kyo le dijo mientras se acercaba a su amiga e intentaba recuperar la harina.
—No! No te la voy a regresar... Si sigues utilizando tanta harina saldrá muy mal—La chica le dijo a su mejor amigo, huyendo un poco de él para que no le quitará la harina.
—Quedará muy bien! Solo tienes que confiar en mi—Kyo se acercó aún más a su amiga, haciendo que sus cuerpos se queden muy juntos y pegados, sintiendo sus respiraciones mezclarse y sintiendo sus propias mejillas sonrojarse.
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Kyo recordaba ese momento como si hubiera sido ayer, pero fueron hace años, 4 años para ser exactos; ahora Kyo lo pensaba y se lamentaba no haber podido disfrutar más tiempo con su mejor amiga, la persona que más amo nunca, la persona que tenía su corazón ya no estaba con él, ni siquiera en este mundo como para darle a conocer sus sentimientos hacia aquella hermosa chica.
