Estaba creciendo junto a vos, descubriendote, descubriemdome.
"Juntos a la par" dice una canción. Todo y nada.
Nada era agrio, todo era dulce.
Todo era verde, color de la vida, nada era gris, color de la monotonía.
Hasta qué los días se hicieron largos y todo fue gritos y reproches.
Nada pude hacer cuando lanzaste el primer golpe, nada pude hacer ademas de devolvertelo.
No te imagine así, ahora que no estás lejos y te tengo a mi derecha, puedo ver el sudor, puedo ver los años, puedo ver la amargura. Puedo, sin duda, ver lo humano.
Resulta que no eras perfecto.
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Dije que continuaría la historia de enamoramiento de antes y... ¡aquí está!
Cuando hablamos de golpes no me refiero a algo físico, solo aclaró.
No me fue bien con historias largas antes -no me sentí cómoda, quiero decir- así que esto es mejor a mi parecer.
Y... Continuará.
