𝐓𝐨𝐦 𝐊𝐚𝐮𝐥𝐢𝐭𝐳 - 𝐑𝐞𝐞𝐧𝐜𝐮𝐞𝐧𝐭𝐫𝐨, 𝐩𝐚𝐫𝐭𝐞 𝟏

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El chico de rastas sonrió y se quedó quieto por breves segundos, posando para una fotografía grupal la cuál estaba siendo tomada por los paparazzis. Ya se imaginaba la siguiente noticia “ La banda del momento, Tokio Hotel, regresa a Hamburgo después de su gira mundial “. No le disgustaba en lo absoluto, incluso se había convertido en una costumbre para él y los demás chicos ser fotografiados cada vez que salían.

Caminaron hasta la camioneta la cuál los sacaría del aeropuerto en cuanto subieran en ella, y precisamente eso hicieron , colocaron con rapidez su equipaje en la parte de atrás y estuvieron dispuestos a subir, no obstante, algo hizo que Tom volteara hacia su derecha.

Intuición talvez? Destino? No lo sabía, ni le interesaba, solo supo percatarse de la fuerza con la que su corazón le golpeó el pecho de repente. Allí, en el mismo aeropuerto, a menos de cinco metros de distancia pudo reconocer una cabellera color negro, junto con una silueta que solo podía pertenecer a una persona – Dana… -

Su respiración se volvió irregular, los sonidos a su alrededor habían desaparecido, y, en su lugar se hizo presente un pitido ensordecedor. Era ella, después de tanto tiempo. Su pulso aumentó todavía más cuando observó a la chica sonreír con alegría y aproximarse de forma rápida hacia su dirección. Volteó en todas las direcciones que le fue posible, solo para darse cuenta que no era el único que la reconoció, los demás también lo hicieron, y debido a esto, ella corría hacia allá.

-Chicos! – Al primero que abrazó fue a Bill, no por algún motivo en específico, se emocionó tanto al verlos que no le importó quien estuviera primero. Continuó con Gus, George y por último él, quién correspondió enseguida al abrazo de la contraria. Se obligó a si mismo a soltarla, apartando de manera casi involuntaria las manos de la figura de la chica. No quería soltarla, no otra vez. – Cómo están?-

-No mejor que tú, mírate! Eres toda una estrella! – Respondió George, Dana era modelo, una de las más famosas y solicitadas de la época.

- Te ves preciosa! He visto todas tus pasarelas! – Comentó Bill con emoción

- Cómo así por acá? Te quedas mucho? Di que sí – Añadio Gus con un tono de suplica, no había que ser adivino para notar la cercanía entre la chica y la banda, esto tenía una explicación. Dana, nacida en Alemania pero criada por una madre latina, estudió en el mismo colegio que los chicos. Consiguieron una cercanía demasiado particular, tanto así que cuando empezaron a hacer música, con su nombre inicial “ Devilish “ , ella estaba destinada a formar parte del grupo. Pero para mala suerte de todos la pequeña Dana tuvo que mudarse a Latinoamérica nuevamente, y desde entonces, solo la vieron en la televisión, triunfando cómo modelo.

- Quise pasar mis vacaciones aquí, en el lugar que me vió crecer – Respondió ella, desbordado felicidad. Cuando vió a lo lejos la cabellera alborotada de Bill sintió su corazón salirsele del pecho, había esperado ese reencuentro por años. – Oh! Nosotros también tomaremos un descanso, quédate con nosotros en el hotel! – Sugirió George, ella aceptó sin chistar y literalmente corrió hasta su camioneta, indicándole al mánager y al chofer que la llevaran a una nueva dirección.

Una vez en el hotel, la chica organizó su equipaje en una de las habitaciones lujosas pertenecientes al lugar, y dejando todo sin desempacar,  salió rápidamente hasta la sala principal, estaba tan contenta.

Observó a Tom, quién no había dicho nada en todo el transcurso, cosa que le extrañó, ya que el solía ser quien ponía el tema de conversación – Tom… - Lo llamó, acercándose de forma rápida hasta el sofá dónde el mismo descansaba – Oh, Dana, cuanto tiempo – Fue lo único que dijo, quería decirle tantas cosas, pero no tenía idea por dónde comenzar.

-Sí… que tal todo? – Preguntó en un tono suave, cuidadoso, estaba nerviosa y temia arruinar el reencuentro con Tom después de tanto tiempo – Todo.. bien, supongo – Respondió, algo incómodo, cómo debía responder? – Oh, ya veo –

- No me extrañaste ni un poco? – Aquellas palabras salieron de su boca cómo un pensamiento en voz alta, uno del cuál se arrepintió enseguida. Sin embargo, pareció ayudar a que la confianza se hiciera presente – Eso debería preguntarte yo a ti – Respondió con una ligera pisca de sarcasmo, y aquello fue lo único que hizo falta para que las cosas volvieran a ser cómo antes.

-Pues yo si te extrañe, y mucho – Soltó en un tono seguro mirando a la chica fijamente, esas orbes color miel, se perdía en ellas cada vez que las observaba – Si? Demuestralo – Dijo ella en tono desafiante, esperando una respuesta que le fue otorgada de forma inmediata.

Tom posicionó ambas manos en las mejillas de la chica, las acarició suavemente mientras sonreía con maldad, y sin más la besó. Dana correspondió con todo gusto, y no pudo evitar recordar los viejos tiempos, cuando se escapaban de clase para darse piquitos, o cuando Tom le dejaba pequeños besos sobre los hombros al abrazarla por detrás. Sintió un deja vu estremecedor.

Continuó con el beso, importandole poco las llamadas de su mánager el cuál estaría furioso por los rumores que deben estar circulando sobre la escena del aeropuerto. Le valía muy poco, piensen lo que piensen, ya nadie la hiba a alejar de Tom.

One shots with Tokio Hotel Donde viven las historias. Descúbrelo ahora