Los pájaros cantaban su típica canción, los árboles seguían siendo verdes, el suelo olía a tierra mojada, un día normal. El ambiente en esa clase era pesado, algunos alumnos se encontraban leyendo en secreto, otros intentaban prestar atención a lo que estaba comentando la profesora y, Pravat se encontraba con su grupo de amigos en la parte trasera de la clase hablando sobre cuestiones triviales de la vida.- Tío, tendríamos que salir esta noche de fiesta, llevamos toda la semana estudiando- sugirió uno de los compañeros de Pravat. La idea de salir era muy tentadora pero llevaban un día muy complicado académicamente y algunos del grupo no estaban de acuerdo con ese plan.
- No creo, es que no me apetece aunque si Pravat va entonces yo me apunto- comentó otro de sus compañeros apoyándose en el hombro de este. Pravat le dió en la cabeza por sugerir tal tontería mientras se reía pero, se dió cuenta de que todos los ojos presentes estaban posados sobre él por lo que tuvo que intervenir.
- Vale, se que me quereis así que iré con vosotros pero como os vayáis antes de tiempo, iré a vuestra casa para sacaros de nuevo- explicó Pravat con una sonrisa en su cara. Le encantaba salir con sus amigos, hacer actividades como jugar al baloncesto o salir de discoteca eran sus momentos favoritos.
- Entonces nos vemos a las doce en el nuevo club de la ciudad, dicen que hay mucha gente nueva y reservados, aunque estos son un poco más caros, los podemos comprar entre todos- comentó uno de los compañeros pero, se llevó una mirada de desaprobación por la mayoría de los compañeros pues no querían pagar por un reservado sino que querían salir de fiesta como estaban acostumbrados.
Tras acabar de ponerse de acuerdo, cada uno se fue a su casa para prepararse para pasar la noche fuera de esta. Pravat se miró al espejo, no tenía un mal cuerpo, era delgado pero no demasiado, era alto pero no más que sus compañeros y tenía una cara delgada pero agradable a la vista, unos ojos negros con una mirada amable que provocaba que todos a su alrededor quisiesen ser cercano con él. En general, era un chico agradable a la vista. Con este pensamiento en mente se fue a la ducha y, al acabar se acercó al armario para elegir la ropa que se iba a poner, quería ir cómodo pero también quería destacar así que, escogió un crop top negro en forma de camisa con botones delante que dejaba ver su tripa. En su parte baja, llevaba un pantalón de traje con un cinturón negro y unas zapatillas cómodas para poder bailar. Terminó de vestirse y tomó su identificación y llaves para irse a encontrar con sus compañeros.
Eran las doce y media cuando todos llegaron al lugar, todos aplaudieron cuando apareció Pravat pues fue el último en llegar pero este dió una sonrisa y pasó sus brazos por los hombros de sus compañeros obligándolos a entrar a la nueva discoteca.
- Dicen que es una discoteca muy buena, aunque…. Mirando los precios creo que no voy a poder salir más noches- comentó uno de sus compañeros cuando se fijó en el cartel cerca de la barra.
El lugar no destacaba mucho del resto de discotecas en las que había estado pero intentó darle una oportunidad pues se encontraba con sus amigos y lo mejor de asistir a un sitio es la compañia más que el lugar. El lugar se encontraba divido por dos pisos aparentemente, en el primero se encontraba la barra con varios bartenders sirviendo bebidas de todo tipo y una pista de baile amplia en la que había mucha gente distribuida acercando sus cuerpos unos a otros mientras bailaban. Al final de esta pista se encontraban unas escaleras largas cubiertas por una alfombra roja y encima de estas divididas por los dos lados se encontraban varias mesas divididas por reservados pero, todas se dirigen a la misma parte, al centro donde se encuentra una mesa solitaria pero más grande y llamativa que el resto. Pravat no le tomó mucha atención a los detalles y prefirió acercarse a la pista de baile con sus amigos.
Llevaban unos minutos bailando cuando quisieron sentarse a beber algo así que pagaron por un reservado y subieron justo cuando Pravat subía el último escalon, todo el lugar se quedó paralizado o eso es lo que Pravat creyó pero se sentó con sus compañeros que estaban mirando a la puerta de la discoteca algunos desconcertados y otros con un poco de miedo así que Pravat decidió mirar hacía esa dirección solo para encontrarse a lo que sería una de sus mayores pesadillas.