Capítulo #2

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[N/A]:
Advertencia: en este capítulo se tocan temas sexuales sensibles.

[🖤]

Vegas.
Dos años después.

Todos esperaban que sintiera algo. Todos me miraban mientras estábamos a un lado de la fosa. Mi papá estaba en el suelo y miré, desapegado, cuando su ataúd fue colocado en la fosa. El pastor dijo algo, pero no me molesté en escuchar. Estaba demasiado ocupado preguntándome qué le pasaría a su cuerpo mientras era desperdiciado ahí en la caja de madera. Me preguntaba cómo luciría su sangre después de cinco días de estar muerto. ¿Sería espesa y roja? ¿Coagulada como la gelatina? ¿Habría cambiado de color? ¿Su piel se habría vuelto seca, agrietada y/o gris? ¿Estaría maloliente? ¿Habría comenzado a descomponerse, los labios perdiendo carne, retirándose de sus dientes amarillentos?

Una mano se deslizó en la mía. No necesitaba mirar para saber que era Dolly. Él era la única persona que se atrevía a tocarme. Él era la única persona que me habló alguna vez. De la forma en que me gustaba.

Levanté los ojos y vi a Arm Ponpiboon mirándome desde el otro lado de la tumba, ese estúpido sombrero en su cabeza. Vio la cabeza de Dolly caer sobre mi brazo y acercarlo junto a mí. Cuando se encontró con mis ojos, le sonreí, con los ojos en llamas. Él era mío. Lo tuvo una vez, pero desde el momento en que llegué, él ya no existía en su mundo. Yo era el único en su vida ahora. Le había dicho que, para ser mi amigo, tendría que librarse de Arm. Yo no compartía. Especialmente con estirados como él. Él me había elegido a mí. En un instante. La decisión entre Arm y yo nunca había sido una elección. Él me pertenecía... y lo sabía.

Arm lo odiaba, por supuesto. Lo leía en su cara cada vez que lo miraba como si él fuera su juguete favorito que había perdido. Cada vez que me miraba con su ex mejor amigo en mi brazo, irradiaba odio.

Él debería odiarme.

Nunca se lo devolvería.

Me lo estaba quedando... Para siempre.

En el último par de años, Arm había ido a la finca cada vez menos. Alguna vez fue un elemento básico, pero desde que llegué su presencia ya no era necesaria. Lo veía casi todos los días mirando desde la valla, pero me aseguré de que él le dijera que no era bienvenido.

Ahora era redundante en la vida de Pete.

Yo era todo lo que necesitaría alguna vez.

Me aseguraría de eso.

—¿Conejo? —la voz de Dolly me apartó de Arm y su rostro asustado de mierda. Cuando miré sus tristes ojos caramelos, señaló a su papá a su lado. El Sr. Saengtham estaba sosteniendo un cubo de tierra.

—Toma un puñado de tierra, hijo. Arrójalo a la tumba, sobre el ataúd de tu papá —hice lo que me pidieron. Pero nunca me separé de la mano de Dolly. Él sorbió por la nariz, y cuando lo miré de nuevo, lo vi llorar. Froté la lágrima de su mejilla con mi pulgar, luego llevé la lágrima a mi boca.

Sabía a sal.

Sabía a él.

Sabía bien.

El pastor dijo algo más, y luego todos comenzaron a caminar hacia la casa principal. Vi al Sr. Saengtham y los "tíos", sus socios comerciales, caminando al frente de la pequeña multitud. Solo era personal de la finca. El Sr. Saengtham y sus socios comerciales nunca abandonaban la propiedad. Estábamos solos hasta aquí en el campo de Phuket. Pero tenía a Dolly. Así que no me importaba.

Era educado en casa, lo había sido desde que llegué. Pero, al igual que Pete, no era educado por nadie. Así que pasaba mis días con él, bebiendo té en sus fiestas de té e intentando enseñarle a leer y escribir. Lo intentó, pero no era muy bueno. Sabía lo básico, pero luchaba con la mayoría de las cosas.

Sick Fux [VegasPete]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora