Que le pasa a Ethan? | Ethan Morales

Capítulo 22

*NARRA ETHAN:*

Puede que yo fuese un poco perjudicado, pero no había bebido taaaaanto, sólo unos cuatro o cinco cubatas cargaditos. Es que no sabía cómo afrontar lo de mi nonna, la quiero mucho y no estoy preparado para que se vaya, no estoy preparado para dejarla ir.

Cuando llegamos, Asha me desabrochó y le cargo en brazos.

-Ashaa, halaa no me cojas en brazos, que verguenza.

-Vas muy muy borracho.- Dijo riéndose.

Le toque un brazo y joder, estaba muy fuerte.

-Asha, estás muy fuerte.

-Calistenia.

-¿Calisque?

-Te lo explicaré otro día, ahora a dormir, borracho mío.- Me tiro en la cama como si de un saco de patatas de tratase y se acosto conmigo.

La abrazo y noto sus tetas, ahora no Ethan, tu ahora necesitas dormir, no eso. Llevaba mucho tiempo sin, ya sabéis, descargar. No tuve demasiado tiempo esa semana, increíble fue que hubiese dormido más de 15 horas.

-¿Asha?

-¿Que?- Dijo mirándome.

-¿Sabes que me apetece mucho ahora?

-¿El que?

-Tu.- Ella río.- Venga, ¿no te da morbo así disfrazados?

-No lo sé.

-Vaaa porfa, tengo muchas ganas.

-¿Ahora Ethan?

-Te juro que me explota la polla.

-Ethaaan.- Me riñó.

-Lo siento, quiero decir que necesito eyacular.

-Vaaale, pero rápido y sexo no que estoy cansada.

-¿Entonces que?- Dije hasta que note su mano en los pantalones.

-Hostia.

Asha empezó con un suave masaje y luego con unos movimientos que joder, no puedo ni describirlos, lo hacía tan bien, al rato me corrí y ella se llevó un poco a la boca, saco la lengua y me sonrió.

-¿Porque siempre haces eso?

-No se, manias.

-Pues ne pone cachondísimo.

-Tonto.

-No, enserio.

-Lo se, por eso lo hago.- Me sonrió y le sonreí.- ¿Ya puedo dormir?

-Sii.

Asha me dio la espalda y yo me acerque por detrás y la envolví en mis brazos.

-Me encantas Asha.

-Y tu a mi.

Me dormí abrazado a ella.

Paso una semana y llego el viaje a Roma. Asha me había dicho que le había dicho a su madre que quería ir a Roma como regalo de cumpleaños y que le dejase y no sólo la dejaron, también le pagaron el viaje y el hotel, el inconveniente es que le dijeron que yo era Fabiola, pero bueno, da igual.

Nos montamos en el avión y estaba bastante nervioso.

-¿Estas bien?

-No.- Dije nervioso.

-¿Por?

-¿Y si se muere y yo aún no he llegado? No me lo perdonaria.

-No va a pasar. ¿Cuantos años tiene?