Prólogo

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Prólogo

Sin embargo, los fines de semana solíamos encontrarnos, y esos momentos eran especiales. Recuerdo las risas compartidas, las conversaciones interminables y los momentos de complicidad que solo nosotros entendíamos. Éramos cómplices en medio de un mundo caótico, refugiándonos el uno en el otro.

Pero, a medida que el tiempo avanzaba, las dudas y los miedos comenzaron a surgir. Nos preguntábamos si realmente éramos más que amigos, si existía algo más profundo entre nosotros. Temíamos perder lo que teníamos si decidíamos dar el siguiente paso, si nos aventurábamos en un territorio desconocido.

Quizás fue el temor a fracasar lo que nos detuvo. Ambos nos sentíamos vulnerables, con miedo de arriesgarnos y salir lastimados. Quizás también nos preguntábamos si realmente estábamos enamorados o si solo éramos un pasatiempo fugaz en la vida del otro. Nos debatíamos entre la realidad y las ilusiones.

Poco a poco, fuimos dejando de lado esas preguntas sin respuesta y, sin quererlo, nos alejamos. Las circunstancias de la vida nos llevaron por caminos diferentes, cada uno siguiendo su propio destino. El "para siempre juntos" quedó en el pasado, como una promesa olvidada en el viento.

Hoy me encuentro frente a un espejo, reflexionando sobre lo que fuimos y lo que pudimos haber sido. Me pregunto si, en el caso de encontrarnos de nuevo, podríamos volver a enamorarnos. Tal vez fuimos las personas perfectas en el momento equivocado, o tal vez simplemente no estábamos destinados a ser más que amigos.

No puedo evitar pensar en todas las oportunidades perdidas, en los momentos compartidos que se desvanecieron en el tiempo. Siento un profundo arrepentimiento por no haber luchado por lo que sentíamos, por no haber enfrentado nuestras inseguridades juntos.

Ahora, mientras escribo estas palabras, no puedo evitar preguntarme qué somos. ¿Somos extraños que se conocieron en un momento de sus vidas y se alejaron? ¿Somos antiguos amigos que alguna vez se quisieron más de lo que admitieron? ¿Somos almas destinadas a cruzarse, pero no a quedarse?

Las respuestas a estas preguntas aún escapan a mi comprensión. Tal vez nunca las encuentre, o tal vez solo tú puedas dármelas. Pero una cosa es segura, siempre llevaré conmigo los recuerdos de lo que fuimos, la conexión que tuvimos y la esperanza de que algún día, de alguna manera, encontremos las respuestas juntos.

¿Quién es el culpable de toda esta situación? Tal vez ambos lo somos, en diferentes medidas. Pero más que buscar culpables, me gustaría encontrar la manera de sanar las heridas que quedaron en el camino y recordar lo que compartimos con cariño y gratitud.

Así que, aquí estoy, dispuesto a explorar las respuestas a esas preguntas que me atormentan. Dispuesto a escuchar tu versión de la historia, a entender tus motivos y a buscar la reconciliación que tanto anhelo. Porque, aunque el pasado no se pueda cambiar, siempre hay espacio para reconstruir y redescubrir lo que el futuro tiene reservado para nosotros.

Espero que lo disfruten...

Atte.: Thomas Taboada.

(El prólogo de este escrito fue hecho con IA)

(TODO LOS DERECHOS RESERVADOR AL AUTOR,NO ACEPTO COPIAS!!)

18-06-23


¿Quien es el culpable?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora