Para algunos el día sábado era igual a descansar de la escuela.
Para otros significaba trabajo incluso estudiando.
Para muchos otros significaba ahogarse en tareas.
Para otros solo era un día de la semana más, nada nuevo, nada viejo.
Para Craig Tucker significaba el mejor día, Sábado, como ya tenía la costumbre, todos los sábados hacia una pijamada con su novio, Tweek, con el cual mantenía una relación desde que eran niños, bueno, hace dos años, cuando ambos tenían diez.
Presión social, fanarts, eran unos inmaduros, jamás habían hablado de su relación, lo único que Craig sabía es que Tweek era su mejor amigo, no como Clyde, el cual lo consideraba su mejor amigo de toda la vida.
Tweek era su mejor amigo de una manera mucho mas íntima, a lo que la gente solía llamar como "novio" sentía mariposas cuando se tomaban de las manos, se habían besado en algunas ocasiones, se llamaban de formas dulces y jugaban juntos, jamás se declararon el uno al otro, solamente comenzaron a salir para mantener feliz al pueblo, al menos eso creía el, pero sin embargo se fueron acostumbrando, y a ambos les fue gustando, no sé aburrían de esa rutina de mejores amigos, con la etiqueta novios, los cuales se besaban.. y se tomaban de las manos, y se llamaban de formas dulces, y se apoyaban.
Preparaba un par de cosas para la cena, ayudando a su mamá, escuchando como tocaban el timbre de su casa.
-Debe ser Tweek, yo voy- dijo con la voz tranquila caminando a la puerta, esa rutina la mantenían hace muchos meses, ambos ya estaban acostumbrados a pasar noches en casa del otro.
Abrió la puerta lentamente, mientras observaba en la puerta a su novio rubio, lo saludo con cariño y lo invito a pasar, su padre estaba en un trabajo de negocios así que solo estaba su madre en casa junto con su hermana Tricia, los cuatro fueron a la mesa y se dispusieron a cenar.
La cena transcurrio normal, ambas chicas se fueron a dormir a sus habitaciones en lo que los chicos lavaban los platos antes de ir a la habitación de Craig, Tweek los lavaba y Craig los secaba y acomodaba.
Después de eso ambos subieron a la habitación de Craig, dónde al encender la luz Tweek se llevó una amigable sorpresa.
-¡Vaya! Tienes sábanas nuevas, son muy bonitas.
-Si..- dijo acercándose lentamente a Tweek- tienen bien definidas las constelaciones, se ve genial si..
Craig no termino la frase, tomo su celular junto con la mano de Tweek, entonces apagó la luz de su habitación dejándolos a oscuras, rápidamente llevo a Tweek a su cama, el rubio rio un poco al no entender nada y estar un poco nervioso, acostó a ambos boca arriba cubriendo sus cuerpos completamente con la sábana.
-Amm, cariño..- hablo Tweek un poco confundido, Craig agitó su celular para encender la linterna, extendiendo su brazo para alzar la sábana y dejar verlo todo.
No lo estaba viendo, pero estaba seguro que los ojos de Tweek demostraban sorpresa, las constelaciones blancas junto con esa sábana negra si que causaban un contraste con la luz brillando, se sentía casi mágico.
-Nhg!- su tic -Vaya.. que bonito.
-Lo se- dijo feliz el pelinegro.
Tweek alzó igual sus manos para estirar la sábana y ver con mejor claridad las cosas, se veía bien el contraste con las estrellas.
Se sentó un poco en la cama para poder verlo más de cerca, apreciando por unos segundos más el como se veía.
Se giró a ver a su novio, quien se encontraba con una sonrisa boba al apreciar las constelaciones, Tweek sonrió más, eran pocas las veces que su azabache le permitía verlo así.
Hicieron contacto visual, pudo divisar como se avergonzó de que lo estuviera viendo, pero aún así no quitó la sonrisa de su rostro.
Tweek paso sus piernas aprisionando las de Craig, suavemente se posicionó en su pecho acostándose, unos segundos fueron suficientes para que el azabache acariciara con dulzura el cabello de Tweek, ambos disfrutaban el calor y olor corporal del otro, la cercanía, ambos corazones latian, se sentía bien.
-Tweek- el mencionado no respondió, sin embargo sabía que el otro estaba consiente de que lo estaba escuchando.
-¿Podemos besarnos?
Tweek abrió los ojos con brusquedad, sintiendo la sangre subir a sus mejillas.
Bien... Esto no era nada nuevo, Craig de vez en cuando pedía besos, en algunas ocasiones hasta habían utilizado su lengua- Tweek jamás le había dado un "no" por respuesta, pero eso no evitaba que se pusiera nervioso.
Tweek se levantó despacio del pecho del azabache, lo miro con un poco de vergüenza asintiendo lentamente.
Craig ya sabía que tenía que hacer, se quedó totalmente quieto, cerrando sus ojos, con los labios ligeramente abiertos, Tweek se ponía de los nervios con los besos, así que Craig tenía que cerrar bien sus ojos y esperar a que su novio lo besara.
Escucho al rubio respirar hondo, y subir un poco mas sus piernas de los costados, subió una mano alzando más la sábana, examinando con la mirada a su novio.
Se fue acercando a los labios del azabache lentamente, depositando sus labios finalmente en los suyos, manteniendolos ahí un par de segundos, comenzando a moverlos, era un poco incómodo ya que la boca del otro estaba abierta y la suya cerrada, pero no era desagradable, al final ambos terminaron abriendo sus labios solo muy ligeramente para que apenas pudieran tocarse ambas bocas, sintiendo vergüenza y pena en sus rostros al tocarse de esa forma, sin embargo, disfrutando de ese inocente beso que se estaban dando, algo deseoso.
Se aparto de su novio lentamente, observándolo, a pesar de que el tenía una piel ligeramente canela su rostro estaba rojo, tenía su nariz un poco sonrojada y sus mejillas tenían un lindo color carmín que se extendía hasta sus orejas.
No pudo evitar sonreír bobamente al verlo de esa forma, sabiendo de sobra que seguramente el estaba igual, o peor.
Craig apagó la luz del celular dejándolo en alguna parte, Tweek intento volver a acostarse en su pecho, fracasando en el intento al sentir su cabeza chocar con la mandíbula del otro, pero fue bien recibida esa nueva posición, ya que Tweek desde ahí podía sentir aún más el olor de su pelinegro, mientras esté mismo lo abrazaba por la cintura.
-Tweek.. te quiero.
Sonrió ante el comentario
-Yo también, Craig.
Ambos cerraron sus ojos, disfrutando del calor ajeno, quedándose profundamente dormidos.
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Imagen:
Yo también tengo una sabana de estrellas, quien para chapar, ahre.