¿𝙀𝙨𝙩𝙖𝙧𝙖𝙨 𝙨𝙞𝙚𝙢𝙥𝙧𝙚 𝙖 𝙢𝙞 𝙡𝙖𝙙𝙤?

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"¡Ya llegamos!" sentía como su mejor amigo empezaba a tocar sus cabellos notando que aún mantenía los ojos completamente cerrados.

─Aun esta durmiendo... Es muy raro. Meh, no lo molestare seguro esta cansado─ Aquella voz la reconocía a kilómetros si es posible, amaba tanto la idea o más bien, su deseo cumplido el estar en paz de todo lo demás. Su pelo estaba siendo algo desordenado por la mano del de sudadera blanca quien decidió quedarse en silencio y aprovechar que el contrario dormía en el asiento de copiloto en su auto casi que recién comprado.

Ya había empezado a despertar hace un buen tiempo ,pero sus párpados pesaban demaciado, su respiracion se había acelerado un poco y su corazón latía con fuerza al sentir las manos sobre su cabello oscuro. Hace tiempo lo sospechaba pero otra vez aquel pensamiento volvía a invadir su mente.

por que me siento... Así a su lado? ≫


Se sentía tan libre, tan agusto consigo mismo, no podía evitar sentir la mirada del castaño sobre el de una manera que lo volvía loco y desviaba la mirada intentando no crearse falsas ilusiones.

Pasaron así varios minutos hasta que volvió a escuchar aquella voz causante de sus confusiones de hoy en día. ─Creo que avanzare con las maletas─ le apartó de su hombro donde había empezado a apoyarse de forma lenta y delicada. Antes de salir de aquel vehículo acarició suavemente la mejilla del azabache y sin más fue a sacar las maletas con sus pertenencias que pronto estarían en aquella nueva casa compartida.

Duxo al ya estar solo suspiro empezando a abrir lentamente sus párpados que sin una razón lógica se sentían pesados, no le importó mucho, quería apreciar el rostro de su acompañante a lo lejos. Sus ojos lila no paraban de brillar al saber que tenían frente de ellos una hermosa estrella, amaba que estuviera sin aquella mascarilla oscura, amaba observar aquellos labios y aquellas facciones, adoraba perderse en aquellos ojos color miel. Eran tan hipnotizantes para el, tan hermosos, ya había conocido personas con aquel característico color de ojos pero los de Aquino eran especiales, eran tan bellos, únicos y brillantes, así como era Aquino para el, era único. Duxo podría seguir pensando tanto en el físico como en su personalidad pero su mente estaba tan agotada y tan pronto cerro los ojos estos no se volvieron a abrir hasta más tarde.

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Aquino habria seguido acomodando alguna que otra cosa en su nueva casa, estaba orgulloso de lo que había logrado obtener con la obvia ayuda de su más fiel amigo, y pensando en este al terminar de tender una colchoneta y acomodarla. Pensó en traerlo y acomodarlo ahí para que estuviera más cómodo que en el coche, él no era de ordenar muy específicamente todo, y a detalle menos, pero en aquella ocasión no podía evitarlo, podría ser tal vez un lindo gesto que pasaría por desapercibido pero almenos lo intentaría.

──espero que no haya despertado, si no se me arruinaría todo el tiempo que busque las cobijas cómodas jaja

Ya se imaginaba a su amigo regañandole por aquello con frases como "─¡Aquino! Debiste de acomodar otras cosas más importantes en vez de hacer esto!─diria señalando la colchoneta el peli-negro" le daba bastante risa aquello apesar de solo ser un escenario ficticio, no podía evitar pensar que duxo era como una madre para el, tanto las veces que no comía bien o las veces que se lastimaba por una estupidez en el pasado.

Olvidando aquello llegó hasta el paradero del azabache que por su suerte aún descansaba, no pudo evitar formar una sonrisa inconciente al verlo así de tranquilo comparado a la noche anterior donde estaba super estresado al aún no terminar sus maletas por quedarse dormido.

Abrió la puerta en la que se apoyaba con cuidado asegurándose que no pasará de viaje y se cayera ahora si ganándose una regañada. Estando esto abierto desprendió el cinturón y con cuidado fue acercando sus manos hacia la cintura del azabache. Apenas hizo un corto contacto sintió una corriente enérgica que lo había despertado un poco, no pensaba que su amigo fuera delgado o algo por el estilo, casi nunca lo había visto fuera de alguna sudadera o camisa que en lo general le quedaban algo largas a su parecer.

Sin ninguna vergüenza al saber que esta solo, sus mejillas se tiñeron de tono carmesí y una sonrisa embobada aparecio en sus labios, su mirada analizaba cada parte del cuerpo de su amigo que estaba ya descansando en sus brazos.

≪ eres tan lindo...≫

Soltó un suspiro que solo contenía un mar de ilusiones, aquella mirada llena de brillo se empezó a esfumar al ver como su amigo parecía abrir sus ojos y eso provoco que el castaño empezará a caminar rumbo a la casa nuevamente ,esperando que sea una mala broma de su mente al estar admirando mucho el físico de su amigo.

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Creo que ahí podrás descansar mucho mejor ─ dijo más que todo para si mismo al haber cumplido con su misión secundaria apagando la luz de la habitación al ya haber acomodado a Duxo en la colchoneta cubierta por muchos almohadines, peluches, cobijas y demás.

Cerro la puerta dando un suspiro agotado al ver todo lo que les faltaba acomodar, por suerte de ambos, ya estaban los muebles y demás cosas que no cabrían en el coche al ser estos bastante grandes, lo que les faltaba era acomodarlos y llevarlos a su lugar en vez de dejarlos en la Sala de estar.

─Bien, a seguir acomodando.─

¿ 𝘠𝘰. . . 𝘛𝘦 𝘩𝘦 𝘗𝘦𝘳𝘥𝘪𝘥𝘰 ? // 𝘋𝘶𝘹𝘪𝘯𝘰. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora