you make me feel like your whole world

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Hay cosas que Sunoo quisiera olvidar con todas sus fuerzas y nunca jamás recordarlas, aunque hay algunas pocas cosas que quisiera atesorar por siempre, recuerdos que le gustaría conservar e inmortalizarlos. Uno de ellos sería el como conoció a Sunghoon.

Cuando el omega tenía 16 años era completamente inexperto en casi todo, llevaba poco tiempo trabajando en la cafetería al lado de la autopista, sus compañeros de trabajo se aprovechaban del tímido chico que apenas y decía unas cuantas palabras, nunca se quejaba de las grandes cargas de trabajo que dejaban caer sobre el, por lo que eso extendía sus jordanadas laborales a altas horas de la noche, por lo que la tarea de cerrar el negocio le correspondía a Sunoo.

Para regresar a casa debía caminar oscuras calles con escasa luz, al omega le asustaba la oscuridad por lo que siempre apresuraba su paso para llegar lo antes posible a casa.

Un día como cualquier otro se disponía a regresar a su pequeño departamento, lo diferente ahora, fue que desde que empezó su camino de regreso sentía una horrible angustia en su pecho, Sunoo creía que el palpable miedo se debía a la oscuridad y que hoy más que otros días se encontraba muy sensible por lo que le afectaba más.

Estaba equivocado, los sentimientos de miedo no se debían a la oscuridad, eran porque desde que salio de la cafetería se sentía acechado, una pesada presencia a sus espaldas, lo sentía, pero el pobre omega trato de convencerse que no había nadie.

Un duro agarre en su hombro izquierdo lo hizo parar en seco, su corazón se iba a salir de su pecho, no podía quedarse inmóvil, tenía que correr.

Se deshizo del agarre del desconocido y empezó a correr con todas sus fuerzas, lamentablemente solo pudo correr algunos metros antes de que un brusco agarre en su cabello lo derribara hacia atrás. Ahí se dio cuenta que se trataba de un alfa, debido a su espeso y nauseabundo aroma, arrastraba las palabras, claramente estaba ebrio.

Sunoo trataba de forcejear y patalear, pero el tipo lo tenía inmovilizado con su propio peso, sentía sus asquerosas manos meterse en su abrigo, las lágrimas del omega ya empapaban su rostro, sus gritos de auxilio fueron silenciados por un horrible puñetazo en su mejilla, el golpe lo aturdio de sobre manera, todo se volvió silencioso y su vista desenfocada.

De un momento a otro el peso sobre su cuerpo desapareció, reacciono despues de un momento, trató de reincorporarse en el frío suelo pero lo que vio frente a él lo dejó atonito.

Un hombre de espaldas a el, completamente vestido de negro, tenía debajo de el al alfa de hace un momento, repartía golpes en todo el rostro del tipo que intento agredirlo, desde donde estaba el omega, se podían escuchar el crujido de huesos, los golpes eran descargados con demasiada furia pero lo que lo alarmó más fue ver como ese hombre desconocido sacaba de su chaqueta una navaja.

Sunoo no sabe como pero ya se encontraba de pie y sujetandole el brazo a esta persona.

"Por favor, no lo hagas, nisiquiera se mueve" El omega suplicó con voz temblorosa.

El hombre se detuvo y se giro para observar al frágil chico.

Una pequeña cara pintada en angustia, con bellos ojos inundados en lágrimas corriendo por sus mejillas.

Una hermosa vista.

"No te preocupes, no haré nada" El alfa desconocido guardo inmediatamente el cortante en su bolsillo, bajo la temerosa mirada del omega.

"Gracias" No pudo decir nada más, el omega se dio la vuelta y trató de continuar con su camino a su hogar, pero, no pudo, el alfa se coloco frente a él impidiéndole avanzar.

El omega se tenso completamente.

"Espera, no puedes ir solo, es peligroso" El omega levantó su vista del suelo para observar al alfa, tenía un semblante serio pero sus oscuros ojos expresaban su preocupación.

"Tranquilo, estoy bien, puedo continuar" trató de avanzar pero un suave agarre en su brazo lo hizo detenerse.

"Por favor, la noche es muy oscura, deja que te acompañe" Casi sonó a suplica.

El alfa acompañó lo que le restaba de recorrido a Sunoo, ambos caminando a la par, el omega supo que el nombre del alfa era Sunghoon, realmente le quedaba bien.

Cuando llegaron al complejo de departamentos del omega, se despidieron deseandose una buena noche, lo último que recuerda Sunoo fue como la silueta de Sunghoon se perdía poco a poco en la oscuridad de la calle.

~

El alfa iba algunas veces a la cafetería durante el día, ordenaba, terminaba su platillo y se retiraba dedicándole una sonrisa al castaño.

Cuando anochecía era común encontrarlo esperando por el omega para acompañarlo a casa.

Se hizo una rutina.

Siempre llegaba en una motocicleta, Sunoo al principio dudo en subirse pero era mucho más rápido llegar a casa, cada que rodeaba con sus brazos al alfa para sujetarse sentía sensaciones extrañas en su estómago.

Cada que llegaban a su destino mantenían pequeñas conversaciones, al omega aún se sentía extraño pero mentiría si dijera que no era agradable.

Fue así, hasta que un día Sunghoon lo beso en la entrada de los complejos, ahora las pequeñas conversaciones fueron reemplazadas por sesiones de besos, que al principio eran inocentes, pronto se fueron tornando más intensas.

Ambos se atraían de sobremanera, Sunoo pensaba en el alfa todo el día, esperaba con mucho anhelo a que oscureciera para poder estar con Sunghoon, era adicto al toque de sus manos en su caderas, a sus fuertes brazos rodeándolo para acercarlo más a el.

No era suficiente, quería acortar cualquier distancia con el pelinegro, el calor en su vientre y su hormigeante piel era insoportable, cuando abrazaba al alfa podía sentir su dureza, sabía que el también deseaba otro tipo de contacto, más nunca hacía más que acariciar sus caderas por encima de sus pantalones gastados.

Una noche junto todo su valentía y en media de su sesión diaria de ardientes besos preguntó lo que Sunghoon siempre quiso oír.

"¿Quieres quedarte esta noche?" La timidez del omega lo obligó a mirar al suelo inmediatamente después de dejar salir las palabras.

Sintió un cálido toque en su barbilla que obligó a levantar el rostro.

El alfa tomó su cara con ambas manos, le dedicó una hermosa sonrisa de caninos blancos y volvió a unir sus labios en un hambriento beso.


























AAAAAAAAAAAA perdonen la narración culera, kasi me wakareo pero es lo q hay manas 😿

pretty when you cry ; sunsunDonde viven las historias. Descúbrelo ahora