- presa facil -

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Todo era normal, siendo una mujer simple con una vida simple, sin pensar que algún día sería especial para alguna persona, bueno o quizás mejor dicho para algún demonio.

Y/n caminaba durante la noche, regresaba a su casa ¿Y por qué una joven estaría sola a estas horas? Simple, tus padres alcohólicos, no hay más. Eres joven y son sus reglas, por lo que debes obedecer hasta que finalmente puedas irte y jamás regresar. Por desgracia la vida no te favoreció mucho, teniendo una situación familiar y monetaria difícil, lo único favorable para tí era que te habías vuelto buena negociando, calmando a las personas enojadas y malas, logrando hacer que no te lastimen con tus encantos pulidos por años de maltrato.

A menudo piensas en correr ya que te asusta la noche, abundan los demonios y las malas personas, pero la última vez que corriste con una botella de sake se te cayó, ganando una buena golpiza, el alcohol parecía serlo todo para tus padres, lo único que parecía hacerlos felices.

Tu cuerpo tiembla, ya que sientes una presencia. Te volteas y ves a un hombre, lleva un kimono mitad rojo y mitad negro. Sabes que te mira fijamente a pesar de que no puedes observar bien su rostro. Sientes una energía maligna provenir de ese hombre.

Decides ignorarlo y seguir tu camino para fingir que no fuiste intimidada, pues sabías que no era bueno mostrar debilidad ante los demás. A medida de que caminas, puedes sentir menos peso en tus hombros.

Te volteas y notas que el hombre se ha ido, ya no hay nadie, lo que te hace sentir segura pero por otra parte sientes miedo por no haber Sido capaz de ver por dónde se fue.
De todos modos logras llegar a tu casa, se siente bien estar a salvo a pesar de que ese lugar no se sienta como un hogar.

Al llegar recibes un regaño de tus padres al haber tardado pero rápidamente le dan más importancia a la bebida en vez de a su propia hija. Decides ir a la cama y dejarlos tranquilos, así no te iba a pasar nada.

Te acuestas en la cama tranquilamente, no esperando nada, si no más que pase el tiempo, que algo cambie para bien algún día en tu vida, esperando algo mejor que esto.

Cierras los ojos, logrando dormir al cabo de unos pocos minutos, pues todo era sorpresivamente tranquilo.

Nada malo va a pasar...

.
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¿Verdad?

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Te despiertas abruptamente, ya que tu cuerpo se alarma por algún suceso como mecanismo de defensa. Y no se equivocaba ya que en frente tuyo había una persona.

Karaku: hola~

Dice de manera relajada y tranquila. invadía tu espacio personal, estando ensima tuyo, lo que te asusta ya que desconocías de sus intenciones.
Antes de que pudieras decir alguna palabra cubre tu boca con su mano. Lo miras más detenidamente, tenía cabello largo y piel oscura, su rostro era curiosamente atractivo, los ojos verdes del hombre te invadía el alma pero eran hermosos, teniendo un símbolo extraño en cada ojo. Notas rápidamente que sólo llevaba unos pantalones puestos, lo que te pone nerviosa ya que su cuerpo era fuerte. Pero lo que más te sorprendía eran los cuernos que tenía en la frente y sus colmillos, claramente no era humano.

Karaku: shhh no quieres despertar a tu familia ¿Cierto?

Es verdad, la familia, podría ponerlos en peligro si no obedecía. Nuevamente todo el peso de la culpa cae en tus hombros, teniendo que ver el modo de salir sola de esta situación.

Sekido: no pierdas el tiempo y tráela, Karaku.

Una voz aparece llamando tu atención, parecía enojado. Era un hombre con dos cuernos al igual que el otro, aunque su rostro fuera bastante similar puedes notar que sus ojos son diferentes. Tenía puesto un kimono mitad rojo y mitad negro. ¿Era el hombre que habías visto esta noche? Sí, tenía que ser él. ¿Acaso te había seguido hasta tu casa? ¿Cómo? ¿Por qué? Simplemente no entendías porque te dejó ir al principio pero ahora te buscaba.

Karaku: oh que aburrido eres, sekido~

Rápidamente el demonio te levanta, lo que te sorprende, tratas de alejarlo para escapar pero te es imposible, te sujeta fuertemente.

Karaku: no te muevas tanto, no quiero tener que romperle algún hueso a una bella dama~

Dice de manera burlona, pues en sus años como demonio había asesinado y torturado a tantas personas como le fue posible sólo para poder sentir placer.

Sekido: no creo que a nuestro amo muzan le importe si le rompes una pierna para que se calle.

Dice de manera fría, irritado por ti llanto. Karaku se ríe de un modo sádico al escucharlo. Ambos demonios avanzan por la casa, por lo que vas notando cosas extrañas, habían manchas de sangre en el cuarto principal, ahora sabías que algo más había pasado mientras dormías.

Parte de ti se preguntaba porque no te dolía esto como se supone que te debería doler. ¿Simplemente sientes más miedo por tí en ese momento o es sólo que no te importan los suficiente realmente?

Ahora de ningún modo ibas a obedecer, no ibas a ser sumisa, debías actuar. Agarras una de las lámparas del cuarto y golpeas al demonio, quien te suelta abruptamente al no esperar un golpe, el cual no fue grave para él al ser un demonio, pero lo habías tomado por sorpresa.

No pierdes tiempo y corres para escapar de esos dos demonios, pero algo te detiene ante el movimiento de uno de esos demonios, el del kimono. Con su bastón golpeó el suelo, de algún modo invocó una corriente eléctrica que te atrapó.

Sekido: Que niña tan irritante...

Sientes un inmenso dolor, soltando un grito que parece divertir al otro demonio, ya que ríe sádicamente al ver tu sufrimiento. Sientes como tú cuerpo podría colapsar en cualquier momento.

Eso fue todo, te desmayaste ante el ataque del demonio, los cuales te cargaron nuevamente para llevarte a su guarida.

¿Que será de tí ahora?

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Holaaa, soy nueva escribiendo, así que perdón si escribo mal :')
Espero que les guste mi historia, y les agradecería si votan o comentan, me haría súper feliz :D

deliciosa (hantengu clones x y/n) +18Donde viven las historias. Descúbrelo ahora