- castigo -

743 49 38
                                    

Habían llegado a la mansión de aquellos demonios de los que escapaste. Puedes verlos afuera, delante de la puerta de la casa. Ahora eran cuatro demonios, Sekido, karaku, el de las alas y uno vestido de azul, quién a diferencia de los demás tenía un rostro entristecido.

El demonio de las alas te suelta, por lo que caes rápidamente al suelo, dejas escapar un pequeño gemido de dolor, a pesar de que hubieras podido amortiguar la caída con tus brazos.
Karaku ríe al verte caer, sin embargo sekido parece molesto.

Sekido: ten más cuidado, urogi.

Dice mientras mira al demonio de las alas estando molesto. Urogi sólo le saca la lengua en señal de burla, luego aterrizando con sus alas al lado tuyo.
Uno de los demonios se te acerca, es el que viste de azul, se arrodilla y toma tu rostro con delicadeza.

Aizetsu: es tan desgarrador que trate de escapar sin poder lograrlo...tan inútil...

Dice en voz baja, sintiendo pena de tí como si fueras un perrito lastimado. Sientes algo de miedo y rabia ante sus palabras, querer golpearlo pero te quedas quieta. Los demás rien un poco ante su comentario.

Sekido: deja de ser tan molesto y cállate, aizetsu.

Interrumpe nuevamente estando molesto por la presencia de sus compañeros demonios, parecía no tener la mejor paciencia cuando se trataba de convivir con ellos. Aizetsu te suelta y se pone de pie.

Sekido: desde ahora quiero que tomemos turnos para cuidarla antes de que llegue el amo muzan ¿Me escucharon? No quiero que está mocosa escape de nuevo.

Vuelve a hablar, expresando su enojo al saber que una simple humana casi se les escapa, podrían haber hecho el ridículo en frente de muzan, quien no era exactamente un líder al cual no le tuvieran miedo.

Karaku: ok, yo me encargo de cuidarla!~

Dice de manera animada, con una sonrisa. Se acerca a ti y te alza en sus brazos. Te quedas quieta mientras te alzaba, evitando luchar.

Te lleva por las escaleras, tarareando una canción tranquilamente. Tú sólo lo escuchas sin hacer nada. Pronto llegan al cuarto, l entrar Karaku cierra la puerta.
Karaku te deja sobre la cama, te quedas ahí sentada, esperando a que se fuera el demonio pero este se agacha mientras te mira fijamente a los ojos. Te acaricia un mechón de tu cabello para que quede detrás de tu oreja, mientras te sonríe.

Karaku: creo que debería darte un castigo por escapar~

Dice mientras ríe un poco de manera burlona.

T/n: ¿E-eh? ¿Que vas a hacer?

Preguntas nerviosa al notar que se acerca más a tí, caes en la cama en tu intento de alejarte, lo que el demonio aprovecha para ponerse ensima tuyo.

Karaku: no lo sé ¿Que debería hacer contigo?~

Delicadamente acaricia tu rostro, ambos se miran fijamente. Su sonrisa es tan hermosa pero a la vez aterradora por sus colmillos, te sentías en peligro pero era un rostro tan lindo que no te podías mover.

baja su mano hasta llegar a tu cuello, bajando dulcemente de manera seductora, lo que te da un pequeño cosquilleo, algo que jamás habías sentido. Acerca su rostro a tu cabello, el cual empieza a oler, debía admitir que no sólo tu sangre olía bien, tu cabello también lo hacía.

Karaku: realmente eres una niña muy encantadora, no me siento capaz de enojarme contigo~

Apoya sus labios en tu cuello, besándolo dulcemente mientras te acaricia la cintura. Abre lentamente tu kimono lo suficiente como para dejar al descubierto tu cuello y hombros. Dejas escapar un par de gemidos, ya que te besaba de un modo en el que nadie lo había hecho antes.

Karaku: pero de todos modos voy a disfrutar esto~

El demonio abre la boca para luego morder tu cuello, sueltas un pequeño grito ante esto seguido de un gemido. Karaku succiona la sangre de tu cuello como si se tratara de un vampiro.

Karaku: jaja!~ que dulce!~

Dice al por fin poder beber tu sangre. Sekido tenía razón, eres deliciosa.

Y/n: ¡A-alejate de mi!

Exiges mientras lo empujas, sin embargo tu fuerza y la de él son diferentes, por lo que karaku no se ve afectado, sonriendo al considerar tierno que trates de luchar.

Karaku: aww~ no te enojes, y/n~

Dice con una sonrisa, tomando tus muñecas y apoyándolas contra la cama. Entrelaza tus dedos con los de él de manera tierna, se siente cálido. Se acerca a tu cuello y lo lame, lo que te hace sentir extraña, una mezcla de dolor y placer, también miedo por lo que pasará después.

Y/n: e-espera... ah~...

Karaku te acaricia mientras toma un poco más de tu sangre, era tan placentero que te sentías culpable, no sabiendo que era lo que te pasaba. ¿Por qué no luchabas?

Karaku toma tus piernas y las pone alrededor de su cintura. Esto para poder estar más cerca. Gemidos salen de tu boca mientras el demonio hace de las suyas con tu cuerpo.

La puerta se abre de repente, mostrando a aizetsu acompañado de sekido. Ambos demonios se sorprenden al ver la escena.  Aizetsu parecía avergonzado y se sonroja mientras que sekido parece enojado, apretando furioso su bastón.

Sekido: ¡Karaku, te dije que no la tocaras!

Dice soltando un gruñido, parece furioso. Aizetsu sólo se tapa la vista al notar que tienes descubiertos tus hombros, sintiendo algo de pena de haber visto parte de tu cuerpo.

Karaku: tranquilo, sólo fue un pequeño castigo~

Dice con una sonrisa, desafiando la autoridad de su compañero. Karaku suelta tus manos, lo que te permite taparte.

--💜💜💜--

deliciosa (hantengu clones x y/n) +18Donde viven las historias. Descúbrelo ahora